Tribuna Abierta.- «A propósito de la nota de prensa del Ayuntamiento de Collado Villalba», por Bernardo Arroyo

La verdad, no pensaba contestar nada a la última nota de prensa (El Tribunal Superior anula la decisión del ex concejal de Personal de Collado Villalba de revocar el nombramiento de funcionarios de tres empleados municipales) alumbrada a partes iguales por el concejal de Comunicación, D. Adán Martínez Valderrama, y la alcaldesa de nuestro municipio, la Sra. Dña. Mariola Vargas Fernández, peculiar pareja dónde las haya, que vive obsesionada con un servidor, y eso, a pesar de que ya estoy fuera de la política municipal, ¡a Dios gracias!
La culpable de estas líneas, y no es un reproche, es mi querida madre, que molesta por la toxicidad y mala baba que desprende dicha nota, me compelió a responder, y verán, a una madre, por lo menos yo a la mía, lo que tengo que hacer es obedecerla, porque, como siempre me dice, – si te digo las cosas es por tu bien. Y si algo he podido comprobar después de 52 años de vida, es que eso es cierto.

Bernardo Arroyo y Mariola Vargas, en una rueda de prensa en la pasada legislatura

La nota, como todas las que coescriben estos dos personajes, contiene un relato sesgado que distorsiona la realidad de unos hechos que debo aclarar.

El 23 de enero de 2020, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó una sentencia, la 523/2020, que declaró la nulidad de las bases de convocatoria de un proceso de consolidación que afectó a cuatro plazas de funcionario del Ayuntamiento de Collado Vilalba.

¿Quién promovió dicho procedimiento judicial? Tres candidatos que se consideraron perjudicados en el proceso selectivo alumbrado por la Sra. Vargas en 2018. La sentencia considera que dichas bases suponían una designación prácticamente nominal de las personas a las que favorecería dicho proceso, en demérito de otros candidatos. Por tanto, se declaran nulas.

Cuando llega esa sentencia al Ayuntamiento, el secretario municipal y la propia alcaldesa me indican que, como concejal de personal, soy el responsable y obligado en consecuencia, a dar cumplimiento a la sentencia, por lo que procedo a la revocación de los nombramientos, cuyas designaciones derivan de la superación de un proceso cuyas bases han sido declaradas nulas por el Tribunal Superior de Justicia. Todo ello, con el informe previo y favorable del propio secretario municipal. En ningún momento ni la alcaldesa, ni el propio secretario me indican que yo no soy órgano competente, que lo fuera la Sra. Vargas o que el procedimiento adecuado fuera la revisión de oficio y no la revocación. De hecho, me limito a firmar el Decreto que en consonancia a dicho informe se elabora, para dar cumplimiento a la referida sentencia.

El 28 de abril de 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, dicta una sentencia, que es a la que se refiere la nota de prensa del Ayuntamiento del pasado jueves, en un procedimiento judicial promovido por trabajadores afectados por la revocación. La sentencia es estimatoria a sus intereses en el sentido de dejar sin efecto las revocaciones que yo firmé, porque:

1.- El concejal de Personal, es decir, el que les escribe, no era órgano competente para firmar dichas revocaciones. ¿Quién era el órgano competente? La alcaldesa, que fue quién hizo los nombramientos de los funcionarios en cuestión.

2.- La revocación de plano no era el procedimiento adecuado. ¿Cuál era el procedimiento adecuado? La sentencia apunta el procedimiento de revisión de oficio.

La sentencia abunda en otro aspecto, no menos importante. Considera que la ejecución de la sentencia de enero de 2020 no afecta a los nombramientos de los funcionarios. Es decir que se refiere solo a las bases que determinaban: quién podía concurrir al proceso, qué méritos iban a valorarse y el puntaje y qué pruebas se debían superar.

¿Y eso cómo es posible si las bases condicionan la selección? Porque la sentencia que se pretende ejecutar, la de enero de 2020, no se refiere al nombramiento de los funcionarios, sino sólo a la regularidad de las bases de la convocatoria.

¿Y cómo es eso posible? porque los demandantes (los aspirantes que demandaron al Ayuntamiento) no lo pidieron en sus demandas.

Esto en definitiva es de lo que va la sentencia de 28 de abril de 2023 objeto de la nota de prensa, que aprovecha la Sra. Vargas, fiel a su mejor estilo, para decir que la sentencia “echa por tierra las declaraciones del Sr. Arroyo, que en su día dejó entrever posibles irregularidades en ese proceso acusando al equipo de gobierno del PP de “dedazo” en la consolidación de las plazas. La justicia una vez más nos da la razón en un proceso que viene a consolidar unas plazas de unos empleados municipales que llevan trabajando desde hace más de 17 años, con una gran experiencia, un altísimo nivel y una excelente profesionalidad”, (…) “los tribunales confirman que Bernardo Arroyo, sin base legal, estaba en contra de un proceso de consolidación de empleo temporal avalado por la ley, con el perjuicio que ha ocasionado a estos trabajadores públicos.”

Me toca corregir a nuestra maledicente alcaldesa, que espero nunca se muerda la lengua al hablar. No existe antídoto que le permita salir del trance.

La sentencia no dice que las bases de la convocatoria que alumbra la Sra. Vargas para la consolidación de unas plazas en el Ayuntamiento en 2018 sean legales. Esas bases son nulas y propiciaron un proceso que limitó la concurrencia de aspirantes y condicionó su resultado. Eso es inobjetable y es una soberana chapuza que dista de ser legal, no lo digo yo, lo dice la sentencia judicial de enero de 2020. Otra cosa es que, a la luz del pronunciamiento judicial de abril de 2023, los nombramientos de funcionarios deban ser tratados como una cosa independiente, o no, veremos que deciden hacer los candidatos perjudicados por el proceso selectivo en la ejecución de la sentencia de 2020, en relación con la que, por cierto, después de lo contenido en la sentencia de abril de este año, no se ha hecho absolutamente nada.

Resulta miserable que la Sra. Vargas trate de enfrentarme a los trabajadores afectados, como una persona que no respeta sus años de servicio en el Ayuntamiento o su cometido profesional. Nada más lejos de mi intención, la que no les ha respetado, en absoluto, es la propia Sra. Vargas, que además les ha perjudicado seriamente al propiciar unas bases chapuceras y manipuladas, que estos ni pidieron, ni necesitaban, generando una mancha en su proceso de consolidación, y una incertidumbre absolutamente innecesaria y lacerante. Recuerdo en este punto, que han sido otros aspirantes en el mismo proceso de consolidación, los que han denunciado al Ayuntamiento y han obtenido una declaración de nulidad de las referidas bases.

Por otro lado, es el Partido Popular con la Sra. Vargas al frente, el que gobierna ininterrumpidamente Collado Villalba desde 2011, con una tasa de interinidad elevadísima y veremos qué pasa con la consolidación de la Ley 20/21 y la formación de tribunales, porque va a ser necesario formar muchos tribunales y después del espectáculo disuasorio que ha dado la regidora denunciando a miembros de un tribunal de oposición a una plaza de funcionario en el Ayuntamiento de Collado Vilalba, de forma gratuita y sin fundamento, con mentiras y fantasías como recoge el auto de 15 de junio de 2023, dictado por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 6 de Collado Villalba, la cosa no va a ser tarea fácil. Y todo lo ha hecho, les recuerdo, con la única finalidad menoscabar a un adversario político. ¡Qué nivelón!

Por cierto, La Sra. Vargas ha recurrido el auto con el dinero de todos los vecinos, me imagino que para ganar tiempo. Una vez se resuelva dicho recurso de apelación, ratificando el auto de junio, debería hacerse la cuenta de lo que ha costado dicho procedimiento en primera y segunda instancia, al efecto de que sea la alcaldesa la que lo abone de su propio bolsillo. No es de recibo que las obsesiones personales de nadie y menos de quién se supone está ahí para administrar el dinero de todos, sean sufragadas por los vecinos del municipio, para eso está la sanidad pública o privada, a elección de la interesada, que cuenta con muy buenos profesionales para tratar esos desordenes.

No duden ustedes que cuando tengamos la foto final, la buena señora buscará una cabeza de turco (permítaseme la expresión) a la que hará responsable de todo, y que será la que la engañó, pero ya saben ustedes:

– Padre, he dicho unas mentirijillas

– No te preocupes hija, un Padre nuestro, una Ave María, y mañana será otro día.

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