El Ayuntamiento de El Boalo cuenta con un grupo de cabras para labores de educación ambiental, limpieza de vías pecuarias y actividades de ocio familiar
Desde hace siete meses, en una finca cercana al colegio San Sebastián de El Boalo, se encuentra una majada de 2 hectáreas donde se guarda un rebaño de unas 70 cabras guadarrameñas. Hasta aquí, todo normal, lo curioso de la historia es que los animales son propiedad del Ayuntamiento y que forman parte de una iniciativa promovida por el alcalde, Javier de los Nietos, que ejerce las labores de pastor varios días a la semana. “Estoy muy implicado, es algo muy especial, y con el móvil puedo trabajar desde aquí sin estar en el despacho, hacer llamadas, contestar mensajes, correos…”, nos cuenta mientras firma digitalmente unos documentos a través de un aplicación de gestión de expedientes gracias a la sede electrónica. “Esto requiere mucho trabajo y los fines de semana y festivos cuando no está Kamal -el pastor que ha contratado el Consistorio gracias a una subvención de medio año-, yo me encargo del rebaño. Al principio, antes de que Kamal llegara, lo hacíamos Iván, el concejal de Festejos, y yo. Había trabajado antes con animales, pero nunca con cabras”.
De hecho, el alcalde conoce los nombres de muchas de las cabras que conforman el rebaño, como Isidro, el único macho que recientemente han cedido a un pastor de Prádena del Rincón que sufrió ataques de lobo, y ha asistido al parto de algunos chivitos. Por el nombre también llama a Rudo y Beto, los dos mastines españoles de seis meses que cuidan del rebaño y le protegen de estos ataques -han tenido algún aviso-, y a Chester, un perro pastor de aguas andaluz. “Nos lo ha donado una familia del pueblo. Lleva un mes y medio con nosotros y se ha adaptado muy bien”, nos señala mientras el perro corre en forma de abanico y reagrupa a las cabras.
“Las tenemos negras con tonos marrones, con manchas blancas y claras (begalas y dominicas), marrones y todas negras y vamos a traer grises. Todas, los machos y las hembras tienen cuernos, pero para evitar enfrentamientos y que se queden enganchadas en las vallas, en muchas explotaciones se los quitan”.
Javier nos cuenta que tan solo hay cinco con cencerro. “Los cencerros nos sirven para saber donde están y a ellas para saber donde está su grupo. Además, todas llevan en las orejas crotales con su número de identificación y un bolo rumial (similar a un chip) dentro del tracto digestivo”.
Gallinas y huerto
“El rebaño da un servicio socioambiental: limpieza de vías pecuarias, dispersión de semillas y mantenimiento del uso tradicional. Además, es una oportunidad única para fomentar la educación medioambiental, un lugar magnífico para atraer gente, conocer el entono de la Sierra de Guadarrama y hacer actividades de ocio familiar”. Por eso, Javier de los Nietos subraya el enclave de la majada. “Lo alquilamos por sus buenas vistas, está muy cerca del colegio y el instituto; los alumnos de Secundaria colaboran cuidando del rebaño y diseñando su propio huerto. Además, al estar al lado de la carretera (que une Cerceda con Manzanares El Real) es de fácil acceso para los coches y autobuses”. Y es que tal y como nos cuenta Sergio, un vecino de Mataelpino que trabaja como educador de calle en Moralzarzal, labor que compagina con el de educador ambiental en esta instalación. “Es un privilegio estar aquí, enseñar el pastoreo a los niños y jóvenes”. Él se encarga del blog apalancasocioambiental.blogspot.com.es, donde se puede reservar una cita para conocer este rebaño de cabras.
Todo esto se engloba en un proyecto agroecológico y de promoción de la educación ambiental en el que también está el avicompostero instalado en el colegio, donde son los padres y los alumnos los que voluntariamente se encargan de cuidar dos gallineros a cambio de huevos y se hace compost con los restos orgánicos del comedor del centro. “No estamos inventando nada nuevo, es lo que se ha hecho toda la vida”, recuerda el alcalde, que explica que su proyecto va un paso más allá y busca “generar marca y diferenciarnos de otros municipios. Los que estamos en política somos los embajadores de nuestro pueblo”. Por el momento han sido varios municipios los que se han puesto en contacto con El Boalo para interesarse por su proyecto como Potes (Cantabria), Avilés (Asturias) o Tenerife o instituciones como la Universidad Autónoma o Media Lab El Prado, en Madrid. o Centro de Naturaleza Cañada Real, en Peralejo (El Escorial) “El el blog cabrasbcmblog.wordpress.com publicamos cada semana y recibimos unas 200 visitas diarias”, cifra el regidor.
Quesería
El proyecto del rebaño continúa creciendo. En unos días llegarán más ejemplares, hasta alcanzar el centenar de cabras. “Otra de nuestras funciones es servir a otros rebaños. Se fija un precio público que nos garantiza no tener lucro cesante en la explotación y ese dinero lo empleamos en reponer cabras y en el mantenimiento. Esto es algo costoso, pero en dos años hemos calculado que tendremos coste cero, cuando tengamos unos 150 ejemplares”, dice de los Nietos.
En unas semanas se pondrá en marcha la quesería, para ello se han instalado unos módulos portátiles donde María Jesús se encargará de elaborar el queso. Las cabras se ordeñan todos los días de manera mecánica gracias a los 12 amarres con los que cuenta la majada. “La cabra guadarrameña es menos productiva, puede dar hasta un litro de leche al día mientras que la granadina llega hasta los cuatro, pero concentra mucho extracto quesero -porcentaje de la proteína de grasa para medir la calidad de la leche- y su aroma es más potente, que cambia según su alimentación. A los maestros queseros les gusta más porque da más matices”, reconoce el alcalde.
Además, a partir del 1 de junio lo gestionará una empresa de servicios. “Javier se presentó a la oferta que hicimos, es un autónomo, un chico joven que viene a vivir a El Boalo con un niño de 1 año, así traemos gente a vivir al campo”.
Alcalde cabrero
Cuando nos vamos, Javier nos acompaña. Él sale de pastoreo con las cabras, pero no con todas. “Los chivitos recién nacidos no salen. En sus primeros días solo toman leche y están con su madre, que tampoco sale”, nos explica. “Los chivitos son muy pequeños y se cansarían y las madres no quieren dejarles solos”. Nos despedimos, pero llega otro compañero de la tele a hacer un reportaje sobre el rebaño: “Ahí está -dice- es el alcalde cabrero”.