¿Se podía haber evitado un homicidio en Collado Villalba?
Un análisis criminológico (antecedentes, zona de actuación y factores de riesgo) del homicida de un indigente en la calle Mestas, suceso ocurrido el pasado 20 de junio de 2021.
Esta pregunta que acarrea una investigación ocurre tras el suceso ocurrido en la madrugada del 20 de junio de 2021, donde tras una llamada, efectivos del SUMMA 112 se trasladan al lugar del suceso. Allí encuentran a un hombre de mediana edad, con múltiples lesiones y un traumatismo craneoencefálico, no pudiendo las unidades de emergencia hacer nada para salvarle la vida.
El Grupo de Homicidios y el Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil determinaron que la causa de la muerte había sido violenta. Esto y la colaboración ciudadana permitieron averiguar el paradero del homicida y la detención de A. A. como presunto autor del crimen, siendo puesto a disposición judicial para posteriormente ingresar en régimen de prisión provisional en la cárcel “Soto del Real”.
Respecto a la víctima, ésta no portaba ningún tipo de documentación por la que pudiese ser identificada, pero se pudo descubrir que era un indigente que solía pasar las noches en la fábrica abandonada.
Antecedentes por diversos delitos
El detenido es un hombre extranjero de 26 años que anteriormente había cometido diversos delitos, por lo que contaba con antecedentes tanto policiales como penales por diversos robos y lesiones por los que podría haber ingresado en prisión o haber sido expulsado de España en aplicación de lo dispuesto en la vigente Ley de Extranjería. Según el perfil criminal del delincuente, se llega a determinar que muchas de las infracciones que cometió fueron en una zona específica. Esta área está delimitada por tres puntos característicos que se repiten en distintas ocasiones, que son: la calle Carretera de la Navata junto al antiguo bar “Los Fogones”, la estación Renfe de “La Navata” y el Bar Rocco, de la localidad de Galapagar (Madrid).

Posiblemente el motivo por el que solía actuar en esa demarcación era porque se encontraba en su zona de confort, al conocerla ampliamente, además de que era una persona de bajos recursos que carecía de medios propios para poder desplazarse.
Su “modus operandi” es descuidado, sin importarle que a través de sus actos puedan identificarle, siendo claramente desorganizado e impulsivo en cada uno de los delitos que ha cometido. Sus víctimas son muy variadas, y en cuanto a los delitos anteriores al homicidio, se ve que las mismas son individuos que pueden defenderse y que no cuentan con factores victimógenos, patrón que cambió con el indigente, de avanzada edad y estilo de vida vulnerable, lo que quizá llevó a A. A. a cometer un homicidio en vez de unas simples lesiones.
Factores de riesgo
Además, este delincuente tenía una gran cantidad de factores de riesgo, que son los que le impulsan a cometer los delitos, algunos de estos factores son: ausencia de respuesta jurídico penal por sus delitos previos, alta impulsividad en los actos que comete, la indiferencia afectiva que siente hacia sus víctimas, su conducta agresiva aumentada por un abuso de sustancias, la existencia de un déficit en la adaptación del medio y el bajo nivel socioeconómico que presenta.
La pregunta planteada como titular plantea el eterno paradigma moral entre la libertad del individuo y la seguridad del grupo, pero de momento nadie puede ver el futuro, ni cambiar la realidad. Teniendo en cuenta todos los factores de riesgo junto con el tipo de delitos cometidos anteriormente por el presunto victimario, podríamos decir que este crimen podría haberse evitado, incidiendo ya sea en los factores que presenta o mediante un mejor funcionamiento del sistema jurídico penal. Este tipo de delitos y muchos otros, podrían prevenirse en cierta medida si en las instituciones policiales y judiciales se contase con la ayuda de criminólogos, cuyos conocimientos y formación están dedicadas en primera instancia al control y prevención del delito.
Marta Miranda (estudiante de Criminología)
