El Gobierno inicia los trabajos para la exhumación de las víctimas de la Guerra Civil en Cuelgamuros
En la operación participarán, además de seis forenses, un grupo de arqueólogos, odontólogos, genetistas y cuatro miembros de la policía científica.
El Gobierno inicia este lunes los trabajos para exhumar a las víctimas de la Guerra Civil en el Valle de Cuelgamuros para dar cumplimiento a la Ley de Memoria Democrática, según ha adelantado El País. De hecho, en el interior de la basílica ya se ha instalado un laboratorio forense para que los expertos puedan trabajar.
Impulsada por el Gobierno para cumplir la Ley de Memoria Democrática, en la operación de exhumación participarán, además de seis forenses, un grupo de arqueólogos, odontólogos, genetistas y cuatro miembros de la policía científica, cuya misión específica consiste en ayudar a identificar las cajas en las que están enterradas las víctimas si los números de inscripción no se aprecian bien a simple vista.
El Valle de los Caídos, en San Lorenzo de El Escorial, alberga los restos de 33.833 restos de víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil, y es el lugar donde hasta hace poco permanecieron enterrados el dictador Francisco Franco y el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.
En ese lugar están pendientes las exhumaciones de restos reclamadas por un centenar de familias, después de que una sentencia histórica reconociera en 2016 el derecho a recuperar los cadáveres de los hermanos Lapeña, fusilados en 1936 y enterrados en este espacio.
Resignificación
La Ley de Memoria Democrática también prevé la «resignificación» de este enclave para dar a conocer las «circunstancias de su construcción» y «el periodo histórico en el que se inserta», todo ello con la finalidad de «fortalecer los valores constitucionales y democráticos».
Fue el pasado 13 de marzo cuando el Tribunal Supremo dio luz verde a las exhumaciones de los restos de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista enterradas en el Valle de los Caídos al rechazar el recurso presentado por la Fundación Francisco Franco, último escollo que frenaba las extracciones de los cadáveres.
