El Monasterio y mucho más: 12 planes para no perderse nada en San Lorenzo de El Escorial

San Lorenzo de El Escorial es uno de los destinos preferidos para hacer una escapada, con el Monasterio como principal reclamo. Pero más allá de este impresionante monumento, que forma parte del Patrimonio Mundial desde 1984, cuenta con un gran patrimonio cultural, histórico y natural, además de una variada oferta gastronómica y de ocio, que hacen de esta localidad un lugar perfecto para pasar el día, pero también un fin de semana completo, una semana e incluso estancias más largas, aprovechando su cercanía a otros puntos de interés, como Madrid capital, el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama o las ciudades monumentales de Segovia, Ávila y Toledo, entre otros puntos.

Aquí puedes encontrar 12 planes para disfrutar a fondo de San Lorenzo de El Escorial, desde la clásica visita al Monasterio a múltiples propuestas de senderismo, pasando por un museo dedicado a los insectos, un Arboreto en pleno monte Abantos, las vistas desde la Silla de Felipe II, el teatro cubierto más antiguo de España, una ruta de árboles singulares, las ermitas y miradores del Via Crucis de Cuelgamuros o un recorrido urbano para conocer los edificios más representativos del siglo XVIII.

Y si te quedas con ganas de más, no dejes de pasar por la Oficina de Turismo, situada en la Cuesta de Grimaldi, donde podrás encontrar más información sobre rutas, actividades en familia, visitas guiadas y teatralizadas o una aplicación de realidad virtual.

12 planes para no perderse nada (y uno extra)

1.- Real Monasterio

En la Carta que Felipe II escribe al general de la orden jerónima, el 16 de Abril de 1561, se exponen los motivos que le llevan a construir el Monasterio: el reconocimiento por la victoria en la Batalla de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557 y el deseo de erigir un mausoleo en memoria de sus padres y de él mismo, bajo la advocación de San Lorenzo.

La obra se inicia con el arquitecto Juan Bautista de Toledo en 1563, pero tras su prematuro fallecimiento en 1567 quien la continua es su discípulo Juan de Herrera, hasta 1584, año en que se termina la construcción del Monasterio. Este arquitecto reforma el proyecto anterior y crea un estilo propio, denominado herreriano, caracterizado por la desnudez decorativa y el rigor geométrico.

La fachada principal, orientada al oeste, tiene dos portones laterales que se corresponden con la entrada al colegio Alfonso XII y al convento agustiniano. En el centro de la fachada, entre seis columnas dóricas, se sitúa la entrada principal del edificio, coronada por un cuerpo de columnas jónicas, entre las que destacan el escudo familiar de Felipe II y una colosal estatua de San Lorenzo, tallada en granito por Juan Bautista Monegro.

En su interior destacan el Patio de Reyes, la Basílica, la Biblioteca, el Panteón de Reyes, el Panteón de Infantes, los Palacios, y las Salas capitulares, entre otros espacios. En 1931 el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial obtuvo la declaración como Monumento Histórico-Artístico y en 1984 fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Más información en la web de Patrimonio Nacional.

2.- Jardines históricos

En las terrazas artificiales que bordean las fachadas sur y este del Real Monasterio se encuentran el Jardín de los Frailes y los Jardines del Rey y de la Reina. Desde su mirador se contemplan el estanque, las huertas del Bosquecillo y la Herrería, con las Machotas al fondo.

Jardineros llamados por Felipe II dispusieron cuadros de setos de Boj con flores de vivos colores que parecían “alfombras finas traídas de Damasco”, plantadas en su interior, que actualmente han sido sustituidas por originales dibujos con setos.

Los jardines de estilo neoclásico de la Casita del Infante, dispuestos en diferentes niveles, presentan una serie de parterres de rosas y coníferas, enmarcados por setos de boj y árboles frutales con una original ornamentación con jarrones y fuentes.

La Casita del Príncipe, en El Escorial, tiene en su parte delantera unos jardines con avenidas de setos de boj que arrancan de una fuente, coniferas y sequoias de gran porte. En su parte posterior los jardines cuentan con una serie de cuadrantes de frutales, rosales y coníferas, un arco de cipreses, una pequeña cascada y un gran mascarón dorado que vierte a un estanque el agua de riego del jardín.

3.- Casita del Infante

Localizada en la Dehesa de la Herrería, al Oeste del Monasterio, fue encargada al arquitecto Juan de Villanueva en 1771, para el Infante Don Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III. Tenía como finalidad el disfrute de sus grandes aficiones, entre las que se encontraba la música y poder llevar una vida íntima, rodeado de su círculo de amistades, al margen del protocolo que rodeaba al palacio.

Está inspirada en las villas italianas y su uso es exclusivamente de recreo. Se trata de una construcción concentrada y exenta, rodeada de jardines aterrazados, tratados de manera arquitectónica, que crean una sensación de unidad, al estar relacionados con el edificio.

En la sala principal, la cúpula se decora con pinturas alegóricas relacionadas con la música. Estaba destinada a sala de audición, los músicos se instalaban en la parte de arriba y se les podía oír desde la plazoleta central del jardín. Desde sus jardines se pueden contemplar unas maravillosas vistas del Monasterio.

El Rey Juan Carlos I ha sido el último miembro de la Familia Real que se ha hospedado en la Casita, durante su periodo estudiantil en el campo del Derecho. Este edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 junto al Monasterio.

4.- Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros (denominación oficial del Valle de los Caídos tras la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática) está formado por una Basílica católica, una Abadía y Conjunto Monumental.

Al finalizar la Guerra Civil, el dictador Francisco Franco ordenó su construcción (entre 1940 y 1958), y que fuesen enterrados allí José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y 33.833 combatientes de ambos bandos.

Se encuentra enclavado en un entorno paisajístico de gran belleza natural, situado en el Valle de Cuelgamuros de la Sierra de Guadarrama, a 9,5 km al norte del Real Monasterio. En su diseño participaron los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez; las esculturas corresponden a Juan de Ávalos y Taboada, entre otros. Sobre la cima del Risco de La Nava se alza la cruz más alta de la cristiandad, con 150 metros de altura y brazos de 24 metros cada uno.

A la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, su cuerpo fue enterrado a los pies del altar mayor de la Basílica. El 13 de septiembre de 2018 el Congreso de los Diputados aprobó la exhumación de sus restos y su traslado fuera de la Basílica. Dicha exhumación se llevó a cabo el 24 de octubre de 2019 y los restos fueron trasladados al cementerio de Mingorrubio. Próximamente se procederá también a la exhumación de José Antonio Primo de Rivera, tal como ha solicitado la familia.

Para completar la visita, o como alternativa, es más que recomendable la ruta por el Via Crucis del Valle de los Caídos, con 4.700 metros, de los que algo mas de 3.000 están enlosados con piedra de granito, y unos 2.700 escalones. Ofrece espectaculares vistas desde las capillas y miradores, como la Ermita del Altar Mayor. Para realizar este recorrido es necesario solicitar permiso a Patrimonio Nacional enviando un correo electrónico a la siguiente dirección: secretaria.escorial@patrimonionacional.es.

5.- Real Coliseo de Carlos III

El proyecto de este teatro se encarga al arquitecto francés Jaime Marquet. Se inicia su construcción en 1770 y en mayo de 1771 está prácticamente terminado. Se distribuye en forma de rectángulo sobre el que se inscribe una U que configura el patio de butacas. Encima quedan dos niveles de palcos y uno de anfiteatros. Todo el edificio quedaba cubierto, lo que era sumamente novedoso en su época.

Al terminarse las obras su gestión fue cedida al común de los vecinos, conservando la Corona su propiedad. Este sistema originó múltiples disputas que finalizaron cuando el Estado lo vende, segregándolo de la finca en 1869. Posteriormente, su propiedad pasó a manos de particulares, incluso se utilizó como cine a partir de 1918. En 1967 cierra sus puertas y se inicia un proceso de deterioro y abandono.

Tras numerosas vicisitudes, se logró la definitiva restauración, llevada a cabo por los arquitectos José Luis Martín y Mariano Bayón, entre 1974 y 1979, a instancias de la Sociedad de Fomento y Construcción del Real Coliseo Carlos III. En 1979 se inaugura con un recital de Teresa Berganza, al que asistió su Majestad la Reina Sofía.

Su rehabilitación fue galardonada con el Premio Nacional de Restauración en 1980. En 1995 recibe la declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento. Se trata del teatro cubierto más antiguo que se conserva en España.

6.- El bosque de la Herrería y la Silla de Felipe II

Si vienes con tiempo, lo mejor es acercarse a pie o en bicicleta hasta el bosque de la Herrería, dejando la Lonja del Monasterio a través de los Arcos de la Compaña. Seguimos por el Paseo de Carlos III para acceder a La Herrería (declarado Paraje Pintoresco en el año 1961 y propiedad de Patrimonio Nacional) a través de un acceso con dos columnas: estamos en la llamada Cuesta de los Pastores. A la derecha dejaremos el kiosco de la Fuente del Seminario y poco después pasaremos junto al campo de golf.

Esta zona de La Herrería es una dehesa de fresno. Continuamos caminando junto a la valla del campo de golf, entre majestuosos ejemplares de plátanos de paseo o de sombra. Poco antes de llegar a la Cruz de los Romeros, un desvío nos podrá acercar a la Fuente de los Capones. La cuesta desciende hasta el Arroyo del Batán y llegamos al cruce con la carretera M-505, que cruzaremos con precaución.

La pista asfaltada lleva directamente a la Silla de Felipe II, aunque se puede atajar por los caminos que salen detrás del área recreativa, a la izquierda. En este mismo lado dejamos la Fuente de la Prosperidad. A la derecha aparece la Ermita de la Virgen de Gracia. A su lado, un ejemplar de pino silvestre, catalogado como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid.

Estamos en un magnífico melojar salpicado de cerezos, peral silvestre, bonetero, endrino, majuelo, escaramujos, zarzamora, ciruelo silvestre, saúco, aligustre, hiedras, madreselva, helechos, bardagueras, avellanos, manzano silvestre…Es también un buen lugar para identificar aves.

Tras un pequeño paseo llegaremos a la Silla de Felipe II, desde donde podremos disfrutar de una espectacular vista panorámica. Encontramos magníficos ejemplares de arce de Montpellier, especialmente uno junto a la escalinata labrada en la roca, catalogado como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid.

Aquí puedes leer un reportaje sobre el último libro publicado en el que se aborda el origen y la historia de este enclave.

7.- Arboreto Luis Ceballos

Situado en el Monte Abantos, ofrece la posibilidad de conocer los ecosistemas de la zona, las prácticas forestales tradicionales y las interrelaciones entre la Sierra y sus alrededores. Un itinerario señalizado de poco más de 2 kilómetros permite el acceso a los excursionistas interesados.

El Arboreto es un museo vivo de 3,8 hectáreas, con más de 250 especies diferentes de árboles y arbustos autóctonos de la Península Ibérica y Baleares. Dispone de espacios sobre flora y cultura forestal y recorridos temáticos auto-guiados. La visita es libre dentro del horario del Centro. También realizan actividades programadas.

8.- Insectpark

Centro de divulgación científica y cultural donde descubrirás la microfauna sorprendente y desconocida para muchos. ¡Un universo en miniatura!

Insectparck es un Centro de Educación Ambiental sobre el Pinar de Abantos y la zona de la Herrería con una impresionante colección de microfauna compuesta de especies vivas y naturalizadas (coloridas mariposas, espectáculares escaravajos, enigmáticas arañas, etc.), entre ellas la Graellsia Isabellae (mariposa isabelina), una de las mariposas más vistosas del mundo, descubierta por el naturalista español Mariano de la Paz Graells en los cercanos pinares de Peguerinos en 1848.

El centro realiza actividades para el público infantil, familias y centros escolares.

9.- Una ruta por el San Lorenzo del siglo XVIII

Partiendo desde la Oficina de Turismo, en la Cuesta de Grimaldi, podremos ver una serie de respiraderos de hierro que nos indican el curso de la conocida como Mina de Montalvo, un pasadizo subterráneo que comunicaba el Monasterio con la Segunda Casa de Oficios, desde dónde a través de sendos arcos, uno el que vemos la calle Grimaldi y otro inexistente sobre la calle Floridablanca desde la Primera Casa de Oficios, se llegaba al Real Coliseo de Carlos III.

Tomamos Floridablanca hacia la derecha y encontramos otros edificios construidos durante este siglo, como la Fonda de los Milaneses, que hace esquina con San Antón. Subiendo la calle podemos apreciar las peculiares características de la Casa de D. Francisco Martínez de Sobral, conocida como la casa del balcón de piedra. Bajamos nuevamente a Floridablanca y llegamos a los Reales Cuarteles de las Infanterías Españolas y Valonas (donde actualmente hay un hotel y un restaurante).

Al finalizar la calle Floridablanca, atravesamos la plaza de la Virgen de Gracia y bajamos un poco por la carretera de la Estación. A mano izquierda encontramos la Casa de Familias de los Infantes D. Carlos María Isidro y D. Francisco de Paula, actualmente Eurofórum Infantes. A unos 15 minutos andando se encuentra la Casita del Príncipe.

Deshaciendo el camino, desde la plaza tomamos la calle del Rey y encontramos las Cocheras del Rey, que albergan el Museo de Historia y Carruajes. Frente a este edificio se encuentra otro de gran relevancia conocido como la Casa del Cónsul de Francia, primera obra del arquitecto Juan de Villanueva en San Lorenzo.

Si subimos por la calle Patriarca desembocaremos en una zona peatonal, la calle Juan de Leyva, donde podemos observar otra obra de Juan de Villanueva: la Casa para arrendar del Marqués de Campo Villar. Desde la coqueta Plazuela de Santiago alcanzamos la calle del Duque de Alba, donde encontramos la Casa del Duque de Arcos, luego llamada de Alba. Al final de la calle subiremos para ver la Casa del Duque de Medinaceli, hoy rehabilitada. Retrocediendo hacia la calle del Rey, llegamos a la Plaza de San Lorenzo, donde encontramos otra vivienda particular levantada por Juan Esteban en 1771, la Casa de D. Felipe Díaz Bamonte.

De nuevo en la calle del Rey, atravesaremos la Plaza de San Lorenzo para tomar la calle Reina Victoria en la que encontraremos la Casa de las Tiendas o de las Columnas (conocida también como Los Soportales). Más adelante llegamos a la Plaza de la Constitución, ya situados en el centro del pueblo. Desde allí vamos a la calle de las Pozas para admirar el rehabilitado Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo, sede en San Lorenzo de la Universidad Complutense de Madrid. Junto a él, en la calle del Rey, está el Mercado Público, edificio construido en 1797, aunque ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de su historia. El Ayuntamiento ha puesto en marcha un nuevo proyecto para recuperar el callejón del Repeso y reformar el Mercado.

Más adelante alcanzamos uno de los edificios que ha conservado su función sanitaria hasta nuestros días: el Hospital de San Carlos, construcción de Juan Esteban del año 1771, y que actualmente funciona como Centro de Salud.

Bajamos nuevamente a la plaza de la Constitución y pasado el Ayuntamiento llegamos a la calle Gobernador, donde apreciaremos el edificio de la Casa del Alcalde Mayor. Más adelante, en la calle Floridablanca, vemos la Tercera Casa de Oficios, también llamada del Primer Secretario de Estado. Si continuamos hacia abajo, por la calle Floridablanca, encontramos unas escaleras a nuestra derecha, en la calle Capilla, por donde descendemos hasta llegar al recinto de la Lonja. Frente a la fachada norte del Monasterio, a la derecha, pasamos por delante de la Casa de los Infantes y la Reina.

El paseo por el siglo XVIII nos puede llevar también hasta la Casita del Infante, situada a un kilómetro aproximadamente, por el Paseo de Carlos III.

10.- El Plantel

Fuera del circuito turístico habitual encontramos la zona de El Plantel, barrio distinguido y señorial de principios del siglo XX en el que se levantan hermosas villas vacacionales de la burguesía madrileña, muchas de ellas rehabilitadas y que ahora están ocupadas de forma permanente. Toma su nombre de las plantaciones que Felipe II encargó en los terrenos que rodeaban el Monasterio. Es un lugar lleno de encanto, tranquilo y poco transitado. Los aleros pronunciados, el ladrillo neomudejar, los grandes ventanales, los balcones de hierro forjado y los hermosos jardines son las señas de identidad de este bonito barrio.

Testigo de esta bonita estampa son los restos del rail de un tranvía que nunca llegó a circular, pero que dejó la huella de lo que este elegante barrio ha sido y es para San Lorenzo de El Escorial. El eje principal lo conforma la calle Leandro Rubio, desde el final de la calle Floridablanca hasta la plaza de los Alamillos, con varias calles perpendiculares (San Conrado, Coronel de Diego y San Alberto) salpicadas de villas como Vista-Eder, Toki-Ona , Cumbres Altas, Villa Paz, El Capricho, Villa Conchita o Villa Manolita.

11.- Espectaculares vistas desde la Naranjera

Al mirador de la Naranjera se puede llegar desde San Lorenzo de El Escorial, siguiendo la pista forestal de Abantos, o desde el Alto del León, a través del camino que sale en dirección a Peguerinos. Una vez superado este pequeño municipio, ya en la provincia de Ávila, el camino discurre entre pinos hasta llegar al albergue forestal Casa de la Cueva y poco después a la Fuente de las Negras. Tomando el sendero que parte de esta zona se alcanza rápido el antiguo refugio de la Naranjera (actualmente en ruinas) y, salvando un pequeño muro, el mirador, desde donde se obtienen unas espectaculares vistas de Cuelgamuros y el Valle de los Caídos.

Desde esta zona, siguiendo el GR-10, se puede seguir hasta el Cerro de San Juan de Malagón y la cima de Abantos. Desde aquí, de Sur a Oeste se ve el embalse de Valmayor, Las Machotas, la Cruz Verde, San Benito…; hacia el lado opuesto, las cumbres más altas del Guadarrama que se encadenan hacia la Pedriza; y de frente, toda la comarca del pie de Sierra, con los pueblos en el inicio de la planicie que va perdiendo suavemente altura hacia Madrid, cuyo skyline de cuatro torres se distingue a la perfección en los días despejados.

La montaña gurriata ofrece varias alternativas desde este punto, entre ellas una tan gratificante para la vista como la ruta por la pista que lleva a la Cruz de Rubens, el mirador de Los Alerces y la fuente del Trampalón; también invita a desviarse a la no menos espectacular Casita del Telégrafo, o a buscar las ruinas de la Casa del Renegado; o, más abajo, a ir al encuentro de la desdichada y truculenta historia del niño Pedrín, recordada con una cruz que asoma a los barrancos del Risco del Portacho.

12.- Árboles singulares

Una ruta urbana no tan habitual nos permite conocer algunos ejemplares arbóreos de gran interés, algunos de ellos incluidos dentro del catálogo de árboles singulares de la Comunidad de Madrid. Podemos empezar en la Plaza de Jacinto Benavente (Los Jardincillos), donde se encuentran dos majestuosos pinsapos centenarios. En el Patio del Santuario de la Virgen de Gracia (calle Floridablanca), un bonito castaño. En los patios de la Primera Casa de Oficios se alzan otros dos pinsapos centenarios y un cedro del Himalaya con más de 150 años.

En el recinto conocido como El Parque encontraremos un ejemplar de almendro de unos 125 años de edad, un cedro del Líbano y un castaño de indias. Llegando a la urbanización de la Ballestería, un centenario cedro del Atlas se ve desde la Plaza de la Virgen de Gracia y, en el Parque infantil Felipe II, otro ejemplar centenario de pino piñonero. En el interior de la Urbanización Residencial Abantos destaca un curioso ejemplar de Sófora.

En el interior Parque Adolfo Suárez (junto al Real Centro Universitario Escorial – María Cristina) se encuentran una sabina de Virginia, especial por su rareza, un longevo cedro del Líbano y dos castaños de indias centenarios. En la cercana Plaza de los Alamillos destacan un cedro del Atlas y tres centenarios cedros del Himalaya.

En los Jardines de la Casita del Infante sobresalen un cedro del Líbano de 150 años (en la imagen superior), un pino de Sabine y dos ejemplares centenarios de pino Jeffrey, mientras que en los excepcionales Jardines de la Casita del Príncipe, en El Escorial, podremos disfrutar de dos abetos del Cáucaso, un pinsapo y dos espléndidas sequoias gigantes.

Bajando por la Calleja Larga, en dirección al albergue de Santa María del Buen Aire, se encuentra el Fresno de la Herrería. En el interior del Real Club de Golf La Herrería, un ejemplar de Rebollo, y llegando a la Silla de Felipe II, a la derecha de las escaleras, un arce de Montpellier de más de 10 metros de altura. Tomando la senda ecológica y cerca de la Fuente de la Reina, se aprecian dos espléndidos castaños con edades aproximadas de 245 y 195 años y, en la finca del Castañar, un ejemplar de Tilo de la Mano. Y para terminar, más lejos, al lado del Refugio de los Llanillos, nos encontramos un magnífico ejemplar de Olmo.

12+1.- La Casita del Príncipe

No está en San Lorenzo, sino en el vecino municipio de El Escorial, a un corto paseo desde el Monasterio, y merece mucho la pena dejar un hueco para conocer este enclave. Se construyó entre 1771 y 1775, a partir de un diseño de Juan de Villanueva, uno de los arquitectos más importantes del neoclasicismo español. Está declarada Bien de Interés Cultural desde el año 1931.

Fue erigida como pabellón de recreo para uso de Carlos IV, por entonces Príncipe de Asturias, en un bosque de robles entre el Monasterio y el núcleo urbano escurialense. Constaba inicialmente de un solo bloque rectangular, con una fachada de 27 metros, que entre 1781 y 1784 fue ampliada con un ala posterior.

Está rodeada por dos jardines, uno en la parte delantera y otro en la trasera, comunicados entre sí por dos pórticos de columnas toscanas. El gusto palaciego de la época está presente en sus fuentes, estanques, cascadas, paseos y setos de boj. A ello se añade la existencia de un extenso parque a su alrededor, poblado por especies autóctonas, como el roble y la encina; alóctonas, como la sequoia y el pinsapo; y árboles típicos de jardines.

En El Escorial también puedes encontrare otros puntos de interés, como la Iglesia de San Bernabé (obra de Francisco de Mora, en estilo herreriano), el Monasterio de Prestado, la Iglesia de San Matías (Peralejo), La Granjilla o el Puente del Secreto.

Más información en sanlorenzoturismo.es

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