Galapagar y el mundo del toro despiden al legendario ganadero Victorino Martín Andrés, fallecido este martes a los 88 años

Una auténtica marea humana ha despedido esta tarde a Victorino Martín Andrés, el legendario ganadero de Galapagar, que falleció ayer a los 88 años en su finca de Monteviejo (Cáceres), tras sufrir el domingo un grave accidente cerebrovascular que finalmente no pudo superar.

Centenares de vecinos se acercaron en la tarde de este miércoles para dar el último adiós al mítico criador de reses bravas, el único que ha conseguido indultar un toro en la historia de la plaza de Las Ventas. También estuvieron representados todos los órdenes de la Tauromaquia, con la presencia de toreros como Enrique Ponce, El Cid, Espartaco, El Viti, César Rincón, Pedro Gutiérrez «El Niño de la Capea», El Fundi, Curro Díaz, Diego Urdiales, Uceda Leal, Fernando Robleño, Jiménez Fortes, Rafaelillo, Manuel Escribano, Manuel Caballero, Luis Bolívar, Alberto Aguilar, Alejandro Esplá, Pepín Liria, El Tato, El Soro, El Viti, Cristina Sánchez o José Ortega Cano, el diestro que se midió al inolvidable «Belador» el 19 de junio de 1982, apenas 18 días después de la llamada «Corrida del Siglo», también con ‘victorinos’ en el coso venteño.

No faltaron tampoco empresarios y representantes de las principales plazas de toros de España, ni ganaderos como Juan Pedro Domecq, Juan José Rueda, José Escolar, Antonio Miura o su sobrino Adolfo Martín. También estuvo en Galapagar el gerente del Consejo de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Manuel Ángel Fernández.

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La familia, encabezada por sus hijos Victorino y Ana Isabel Martín García, ha recibido el pésame de numerosos vecinos y aficionados. Será precisamente el primogénito del ganadero quien tome el relevo al frente de la mítica divisa de la “A” coronada, algo que ya ocurría de facto en los últimos años.

La misa funeral se ofició en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, separada apenas 200 metros de la que fue la casa paterna, en la antigua plaza de la Maja (que desde hace unos años lleva precisamente el nombre de Victorino Martín), donde el desaparecido ganadero nació el 6 de marzo de 1929. Fue una ceremonia austera, sencilla y cercana, como era también el conocido como “paleto de Galapagar”, una de las figuras imprescindibles de la Tauromaquia.

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El templo parroquial ha estado completamente abarrotado, e incluso mucha gente se ha tenido que quedar fuera. Una vez terminada la misa, el cortejo fúnebre, formado por familiares, aficionados y decenas de vecinos, se ha desplazado al cementerio viejo de Galapagar, donde los restos de Victorino Martín Andrés han recibido sepultura pasadas las siete de la tarde.

Horas antes ya se había guardado un minuto de silencio en memoria del ganadero en la plaza del Presidente Adolfo Suárez, junto al Ayuntamiento, que ayer decretó un día de luto tras conocer el fallecimiento de quien hace siete años recibiera el título de Hijo Predilecto de la localidad.

Victorino Martín Andrés ha sido sin duda uno de los ganaderos más importantes de la cabaña brava española, creador de un prototipo de toro que él mismo soñó cuando empezó su andadura hace ya 50 años, con un encaste propio y que se ha convertido en referencia para los aficionados más exigentes.

Su última aparición pública fue hace apenas dos semanas en la catedral de Cuenca para recibir, junto a su hijo, y de manos del Rey Felipe VI, el Premio Nacional de Tauromaquia de 2016, que concede el Ministerio de Cultura.

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