«Dar por hecho lo falso».- Artículo de Tamara Ontoria, portavoz de Unidas El Escorial
«Los lamentables acontecimientos sucedidos en El Escorial durante los días anteriores a la celebración del llamado Pleno de Organización de su Ayuntamiento, así como las noticias de ámbito nacional sobre los encuentros entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para explorar un acercamiento al objeto de favorecer una posible investidura a la Presidencia del Gobierno, me impulsan, movida por la intensa necesidad de expresarme, y vistos ciertos paralelismos o analogías existentes entre ambos niveles políticos, a plasmar mi convicción de que hay que desmontar, al menos en el ámbito local, en el que me desenvuelvo, la campaña de datos y hechos falsos que se dan por buenos, tirando a lo fácil, a lo simple, y que han sido divulgados con intención de difamar, con mentiras muy esquemáticas que son las que lamentablemente calan, emitidas por esa izquierda a la que nos acusan de dividir.
¿Qué nosotras seguimos con el PP? No podemos seguir con quien nunca estuvimos, ni estamos, ni estaremos. Pero sí dialogaremos y nos relacionaremos, como con los demás grupos. Somos una formación autónoma, con criterio propio, con un elaborado programa, con actitudes abiertas y generosas y con principios sólidos, y no formamos parte de una «unión política» ni con el PP ni con C’s, ni de una «coalición», ni de una «asociación», ni de un «gobierno», ni somos su «sostén», ni les damos «estabilidad», jerga ésta llena de simplezas, todas ellas, que dan cuerpo al gran y torpe embuste, y que más y mejor convienen a quienes no saben convencer con argumentos serios y con datos que no se manipulen al antojo de quien los emite. Nosotros SIEMPRE hemos dado y seguiremos dando información de las razones de nuestras decisiones, no necesitamos intérpretes ajenos que nos ilustren pretendiendo corregirnos.
Todo eso es una parafernalia verbal, barata y descalificadora, que se cotorrea con fácil desparpajo y atrevimiento mediante maledicencias, insultos e injurias políticas. Ese es el nivel de la hueste de esa “izquierda”. En mi opinión son, a lo sumo, blanditos pseudoprogresistas, diluidos y confusos en un mercado que les absorbe y disuelve, con muy escaso fuste y soporte ideológicos, o ¿es que tenemos que recordarles el contenido de sus alardeados 140 años de historia, desde su apoyo al directorio militar de Primo de Rivera en los años 20, hasta el cambio antisocial con nocturnidad del artículo 135 de la Constitución, pasando por su cuasi desaparición de la escena política durante el franquismo ante el PCE, la abjuración del marxismo a mediados de los 70, el terrorismo de Estado con González, la corrupción política, el truco de la enseñanza concertada, el abrazo al neoliberalismo, la claudicación ante el poder económico, las puertas giratorias, y, ya ahora, la consolidación sin reversión de la ruptura laboral y de la ley mordaza?
En fin, ¿qué izquierda? Se salvan algunos militantes y votantes, los que se creyeron el “NO ES NO” y volvieron a gritar con fuerza hace poco “CON RIVERA NO” y “SI SE PUEDE” frente a los oídos sordos de su Secretario General, y casi siempre defraudados por su nomenclatura, sus barones y sus dinosaurios.
Su intención es la de hacer de nosotros su muleta, su compañía de cortejo anulada y neutra, para apoyar su investidura sin pacto programático previo ni distribución de corresponsabilidades en áreas de gestión, recabando también nuestro ‘altruista’ sostén de su gobierno con C’s durante el nuevo mandato, todo ello a exigencia de ese partido de derechas, su potencial socio, que terminó por darles una larga cambiada y votando al alcalde del PP.
Cada partido se votó a sí mismo; nosotros, a la candidata de Unidas El Escorial a la Alcaldía, yo misma, y eso les parece una ofensa por nuestra parte, pese al rosario de bajezas y reproches que hemos tenido que soportar en el proceso, desde el desdén a la exclusión, salvo para regalarles el voto. Esa es su generosidad.
No hemos entrado como miembros integrantes de la Junta de Gobierno Local (JGL). La potencial asistencia a las sesiones de este órgano colegiado es con derecho a voz, pero sin voto y por invitación del Alcalde. No somos ni siquiera minoría, porque no participamos en la toma de las decisiones al no disponer de la prerrogativa de votar; se trata de otra fórmula, inédita aquí hasta hoy. Nos incorporamos como observadoras, lo que nos permite un tipo de oposición cualificada por la ingente y apreciable información que podremos adquirir en ese ámbito, y que se traducirá en utilidad evidente para la ciudadanía. Será un nuevo espacio para la transparencia, si logramos aplicarla, esfuerzo en el que ya estamos. La fortaleza reside en el conocimiento.
Los paradigmas estrechos, modelos caducos, costumbres de otro tiempo, tienen escasa utilidad por sí mismos, con el riesgo de estar siempre a la gresca y en confrontación permanente. Ese es otro tipo de oposición, menos útil en este particular momento, quizá más lucida, divertida, entretenida, o espectacular, según como se mire, para sus autores; pero no así para la gente, ajena a la escenografía y al atrezo, y más atenta a sus derechos e intereses.
Nosotros también sabemos hacer esa oposición. Y muy bien, por cierto. Con educación y sin renuncias. Pero nos encontramos ante otra nueva y compleja realidad electoral, determinada por los números de cada grupo, en que nos dejaron los votantes el 26-M, y que exige otras fórmulas no incompatibles. Hay que desterrar la arbitrariedad y la pose chulesca de pretendida superioridad moral. Superioridad moral, ¿de qué? ¿en qué?
¿Va en serio eso de que haya que esperar un ciclo de cuatro largos años para ofrecer a los vecinos realidades imprescindibles, sólo porque no somos nosotros quienes gobernamos, por empecinarnos en viejas razones teñidas de protagonismo, pretensión de autoría, o supuesta capitalización de iniciativas? ¿O sea, hay que malgastar el tiempo a lo tonto tan sólo en una espera opositora anticuada y de repetición cuatrienal hasta que algún día ganemos, si es que llegásemos a ganar, y, mientras tanto, la gente ha de permanecer a dos velas?
Seguro que no. Que podemos realizar los dos tipos de oposición. Cada cual que ejerza el suyo, a ver qué resulta. Apostamos por nuestra vía combinada. Conseguiremos nuevos logros y avances, arrancándolos o consensuándolos en los órganos de todos, contribuyendo de paso a la neutralización de la extrema derecha, que no es poco. Y habrá cruces y encuentros que podamos compartir en el camino con los valedores de ese antiguo formato. Lo que no va a haber, ya se lo dijimos en el anterior Pleno, es dirigismo, supeditación, ni cohabitación de casa común, porque ésta no existe, es sólo un bulo interesado.
Y que cada uno de los tres palos aguante su respectiva vela: el gobierno minoritario; esa conocida oposición a la antigua usanza; y nuestra nueva oposición combinada y cualificada por la fiscalización orgánica, y aportativa del programa que hemos puesto sobre la mesa, hecho por y para la gente y votado por la ciudadanía escurialense.
La complejidad no sólo afecta a la dificultad de abordar en este singular trance las materias útiles a la gente desde tan variados y fraccionados puntos de vista políticos, sino que, fundamentalmente, atañe a la metodología de relaciones entre los grupos políticos, así como entre el gobierno y las distintas oposiciones, y también de éstas entre sí, de modo que se haga lo posible para alcanzar beneficios para todos los vecinos y vecinas sin que el mandato tenga que transcurrir en blanco, pues esto sería una derrota para todos, al no haber sabido ejercer nuestra responsabilidad política siempre en pro de los ciudadanos.
Y ahí, coexistiendo, interrelacionada, esa triple herramienta municipal de debate, de contraposición, de contribución, y también de consenso, que habrá de rendir sus frutos como producto de una laboriosa y difícil síntesis dialéctica por construir.
Será interesante. Habrá que estar atentos.
Sería bueno que ambos tipos de oposición se dediquen a controlar al gobierno y que no cometan el error de hacerlo entre sí. Para evitar un desgaste improductivo, una pérdida de tiempo y una desnaturalización de sus objetivos sólo a mayor satisfacción de frustrados intereses y de presuntuosas sensaciones de supremacía.
Respecto a los hechos, y a los argumentos derivados de los mismos, consúltense nuestros comunicados, salvo que sea más cómodo creerse a pie juntillas, sin contrastar, las falsedades que conlleva la propaganda camaleónica de esa pretendida y autotitulada izquierda.
Por último, no podemos pasar por alto que estamos en un pueblo entre pequeño y mediano. No es como en el estado o en la región. Es otra cosa. A la que hay que adaptarse.
Salud y república».
Tamara Ontoria Pastor
Concejala Portavoz de Unidas El Escorial