Guille Rojo guía a Gerard Descarrega hacia los Juegos Paralímpicos de Tokio

El velocista sanlorentino Guille Rojo logró un nuevo hito en su carrera como guía al escoltar al atleta invidente Gerard Descarrega, vigente campeón de los 400 metros en Río de Janeiro, hacia una nueva clasificación para los Juegos Paralímpicos, que se van a disputar en Tokio del 24 de agosto al 5 de septiembre. Ambos lograron el gran objetivo el pasado sábado, durante el Control de Invierno organizado por la Federación Andaluza de Atletismo en el Estadio San Pablo de Sevilla. Lo hicieron marcando un tiempo de 51:42 segundos y compitiendo ante los mejores velocistas andaluces sin discapacidad.

Descarrega y Rojo ya habían obtenido la mínima paralímpica en 2019, cuando marcaron un espectacular tiempo de 50:28 en los 400 metros de categoría T-11 del Campeonato de España celebrado en Fuenlabrada, rebajando la mínima exigida en 35 centésimas. Sin embargo, ambos tenían que ratificar su clasificación con la denominada mínima B, es decir, acreditar su clasificación con posterioridad al 31 de diciembre de 2020 para cumplir con los requisitos impuestos por el Comité Paralímpico Español tras los efectos de la pandemia.

Revalidar el oro paralímpico

Guille Rojo, que cumplió en enero 29 años, es el gran referente de la velocidad serrana a nivel nacional, con 47:07 segundos acreditados en los 400, y una trayectoria que le ha llevado a finales de campeonatos de España formando parte del FC Barcelona, con cuyo cuarteto del relevo 4×400 se proclamó campeón nacional.

Su calidad le llevó a ser contratado como guía de Gerard Descarrega, campeón paralímpico en Río de Janeiro 2016, y campeón mundial en Londres 2017. El trabajo conjunto dio como primer fruto el título continental de la distancia en el Campeonato de Europa celebrado en Berlín, en 2018. Sin embargo, Guille Rojo no pudo revalidar el título mundial de Descarrega al año siguiente en Dubai, debido a sendas descalificaciones en los 100 y en los 400 metros que acarrearon polémica. Ambos podrán optar a sacarse esa espina en el mejor escenario posible, los Juegos de Tokio. 

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