Academia ABECÉ, en Collado Villalba.- «La pandemia ha sido un reto para todos»

Nieves Durán, codirectora de la Academia ABECÉ, en Collado Villalba (calle Rafael Alberti, 7), explica cómo se ha adaptado el centro ante la Covid-19 y cómo está afectando la pandemia a la enseñanza. «Ha sido un reto para todos», señala. En su caso, trabajan con grupos reducidos, con estrictas medidas higiénico-sanitarias y un sistema de rotación presencial y online.

¿Cómo está afectando la pandemia a la educación?

El coronavirus irrumpió en nuestras vidas y aceleró la inmersión en el mundo online, para el que no se estaba preparado. La tecnología digital entró en los hogares favoreciendo a algunos y discriminando a otros. Aunque el comienzo fue caótico allá por marzo,  poco a poco nos hemos familiarizado con una nueva forma enseñar, aprender  y  trabajar. Una gran oferta de plataformas, aplicaciones educativas, videoconferencias… se han puesto en marcha en colegios, institutos, universidades y academias. Ha sido un reto para todos. Son diversas las medidas que se han adoptado en este curso para hacer frente a la situación actual. Se han disminuido los ratios por aula y adaptado nuevos espacios, ha habido una mayor contratación de profesorado, se han reducido horarios de clases presenciales en algunas etapas compaginando con la enseñanza online…
Bastante bien está saliendo, con la que está cayendo,  gracias al buen hacer de instituciones y profesorado.

Pero es fundamental buscar el equilibrio entre esta revolución digital y la forma tradicional de enseñar. El sistema no es perfecto y deja al descubierto carencias que se manifiestan de forma diferente según la etapa educativa.

¿Qué impacto está teniendo en el aprendizaje?

Se habla de una generación perdida, tanto por las carencias en la formación, como la posterior dificultad  en el acceso al mercado laboral. A pesar de los hechos nos gusta ser optimistas. Es evidente que una de las consecuencias será el descenso de los niveles educativos. La enseñanza presencial no es sustituible en ningún caso por la enseñanza virtual. La figura del docente en la escuela es primordial.

En este sentido, ¿habéis notado necesidades especiales por parte de los alumnos?

Sí, por supuesto. La incertidumbre y la inseguridad que genera esta pandemia en todos los ámbitos a nivel social,  intelectual y emocional hace que haya una demanda mayor de clases extraescolares por parte de padres y estudiantes para sentirse seguros, reforzados y tener ese apoyo frente a las distintas disciplinas escolares.

El tercer trimestre del curso pasado quedó incompleto. Profesores, alumnos y padres salieron adelante como pudieron, pero es evidente que no se dieron los contenidos. En el curso actual, la enseñanza online, la disminución de clases presenciales, interrupciones en el ritmo diario por aulas o alumnos confinados, falta de medios en algunos centros  o entre el alumnado…, producen aceleración de los temarios y una mayor carga académica que recae en el estudiante lo cual  requiere una mayor capacidad de autoaprendizaje. Esto no es fácil para la gran mayoría.

Genera ansiedad y estrés entre los estudiantes, tanto aquellos que tienen mayor dificultad como los que quieren mejorar sus calificaciones, estar mejor formados para poder competir en el mundo laboral y poder acceder a sus estudios superiores. Esto no exime al alumno de su responsabilidad frente a sus estudios. Una vez más apelamos a la constancia, esfuerzo y trabajo que requiere toda formación e inculcamos en nuestros alumnos.

¿Cómo os habéis adaptado vosotros a la COVID?

La Academia ABECÉ abrió sus puertas en 1991 y desde entonces vamos perfeccionando nuestra metodología y adaptándonos a los cambios a lo largo de nuestra trayectoria. Una vez más, así lo hemos hecho ante esta revolución. Nuestra oferta educativa está organizada por cursos y asignaturas. Trabajamos con grupos reducidos que a su vez se subdividen en dos subgrupos burbuja. Hemos implantado un sistema de rotaciones presencial y online. De esta forma cumplimos con el aforo y ofrecemos mayor protección para nuestros alumnos. Y por supuesto siguiendo unas estrictas medidas higiénico-sanitarias en nuestras instalaciones.  El alumno que está en casa conectado a través de videoconferencia interactúa con su profesor y el resto de los alumnos, sigue las explicaciones de la pizarra, se comparten archivos y ejercicios igual que si estuviera en el aula. Al tratarse de grupos reducidos permite ofrecer la calidad y atención  que siempre hemos priorizado.

Respetamos a aquellos alumnos que prefieren siempre estar en sus casas por ser  de alto riesgo y a su vez, también existe la opción “siempre presencial” en clases individuales para aquellos alumnos que así lo prefieren.

¿Cómo viven los estudiantes la crisis del coronavirus?

Aunque los jóvenes tienen menor riesgo de contraer enfermedad grave, está demostrado  que sufren los efectos colaterales  convirtiéndose en un grupo vulnerable frente a la pandemia, en el aspecto educativo y también  psicológico.

El estrés y la ansiedad que ya de por sí supone para muchos estudiantes el enfrentarse a los exámenes se ven agravados por la situación actual. En ocasiones hay que priorizar el bienestar emocional. Y esto afecta por igual a las distintas etapas de Primaria, Secundaria y Bachillerato.  En los casos más extremos puede  afectar la salud mental de los jóvenes.

Otra consecuencia del confinamiento es que los menores pasan demasiadas horas frente a la pantalla del ordenador, tablet, móvil y consolas como forma de mantener contacto con los amigos. Es necesario limitar los horarios de juego para evitar caer en conductas adictivas.

La parte positiva es que la pandemia ha permitido aprovechar el tiempo en familia, fomentar valores positivos y apreciar el estado de bienestar en el que vivimos. Aunque nos quejemos todos de la situación, somos privilegiados. Yo siempre les digo a mis alumnos que son afortunados porque hay muchos niños en el mundo que ni siquiera pueden ir al colegio.

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