Valdemorillo mantiene el cierre de la piscina cubierta ante las numerosas «deficiencias» que presentan las instalaciones
La piscina cubierta municipal de Valdemorillo no reunía ya condiciones para su uso en la anterior temporada, “por lo que sería una irresponsabilidad por parte de este Ayuntamiento volverla a abrir sin subsanar el deficiente estado en que se encontraba”, debiendo permanecer cerrada para corregir las graves anomalías detectadas que, hasta su clausura para la ejecución de las obras y demás trabajos que resultan “imprescindibles”, ya pusieron en riesgo y en algún caso incluso dañaron la salud de los usuarios. Sólo una actuación rigurosa y completa destinada a paliar tantas y tan serias deficiencias posibilitará que el Polideportivo Eras Cerradas vuelva a ofrecer sus clases de natación y, en general, la reapertura al público de unas instalaciones en las que se venía reiteradamente incumpliendo lo dispuesto en la Ley, como se ha constatado en relación al nivel de temperatura en el vaso, “que sobrepasaba en mucho lo permitido”, y una humedad ambiente que dio lugar a los casos de contagio de hongos y enfermedades de piel sufridas por varios vecinos.
Por todo ello, y pese al evidente malestar que provoca el mantener cerrada esta piscina, el concejal de Deportes se muestra tajante “porque, como es nuestra obligación de cara a garantizar el mejor servicio a los valdemorillenses, no dudamos en priorizar la salud y el bienestar de nuestros usuarios por encima de cualquier otra cuestión”. Afirmación que el propio Miguel Partida amplía recalcando “la apuesta de este Gobierno municipal por unas instalaciones de calidad y en perfecto estado, porque entendemos que sólo sobre esta base garantizamos la atención que realmente merecen nuestros vecinos”.
En este sentido, desde la Concejalía se precisa que entre las razones que forzaron a este cierre, cabe recordar la obligación de someter el conjunto del sistema de climatización de la piscina cubierta a una inspección, revisión que al menos debe realizarse anualmente. Sin tener constancia que tal requisito se haya respetado en los últimos años, la realizada ahora sí ha arrojado un dato muy claro, la conveniencia de acometer, sin mayor demora, una profunda labor de limpieza y desinfección.
Pero, además, se hace necesaria la instalación de una deshumectadora y sistema de climatización que pongan fin a las malas condiciones en las que se estaba utilizando este equipamiento. En concreto, en la temporada 2018/2019 la temperatura del agua del vaso osciló entre los 30 y 31 grados centígrados, para mantener caliente la instalación con una humedad relativa del aire en torno al 80%, “todo ello con el consiguiente peligro para la salud de los nadadores”. Y es que, tal como consta en el Decreto 80/1998, de 14 de mayo, por el que se regulan las condiciones higiénico-sanitarias de piscinas de uso colectivo, la temperatura del agua del vaso ha de oscilar entre los 24 y 28 grados centígrados, según su uso, mientras que la temperatura ambiente debe ser superior a la del agua en 2 o 4 grados centígrados, como máximo, contando con las instalaciones necesarias para la renovación constante del aire del recinto. A este respecto, la humedad relativa del aire no puede exceder en ningún caso el 70%.
Incumplidos anteriormente dichos parámetros, “es evidente que no podemos abrir la piscina hasta instalar la deshumectadora y el sistema de climatización”, dada la evaporación que, de manera natural, genera la temperatura de los vasos del agua y que hasta ahora estaba en niveles totalmente descontrolados”. Y es que se da la circunstancia que esta evaporación se incrementa significativamente por efecto de la propia agitación del agua por parte de los nadadores, un aumento que puede resultar peligroso si no se mantiene dentro de los límites permitidos, creando unas condiciones que, no sólo provocan el disconfort térmico, sino, lo que aún es más grave, llevan a la proliferación de hongos y microorganismos.
Una realidad ya detectada, porque como señala el actual concejal de Deportes, “nos consta que en la pasada temporada hubo contagio de hongos y otras enfermedades de la piel”. Es más, con el paso del tiempo esta elevada humedad en exceso implica también el progresivo deterioro de los materiales de construcción a causa de las condensaciones formadas en los cerramientos. Todo ello se aprecia en un suelo en la actualidad levantado, madera seriamente dañada y, en suma, en una estampa en nada compatible con el estado en el que debe presentarse para su uso una instalación de este tipo, donde también se cuenta con numerosos desperfectos en la zona de vestuarios, con taquillas rotas, y duchas y aseos en muy mal estado.
“Ante tantas y tan graves irregularidades, hemos de actuar con la responsabilidad que nos corresponde, por lo que apelamos a la comprensión de nuestros vecinos desde el compromiso de tratar de corregir la difícil situación planteada y hacer viable la completa reforma y puesta a punto de nuestra piscina cubierta para que, una vez abierta, sea disfrutada por todos sin riesgos y en las condiciones que nuestro pueblo se merece”, asegura Miguel Partida, añadiendo que “con toda la intervención a seguir vamos a poder contar al fin con una instalación acorde a los necesidades de los usuarios, resultando más moderna y funcional”. De hecho, junto al nuevo sistema de climatización y deshumectadora a instalar también se procederá al arreglo de los vestuarios, sustituyendo las taquillas.