“Cine, cine, cine. Más cine, por favor” (Artículo de Félix Alonso, Colectivo Rousseau)

Esta noche me acuesto tarde. He estado viendo la película “Malmkrog”, de Cristi Puiu, un conjunto de reflexiones acerca de problemas filosóficos que un grupo de personajes se van lanzando, sin interrumpirse, en una lujosa mansión. Ya había visto de este director “La muerte del señor Lazaresca”, pero esta es muy diferente, agotadora, y eso que me gusta Albert Serra. La obra se basa en los “Tres diálogos y el relato del Anticristo”, del filósofo ruso Vladomir Soloviev, el mismo que utilizó Tarkovski para preparar su guion inacabado del “Idiota”. “¿Qué es el mal?”, se pregunta el filósofo ruso. Su perspectiva es cristiana, cosa que interesaba también a Puiu: topar con alguien que defiende la posición de Jesús de Nazaret le resulta excéntrico y por ello atractivo. Habría que remontarse al cine de los 50 para encontrar esa inquietud teológica, que entonces solía referirse —Bergman, Rossellini— al silencio de Dios.

En otro momento de la peli uno de los personajes se muestra convencido de que la guerra no es un mal ni un bien absoluto: más bien hay guerras buenas y guerras malas. Daría para mucho debate; eso es lo que nos gusta del cine, ver una película y sacar todo lo que tenga al descubierto.

Estoy dándole vueltas a todo esto cuando de pronto me suena el teléfono y pienso sin querer en una hipotética conversación:

– Hola Félix, soy la alcaldesa. Te llamo porque mañana vamos a comprar el cine, y necesito tu opinión ya que has sido uno de los más activos defensores de poner en marcha la actividad cinematográfica, y además para pedirte disculpas por no contestarte a la petición de hacer la Sala Angelino Fons.  

Lo primero que me sale es decirle algo así como que he leído con atención tu entrevista en este periódico y no se desprendía de la misma un gran entusiasmo cinéfilo, pero nosotros, me refiero al Colectivo, aplaudimos la iniciativa en todo caso, y esperamos que también aplauda todo el pleno municipal.

– Alcaldesa, la recuperación del Cine Variedades no puede hacerse de forma alguna sin una sala cinematográfica, sería una aberración. El contenido de sus programaciones no cabe aquí señalarlo, pero bien podrían proyectarse películas que entran en circuitos más minoritarios, que no tienen cabida en las multisalas más cercanas, como las de Villalba o Las Rozas, en la seguridad de que, si éstas atraen a público de sus poblaciones próximas, una programación de este tipo tendría el mismo efecto. También podría acoger películas para público infantil, monográficos sobre directores de cine, servir como sala de apoyo a festivales especializados. Una sala de proyección con una capacidad aproximada de 150 personas satisfaría plenamente estas necesidades. La actividad de la sala puede perfectamente completarse con exposiciones sobre artistas ubicados aquí, como las que actualmente se ofrecen, pero mejor comisariadas y, sobre todo, ofreciendo a los artistas un plazo más dilatado del que ahora disponen.

Te propongo crear un Centro de Recursos Audiovisuales y Nuevos Medios para cubrir un vacío en la oferta de formación en esta zona de la Sierra de Madrid. Su rehabilitación daría  trabajo a los vecinos del pueblo.

En fin, una buenísima idea comprar el cine. Pero una malísima idea que el espacio se convierta en el típico desahogo capitalista de instalar un centro comercial o viviendas “de lujo”. Estate atenta, el cine hoy no es negocio. Las plataformas lo pueden todo. Adiós, saludos.

Félix Alonso (Colectivo Rousseau, San Lorenzo de El Escorial) 

 

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