Alumnos del IES Carmen Martín Gaite, de Moralzarzal, participan en un concurso europeo con la construcción de un satélite

El IES Carmen Martín Gaite, de Moralzarzal, participa por primera vez en CanSat, un concurso europeo donde alumnos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional menores de 19 años crean un satélite  con una lata de refresco (Can, en inglés significa lata, y Sat, es una abreviatura de satélite).

En el caso de Moralzarzal, son dos grupos con alumnos de 4º de la ESO (Marta Molina, Marta Pello, Rocío Jimeno, Inés Soto, Marwan Essalhi, Diego García, Marcos Blázquez, Laura Agustín, Emma Navarro, Kawtar El Bouazzaoui) los que con el apoyo del Departamento de Tecnología del centro se han embarcado en esta aventura, cuya misión primaria es medir la presión atmosférica y la temperatura y aterrizar adecuadamente para poder recoger los datos que registre (obligatoria para todos los participantes) y la secundaria difiere en cada proyecto.   

«Estamos creando un satélite en miniatura con una lata que tiene todos los subsistemas que tiene un satélite normal, es decir medir la presión, temperatura, etc. y luego podemos añadir una cámara o el sensor que  queramos, y nosotros hemos decidido añadir uno que mida la humedad relativa para ver a qué altura están las nubes, si se van a mover, a qué dirección va el viento…», explica Marwan Essalhi, alumno participante de uno de los equipos.

En cuanto al otro equipo de Moralzarzal, la idea es que el satélite tenga una compuerta para lanzar semillas y ver cómo podrían resembrar una zona quemada utilizando esta tecnología. 

A través de asignaturas optativas como Digitalización, Tecnología y Proyectos tecnológicos, los profesores Juan Gómez y Julia Íñiguez tutorizan los dos proyectos con los que participarán en la competición regional organizada por la Comunidad de Madrid para el mes de marzo, paso previo a la prueba nacional. 

El concurso consiste en el lanzamiento de un cohete que contiene seis satélites de seis grupos distintos a una altura de entre 300 y 500 metros y en la caída es donde se cuantifican los resultados del trabajo realizado. La valoración de la parte técnica supone un 25 por ciento del proyecto; también se aprecia la financiación, la difusión o cómo han repartido las tareas. En cuanto a la misión secundaria, también se tiene en cuenta qué se estudia con el satélite creado. 

En horas lectivas, aunque los participantes reconocen que también dedican tiempo por las tardes, los alumnos trabajan los contenidos de estas materias de un modo práctico y casi autogestionado. El trabajo se divide en diferentes competencias que van desde la creación del satélite hasta la financiación o la difusión del proyecto.

Así, uno de los grupos ha encontrado la financiación en una empresa local que les patrocina el satélite: Ventor Innovation, que se dedica a la construcción de drones en Moralzarzal. «El coste de hacer un satélite es de unos 150 euros», señala la alumna Kawtar El Bouazzaoui, «y hemos hablado con Emilio y nos ha comprado el kit». «Además, como también hacen satélites, nos recomendó el sensor de humedad relativa», añade Marwan Essalhi.

También el IES Carmen Martín Gaite hará una aportación para la compra de material, necesario para instalación de un paracaídas que amortigüe la caída del satélite. «Tenemos que ver desde donde lo tiramos. Necesitamos algo que tenga más de 10 metros de altura porque ahí es donde coge la velocidad máxima. Algunos lo lanzan desde la torre de los Bomberos o desde un puente», apunta Juan Gómez.

Como preludio, los profesores han recibido formación sobre el CanSat y el centro un ‘kit’ para iniciar el proyecto. «Nos pareció una opción muy atractiva para trabajar cosas del Departamento de Tecnología desde un punto de vista práctico y aplicado, que es más motivador», ha explicado Juan Gómez.

«Se trata de buscar el aprendizaje desde un punto de vista del interés del alumnado, que se fomente el interés en asignaturas de ciencias y que les apetezca esforzarse por algo que les gusta. En una asignatura con otra metodología, por mucho que queramos, no vas a hacer algo tan motivador como esto. A mí como alumno me hubiera gustado que me hubieran planteado este reto», reconoce Gómez.

Aunque la participación en la iniciativa es voluntaria, desde el Martín Gaite se pusieron varias condiciones a los participantes. «La idea es que no les suponga una sobrecarga muy grande, por eso hemos cogido gente que estuviera sacando buenas notas y que no haya tenido problemas en otras asignaturas. No les podemos pedir un trabajo extra y una madurez cuando suspenden otra asignatura».

«A mí las asignaturas de Tecnología y del mundo de la informática me interesan bastante», apunta Marwan Essalhi. «A mí también», se une Emma Navarro, que reconoce que la profesión de su padre le apasiona. «Ahí tengo apoyo».

«A mí esto me interesa bastante porque soy aficionado a la física», confiesa Marwan Essalhi, «miro muchos videos y podcast sobre cómo medir la presión y le dije a Juan (el profesor) que quería entrar. Es una puerta para nuestro mundo laboral, aunque aún somos jóvenes y tenemos mucho en qué pensar. Esto nos motiva porque es diferente».

Además de Moralzarzal, otros municipios de la Sierra participan en CanSat son Collado Villalba o El Escorial, entre otros. 

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