Un Galapagar brillante con el balón pierde la Copa de Campeones ante el orden y la eficacia del Ursaria (0-1)
El Galapagar no pudo comerse la guinda del pastel más delicioso que ha probado en 52 años de vida, y se quedó sin añadir la Copa de Campeones de Preferente a los dos ingredientes principales: el ascenso a Tercera RFEF, y el título de campeón del Grupo 1 de la máxima categoría de Regional, su nuevo techo histórico. Se lo impidió el CDE Ursaria, que ganó la final por 0-1. Quizá lo más justo hubiese sido un empate, incluso un triunfo serrano, pero el Galapagar no pudo traducir al marcador sus buenas maneras con la pelota y acabó perdiendo donde se definen los partidos: en las áreas.
Penalti decisivo
El Ursaria aplicó la máxima de que las finales se ganan, no se juegan. Se llevó el partido por eficacia, por carácter competitivo y por tener el don de la oportunidad que suelen tener los equipos capaces de mantener un alto grado de concentración en los noventa minutos. Esa oportunidad se le presentó mediada la segunda parte, cuando Jony corrió un envío en largo y fue derribado por Jaime Cid sobre la raya del área. La jugada generó dudas en la afición galapagueña, pero el árbitro, Muñoz Moreno, no lo dudó y señaló los once metros. El propio Jony transformó el penalti, engañando a Sergio, y el 0-1 fue una losa que ya no pudo levantar el Galapagar.

Si ese resultado fue injusto en algo fue con el fútbol del Galapagar de la primera media hora, un concierto de circulación de pelota a la máxima precisión que empequeñeció al Ursaria: brillaron Greci, De la Torre, Facu Ferratti, Pablo Buceta, otra vez pletórico en las caídas a banda, siempre ofreciendo profundidad; y Marcos Gil. El máximo goleador de la temporada más brillante, con 14 goles, tuvo la ocasión más clara del Galapagar a los siete minutos, cuando rompió a la zaga por la derecha y se sacó un disparo cruzado que el portero sacó a una mano, con una estirada al límite. Al rechace no acudió nadie, y el cuadro de Álvaro Gómez-Rey perdió la ocasión de llevar al marcador su abrumador dominio de salida.
El Galapagar siguió mandando, con un manejo de balón de calidad, y apuró al Ursaria hasta el punto de forzar varias faltas en las inmediaciones del área. Facu Ferratti y Buceta probaron desde varios lados, pero no encontraron puerta y el partido empezó a equilibrarse a partir de la primera pausa de hidratación, ya con el sol de Vicálvaro apretando cerca del máximo. En esa nueva fase, el Ursaria hizo uso de su turno de réplica y gozó de la mejor ocasión del partido, en una colada de Rati por la derecha rematada por Borja Pascual a bocajarro. Sergio le negó el gol al ex del CUC Villalba con una mano arriba inverosímil. Antes del descanso, el Ursaria a punto estuvo de reeditar el gol de estrategia anotado por el Dosa en El Chopo, con un córner raso hacia el primer palo que encontró libre de marca a Charly, cuyo remate sobre la marcha se le fue alto.
La sensación de mayor equilibrio se asentó definitivamente en la segunda parte, en la que el Ursaria adelantó líneas y el Galapagar perdió precisión en el tráfico de balón. Suya siguió siendo la iniciativa, sí, pero con un aspecto más insustancial. Las ocasiones quedaron restringidas al balón parado y el partido buscó su resolución en los detalles. El que hubo fue el penalti de Jony, un mazazo que no pudo levantar el Galapagar, pese a tirar de corazón y coraje en los minutos finales.
El Ursaria se hizo fuerte atrás, más si cabe tras la expulsión de Sánchez por doble amarilla faltando tres minutos, y el Galapagar no mató cuando Ferratti a punto estuvo de marcar de espuela, culminando una gran triangulación fabricada por la izquierda. Fue la única fisura que encontró en el entramado madrileño, ya sobre la hora. Después llegaron la expulsión de Sergio Pliego por protestar y un arreón final más racial que eficaz, tras el que levantó los brazos el Ursaria como nuevo campeón de Preferente, sucediendo al Móstoles CF. El Galapagar no pudo traerse una Copa que sigue siendo tabú para la Sierra, nueve años después de que el CUC Villalba se quedara sin levantarla tras aquella tanda de penaltis de 2012 ante el Real Aranjuez.
Copas para los campeones
El Galapagar cayó ante un CDE Ursaria que ha cuajado un curso apoteósico: creado en 2018 a partir de la plaza en Primera Regional del extinto CD Latina, en apenas dos años ha saltado a categoría nacional, de la mano de Carlos Cura, un técnico que, pese a su juventud, venía acumulando experiencias de peso tanto en el fútbol formativo del Atlético de Madrid, como en equipos profesionales como el Atlético Baleares, donde fue segundo entrenador y analista táctico. Tras firmar el ascenso a Preferente, este curso ha logrado saltar a categoría nacional con una plantilla en la que figuran futbolistas de gran trayectoria, como Rati, histórico lateral del Santa Ana, o viejos conocidos de la afición serrana, como los ex del CUC Villalba, Borja Pascual, Bassim y Rubén Muñoz, que fuera integrante del equipo amarillo subcampeón de Liga en Tercera División.

El equipo madrileño recogió la Copa de Campeones de Preferente tras el partido, un título que, de acuerdo con las bases de competición previstas por la Real Federación Española de Fútbol para la temporada 2021/2022, no dará acceso a la fase previa de la Copa del Rey, un punto que ha generado mucho revuelo en los últimos días en el entorno del Galapagar. Los campeones de los grupos tenían esperanzas de jugarse el pase en la final, pero éstas se desvanecieron al conocer el epígrafe F de la reglamentación, en el que consta el cambio de criterio para el próximo curso: jugará la Copa el mejor tercero de Preferente, el Colonia Moscardó, al ser el primer clasificado entre los equipos territoriales que no saltan a categoría nacional.
La ceremonia protocolaria de entrega de trofeos ya se había iniciado en los prolegómenos del partido, cuando los dos conjuntos recogieron de manos de Paco Díez y de su vicepresidente deportivo en la RFFM, José Luis Polo, los trofeos de campeones de ambos grupos. Gonzalo Sanz, Nacho Martín, Marcos Gil y Greci recogieron como capitanes del Galapagar la copa más importante del club, y ni la decepción de la derrota pudo evitar que el trofeo presidiera por la tarde la comida que se llevó a cabo en un conocido restaurante de La Navata, en la que directiva, cuerpo técnico y plantilla celebraron por todo lo alto la histórica temporada del Club Deportivo Galapagar.

CD GALAPAGAR: Sergio; Gabri, Jaime Cid, Sergio Pliego, Jorge Martínez (Guille, 67’); Marcos Gil, Facu Ferratti, Juan de la Torre (Íñigo Teijeiro, 84’), Greci (Jorge Alegría, 78’); Pablo Buceta (Carrasco, 84’) y Sergio Mas (Nacho Martín, 78’).
CDE URSARIA: Carlos; Rati, Paulo, Rubén Muñoz, Darío; Bassim (Nacho, 91’), Sánchez, Borja Pascual (Millán, 91’); Charly (Jaime, 77’), Jony (Royo,79’) y Peli (Cejudo, 79’).
ÁRBITRO: Muñoz Moreno. Expulsó por doble amarilla a Sánchez, jugador del Ursaria (88’) y por roja directa al galapagueño Sergio Pliego (93’).
GOL: 0-1, Jony de penalti (69’)
INCIDENCIAS: Partido final de la Copa de Campeones de Preferente, disputada en el campo de Valdebernardo de Vicálvaro ante cien espectadores, máximo permitido por el protocolo anti Covid. El Galapagar agotó en la víspera el cupo de 50 plazas para sus socios, y ofreció al resto de aficionados la posibilidad de seguir el partido en directo a través de la retransmisión de la RFFM, en el Club Social El Bailadero.
Jaime Fresno