El Galapagar frena al Colmenar y desata otra fiesta en El Chopo (2-0)

⚽Un gol de penalti ‘a lo Panenka’ de Marcos Gil y una jugada personal al contragolpe de Carrasco tumbaron en la segunda parte a un Colmenar que desperdició sus mejores ocasiones en el primer acto. ⚽Los visitantes jugaron media hora en inferioridad por la expulsión de Lucho en el penalti, y pidieron gol en un cabezazo de Toñín que escupió el larguero a la misma raya de marca. ⚽A falta de cuatro jornadas, el Galapagar se sitúa líder en solitario con 36 puntos, tres de ventaja sobre Alcobendas y Tres Cantos, y cinco más que el Colmenar.

El Galapagar desactivó la gran amenaza del Colmenar y ya intuye la orilla, en la que le espera el debut en categoría nacional: ganó 2-0 y mandó a cinco puntos a un rival de cuidado, que llegaba en plena racha de victorias y con la posibilidad de desbancarle del liderato. Era tal la tensión y la expectación por ver el desenlace del choque de trenes que había sido aplazado dos veces en el intervalo de un mes por el coronavirus, que el pitido final fue una liberación de toneladas de adrenalina, con El Chopo fundiéndose con su equipo en una celebración que se pareció mucho a la de un ascenso. De nuevo, la parroquia arlequinada sufrió, animó, vitoreó y, finalmente, vibró, en una tarde noche que estará en el libro de la historia futbolística galapagueña si se produce el final feliz.

El Galapagar dejó constancia una vez más de su gran seguridad defensiva / Fotografía: Rafa Herrero

Como se esperaba, el partido no fue nada fácil. El Galapagar pudo resolverlo gracias a su extraordinario manejo de los detalles, producto, sin duda, de la capacidad de concentración que el equipo mantiene durante los noventa minutos. Ello le permite sobrevivir cuando se ve apurado, y ajusticiar cuando la superioridad le pertenece. Lo primero sucedió en la primera parte, cuando el Colmenar amenazó y estuvo cerca del gol; lo segundo ocurrió tras el descanso, cuando el partido se fue descosiendo y aparecieron los espacios, ese terreno abonado para Marcos Gil, Sergio Mas, Buceta, Carrasco… El Colmenar, sin el concurso de Manu Rosales y Rubén Blanco -el primero por ciclo de tarjetas y el segundo con un isquiotibial dañado-, terminó por perder el control y acabó como casi todos los visitantes de El Chopo: castigado por su espalda.

Larguero del Colmenar

Antes de eso el partido pudo cambiar de signo en el primer acto. Tras un arranque descontrolado, jugado en los cuerpo a cuerpo y por momentos a la patada a seguir, el Colmenar fue el primero en bajar el balón al impecable césped de El Chopo. A la primera trenzada, minuto 3, Toñín descargó una apertura medida a la carrera por la derecha de Víctor Salcedo que el ex del Torrelodones convirtió en un pase de la muerte, al hueco entre defensas y portero. Justin Freitas, el ariete de la franja, se quedó a un metro de empujar el 0-1 a placer. Fue una jugada casi calcada a la protagonizada por Messi y Rubén Lozano el día del Periso, también con 0-0, y un susto que invitó a la respuesta del Galapagar, utilizando la banda de Gabri Zamorano. El polivalente carrilero empezó por abrochar un centro desde la izquierda que no encontró rematador en el segundo palo, y casi acto seguido desbordó por su banda para acabar aparentemente derribado sobre la lateral del área, en una acción en la que Martínez Mansilla se inhibió.

Gonzalo ataja el balón en una jugada de ataque del Colmenar / Fotografías: Rafa Herrero

Ya para entonces frecuentaban el balón los creadores, Nacho, Ferratti y De la Torre, aunque con un problema de profundidad ante un Colmenar bien organizado, que explotó la banda derecha con Víctor Salcedo y las subidas de Edu Díaz. A ese detalle contribuyeron tanto la lesión de Gabri, que tuvo que ser sustituido por Jorge, como la insistencia del Colmenar, que por ese carril encontró su mejor ocasión en un ataque posicional: Díaz templó con buen pie un centro al punto de penalti y allí, Toñín, con un giro de cuello perfecto, se sacó un cabezazo letal que se estrelló de forma espectacular en el travesaño, antes de botar sobre la misma raya de gol y provocar la reclamación de los futbolistas visitantes. Era el minuto 35, y el Colmenar, en el contexto de un partido equilibrado, parecía tenerlo más claro arriba. A esa sensación contribuyó su última gran ocasión, un disparo seco a media altura de Justin Freitas que Gonzalo sacó como pudo. Con esa secuencia, el descanso llegó como algo necesario para los intereses gualdinegros.

Marcos Gil y Carrasco deciden

El segundo tiempo ya fue otra historia. El Galapagar encontró más profundidad, a base de dar una vuelta de tuerca a esa intensidad que le permite morder como nadie en casa. Durante el primer tramo merodeó el área forastera, percutió por las bandas, con un Pablo Buceta pletórico en cada caída hacia la derecha, y acabó por sacar el máximo rédito al arreón, cuando a Marcos Gil le cayó un balón cerca del área chica y Lucho se lo llevó por delante en su desesperado intento por evitar el remate. “Fue un balón dividido en el área. Le doy un toquecito y el defensa llega tarde y me da a mí”, explicó después el delantero. El árbitro no dudó en señalar la pena máxima, tampoco en mostrar la segunda amarilla al central. La acción que definió el partido acabó con Marcos Gil transformando el penalti a lo Panenka, colando el balón por la misma escuadra de un Kevin vencido hacia el otro lado, y desató la algarabía.

El Colmenar acusó el golpe del 1-0 y su inferioridad numérica empezó a pasarle factura conforme avanzaban los minutos. Álvaro Fernández intervino para quitar a uno de sus mejores activos, Víctor Salcedo, y a un Bilal sin peso en ataque por el buen trabajo que sobre él hicieron Sergio Pliego y Jaime Cid, algunas veces al borde del reglamento, para desesperación del técnico colmenareño. Del nuevo dibujo, ya con Guille y Mansilla en el campo, salió una apuesta al máximo riesgo, que dejó a Díaz y Pablo Gil prácticamente como únicos cierres, y dio pradera para los contragolpes de un Galapagar muy seguro atrás y ya cargado de confianza. En otro latigazo, Pablo Buceta, pletórico de facultades, rompió por la derecha con una espectacular carrera de 40 metros que culminó en un servicio a la medida de Sergio Mas. El goleador de la casa, libre de marca, pifió el remate del 2-0.

El guion fue recurrente ya hasta la recta final, cuando el Colmenar quemó naves y sometió el área de Gonzalo a un bombardeo aéreo que puso negro sobre blanco en la seguridad defensiva del Galapagar: los zagueros despejaron todo, expeditivos, y Gonzalo dominó el aire, con otra exhibición de colocación, ya fuera en seguridad de blocaje, o con los puños. Sólo hubo un error: una pérdida saliendo con el balón en tres cuartos que dio a Guille la opción de rematar en la frontal. El chut del atacante se fue a un palmo de la escuadra.

Hecho ese paréntesis, a seis minutos del 90, el partido se fue a buscar su final entre la desesperación del Colmenar y la confianza de un Galapagar que, fresco con los cambios, asestó el golpe final en el 92: Jorge rebañó un balón en su zona de lateral, cambió la orientación del juego hacia la izquierda, y por allí irrumpió libre de toda marca y a la carrera Miguel Carrasco. El delantero, que había arrancado antes de la línea de medio campo, se cosió el balón a su bota derecha y ganó el balcón del área, donde quebró sin dificultad a un agotado Pablo Gil, antes de definir bajo las piernas de Kevin, raso y al palo largo. El golazo resumió las cualidades del ex del Alcobendas, un delantero cuya calidad apenas se ha podido ver con cuentagotas a causa de las lesiones, y que terminó por poner un broche de oro a la noche galapagueña.

El Chopo acabó fundiéndose en una celebración conjunta con el equipo, que ya es líder en solitario con tres puntos de ventaja, entre gritos de “¡A Tercera”. Aún hay que esperar para eso. Lo inmediato es pasar por el Antonio Sanfiz de Aravaca, este domingo a las 16:00 horas, y después litigar el 30 de mayo con el Alcobendas. Pero sobre el ambiente ya revolotea la impresión de que nada puede salirle mal a un equipo que se maneja con esa seguridad que le permite sufrir y golpear con la mayor naturalidad, como si fuera un veterano en mil batallas por el ascenso. El Galapagar tiene al toro del ascenso cuadrado, bien de atrás y escarbando, a falta de la estocada final. Los olés del público, ya recurrentes en cada sesión chopera, sirvieron otra vez en bandeja el símil. Y sí: parece una cuestión de Puerta Grande o Enfermería, porque a estas alturas se abre un abismo entre la gloria y la decepción. Así les ocurre a los que pueden hacer historia.

La populosa grada de El Chopo no paró de animar en todo el encuentro / Fotografías: Rafa Herrero

CD GALAPAGAR: Gonzalo; Guille, Sergio Pliego, Jaime Cid, Gabri (Jorge, 25’); Nacho Martín (Jorge Alegría, 83’), Facundo Ferratti (Íñigo Teijeiro, 83’), Juan de la Torre, Marcos Gil (Miguel Carrasco, 89’); Pablo Buceta y Sergio Mas (Greci, 70’).

AD COLMENAR VIEJO: Kevin; Díaz, Lucho, Pablo Gil, Kike; Víctor Salcedo (Guille, 63’), Casti, Toñín (Julián, 52’), Elvira; Justin Freitas y Bilal (Mansilla, 82’)

ÁRBITRO: Martínez Mansilla. Amarillas a los jugadores del Galapagar Sergio Mas y Nacho Martín; y a los colmenareños Kevin, Díaz, Pablo Gil y Justin. Expulsó a los visitantes Lucho (59’), por doble amarilla, y al portero suplnete, Jaime, por roja directa como integrante del banquillo.

GOLES: 1-0. Marcos Gil de penalti (59’). 2-0. Miguel Carrasco (92’).

INCIDENCIAS: Partido aplazado de la 13ª jornada de Liga en el Grupo 1 de Preferente. Algo más de 400 espectadores en el Municipal de El Chopo, en tarde noche muy agradable.

Jaime Fresno

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