Kiko: “El presidente me recordó cómo me ataba las botas de pequeño”

El delantero se despidió del fútbol aportando su último gol a la salvación del Cerceda, en la victoria decisiva sobre el Galapagar B (4-3)

El campo de Puente Madrid vivió el pasado domingo una tarde para el recuerdo, con la permanencia ‘in extremis’ del Cerceda en Preferente, tras una espectacular victoria por 4-3 sobre el Galapagar B, y la despedida de uno de los futbolistas más emblemáticos de la Sierra, Francisco Ramírez Grande, ‘Kiko’, quien además marcó el gol que abrió el marcador cuatro minutos después de recibir un gran homenaje que incluyó un montaje en vídeo con los mensajes de sus entrenadores, compañeros y amigos.

Un guión casi de Hollywood en el recinto cercedeño, que registró un lleno de reventón para apoyar al equipo y despedir al héroe, gran goleador del Cerceda en la última década junto a su inseparable compañero de delantera, Paletas, precisamente el jugador que le asistió en el 1-0. Ambos lloraron cuando Kiko fue sustituido a cinco minutos del final, todavía con la incertidumbre del 4-3, sabiendo que estaban ante el último baile con la equipación blanquirroja. Se separa, pues, el tándem atacante más famoso del fútbol serrano, el que garantizaba entre 30 y 50 goles por temporada; también, un fenómeno social, de esos que se disfruta mejor en un pueblo pedáneo como Cerceda.

Kiko, en el partido de su despedida del fútbol
Kiko, en el partido de su despedida del fútbol

¿Fue la despedida soñada?        

Pues sí, la verdad es que fue un día muy muy especial… Llegar ahí y marcar gol en el minuto cinco para darle vida al partido… Fue increíble todo, eso y el haber podido mantenernos.

Hay quienes piensan que los homenajes antes de los partidos traen mala suerte, o que descentran, pero no fue así, todo salió perfecto…        

Bueno, yo no sabía que eso era así, la verdad. No, no: estábamos súper concentrados en ganar, lo más importante era ganar. No me había dado tiempo durante la semana ni a pensar en mi despedida ni nada, porque todo el equipo estábamos en el vestuario pensando en la victoria, desde el domingo anterior que perdimos en Aravaca.

Te hicieron un video, un pasillo de los dos equipos… ¿Sabías algo de que iba a ser así, o fue sorpresa?       

No, no sabía nada, la verdad. No tenía ni idea. Pensaba que me harían algo, yo que sé, después del partido… ¿Pero sabes qué pasa? Que como nos jugábamos tanto, si hubiésemos perdido y hubiésemos descendido hubiese sido todo un poco triste. Pero tuvimos la suerte de ganar y la verdad que me prepararon un montón de cosas: un video increíble, un pasillo en el que también participó el Galapagar… Estuvo muy bien.

Kiko y Paletas
Kiko y Paletas, el tándem del Cerceda que ahora se separa

Tu último gol fue en combinación con Paletas, como no podía ser de otra forma. ¿Cómo fue?       

Sí, no podía ser de otra forma, después de tantos años (ríe). Había un balón profundo que dieron a Paletas y estaba muy escorado para tirar. Se la pedí, la echó atrás, y de primeras con la izquierda, en el área pequeña, la eché para dentro. Así fue el último gol.

Tras el 1-0, el Galapagar B reaccionó: Rafa Vega empató de penalti y luego volvió a marcar casi llegando al descanso. ¿El partido se complicó mucho?        

Sí, en el minuto 45, justo antes del descanso, nos marcaron el 1-2 y fue un batacazo. Nos metimos para dentro del vestuario, hablamos y dijimos que había que darlo todo, que teníamos que dejarnos la vida, que todavía quedaban 45 minutos. Y así fue. Creo que cuando hizo los dos goles Pepo era todavía el minuto 11 de la segunda parte.

Doblete de Pepo, que ya lleva muchos goles con el Cerceda y lleva tiempo demostrando su calidad. ¿Es el heredero, el jugador que tomará el relevo como ídolo en el Cerceda?

¡Claro! Pepo es un grandísimo jugador, es muy bueno, muy bueno. Espero que siga y aprenda lo que es el Cerceda, que va por buen camino, porque con su calidad va sobrado para ser una estrella aquí, en el pueblo.

¿Qué te dijo Paletas? ¿Cómo vivisteis los dos el partido y el homenaje?

¡Joder! Muy emotivo también. Ya cuando nos fuimos nos echamos los dos a llorar, cuando me cambiaron… Al final son muchas vivencias juntos, lo hemos compartido todo en el fútbol: el mismo vestuario, los mismos momentos… Todo.

¿Y Pepe Olmos, el presidente?

Nada, pues que me ataba las botas para salir a jugar cuando era pequeño, y que mira ahora (ríe).

Lo dejas con 37 años, y da la sensación de que te quedaba motor para más. ¿no?

Sí, a lo mejor físicamente podía haber aguantado un poquito más, pero bueno… Yo creo que era el momento.

Supongo que intervienen también temas familiares, el trabajo, quizá la suma de todo un poco…

A ver, yo tengo la suerte de que en casa, con mi mujer y el niño, no he tenido problema con eso, porque saben que he nacido con eso y que siempre he estado con el tema del fútbol. No hay problema. Pero al final es el cansancio del día a día, con el trabajo, el niño… Los años también pesan. Y antes de retirarme arrastrándome por el campo, pues mira, éste es el momento, y a cambiar de etapa. Me voy muy orgulloso de estos años que he hecho.

Kiko, despidiéndose de la afición del Cerceda CF
Kiko, despidiéndose de la afición del Cerceda CF

Muchos de los que os han visto a ti y a Paletas se preguntaban en estos años por la razón por la que no jugabais en categorías superiores, sobre todo al principio, cuando los dos fuisteis a Colmenar Viejo. ¿Priorizasteis jugar en el pueblo a todo lo demás?

Sí. Es muy sencillo: es amor por el pueblo y por el Cerceda CF, no hay nada más.

Cerceda es muy especial como pueblo futbolístico. Puente Madrid se llenó hasta los topes, el ambiente fue tremendo…

¡Buah! Fue increíble. Pero durante toda la semana y la anterior semana; no sólo el domingo. Vas a por el pan, vas a tomar el aperitivo, y todo el mundo: ¡venga, que hay que ganar, que no podemos perder! Es increíble. Lo que hay aquí en Cerceda es increíble, lo que es la gente del pueblo, cómo te llena. Te hace ganar por ellos, es espectacular tener eso.

¿Cómo fue el momento de la sustitución? Era el minuto 85, o por ahí, y el partido todavía estaba muy vivo con el 4-3…

Fue muy emocionante. Mira que aguanté ahí, que no quería que se me saltaran mucho las lágrimas, pero vi el cambio y me vine un poco abajo, porque es normal… MSí. Es muye abrazaron los compañeros, toda la gente aplaudiéndome… Fue espectacular, la verdad. Le di un beso al campo y, nada, pues a despedirme.

¿No te llevaste un trozo de césped?

No, porque si no, me mata Pepe (ríe).

Jaime Fresno

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