Los dos ascensores de la Biblioteca Miguel Hernández de Collado Villalba llevan más de dos semanas sin funcionar por la falta de inspección
Los dos ascensores con los que cuenta la Biblioteca Miguel Hernández de Collado Villalba llevan más de dos semanas sin funcionar. La empresa responsable de su funcionamiento los ha clausurado ante la falta de inspección, requisito imprescindible para su uso y más desde el pasado mes de enero, cuando entró en vigor una nueva legislación que introduce cambios significativos en la seguridad, mantenimiento e inspección de ascensores. «Por una cuestión burocrática no se ha llegado a tiempo para revisar los ascensores de la Miguel Hernández», dicen desde el Ayuntamiento, que asegura que otros espacios, como el Centro Cultural Peñalba o los colegios sí han pasado este trámite obligatorio.
Fuentes municipales aseguran que se trata de «una cuestión administrativa» y que «está en vías de solución», sin aportar la fecha para reiniciar su funcionamiento. Mientras tanto, trabajadores municipales ayudan a personas mayores y con movilidad reducida que quieren acceder a algunas de las dos plantas superiores, que junto con la de recepción conforman el edificio municipal.
Así, aquellos usuarios que quieran hacer uso de la sala general de adultos con las diferentes colecciones de libros, la eurobiblioteca, la comiteca o la biblioteca teatral, espacios ubicados en la segunda planta, o de la sala polivalente, en la tercera, tendrán que utilizar las escaleras. «Hemos tenido que bajar libros o periódicos a personas mayores que han venido», ha señalado uno de los trabajadores del centro. Además, las trabajadoras que se encargan de la limpieza del edificio, ven complicada su tarea al tener que subir el carro con el material y los productos de limpieza.
La empresa OTIS es la responsable de los ascensores de todos los edificios con el que cuenta el Ayuntamiento de Collado Villalba. Hasta hace poco se encargaba tanto del mantenimiento como de la inspección, pero desde hace unos meses el Consistorio contrató a otra empresa para que realizara Inspección Periódica Reglamentaria (IPR), un proceso obligatorio realizado por un Organismo de Control Autorizado (OCA) para asegurar que los ascensores cumplen con los requisitos de seguridad y funcionamiento.