El Ayuntamiento de Collado Villalba desaloja un edificio ocupado en la calle Trinidad 19 por “insalubridad e inseguridad”

El Ayuntamiento Collado Villalba ha decretado esta semana el desalojo de un edificio ocupado en la calle Trinidad, 19 (paralela a Honorio Lozano y la Plaza de los Belgas) por el riesgo que presentaba dicho inmueble dadas las deficientes medidas de seguridad, insalubridad y evidente riesgo para las personas, especialmente tras el incendio sufrido el pasado mes de agosto en el que resultaron intoxicadas siete personas de carácter leve, entre ellos dos agentes de la Guardia Civil. Dicho edificio permanecía ocupado desde hacía varios años y había sido objeto de multitud de quejas por parte de los vecinos, incluyendo denuncias por la vulneración de la Ley de Protección Animal, al encontrarse desatendidos algunos animales en su interior. 

 

El inmueble fue inspeccionado por los servicios técnicos de Sanidad del Ayuntamiento este mes de septiembre, a petición de la regidora municipal, quienes reflejaron en su informe la existencia de fuertes olores que se extendían a la vía pública, perros y gatos sueltos en la instalación, deficiencias de seguridad en el cableado eléctrico, escaleras deterioradas, así como deficiencias muy graves de las condiciones higiénico-sanitarias.

    

El edificio desalojado carecía de agua corriente, estaba lleno de basura, con los bajos inundados por aguas residuales, habiéndose convertido en un posible foco de enfermedades. Asimismo, los vecinos habían denunciado en los últimos años la presencia de ratas en las inmediaciones.

Imagen del incendio ocurrido en la calle Trinidad, 19 el pasado mes de agosto

Entre los peligros detectados por los técnicos de Sanidad, que han motivado el desalojo, destaca el riesgo de nuevos incendios, accidentes y traumatismos por la posible afectación de la estructura del edificio (garaje inundado) y propagación de enfermedades infecciosas o respiratorias.

«Un verdadero infierno»

El inmueble es propiedad de la Sareb, la entidad pública creada en 2012 para comprar a los bancos sus activos con problemas ligados al sector inmobiliario. «Hará cuestión de siete u ocho años en la calle Trinidad número 19 se construyó un edificio de viviendas que, como resultado de la crisis económica del país, no llegó a poder vender ninguno de sus pisos antes de que quebrará la constructora. Poco tiempo después, este edificio ha ido ocupándose ilegalmente por diferentes gentes que nos han ido perturbando la convivencia vecinal en mayor o menor medida», explicaban los afectados en el año 2020.

Los vecinos señalaban que el inmueble «ha llegado a ocuparse con bandas latinas», con «plantaciones de marihuana, peleas, fiestas a diario hasta altas horas de la madrugada, acumulación de basura y chatarra…. A duras penas hemos ido consiguiendo lidiar con estas adversidades, siempre con la esperanza de que más pronto que tarde se resolviera la situación. Pero a día de hoy el problema se ha vuelto insostenible».

«La gente que actualmente ocupa este edificio, no lo podemos llamar viviendas porque no reúnen las condiciones para ser llamadas así, se nutre de electricidad a base de unos grupos electrógenos que tienen instalados en sus patios exteriores», indican. Estos grupos generan un ruido muy elevado de forma continuada durante todas las hora del día, lo que, unido a las emisiones de monóxido de carbono que emanan, un gas tóxico que incluso puede llegar a ser mortal, hacen que el día a día en nuestros hogares sea un verdadero infierno», lamentan estos ciudadanos.

«Tener que soportar este ruido y estas vibraciones en el lugar donde deberíamos encontrar descanso nos está generando unos niveles de estrés y ansiedad realmente alarmantes, de hecho ya hay vecinos en tratamiento psicológico por este motivo. Hemos intentando arreglar la situación dialogando directamente con estas personas, pero lo único que hemos recibido por su parte han sido amenazas e insultos. Es más, en tiempos recientes han llegado a dispararnos perdigones con una escopeta a nuestras viviendas, incluso provocando que la mascota de una vecina perdiera el ojo por un disparo», relatan.

Por todo ello, esta semana se ha procedido al desalojo, por parte de la Policía Local, y clausura del edificio. Los trabajadores de la brigada municipal de obras han tapiado el acceso al mismo, con el fin de evitar futuras ocupaciones.

Nueve vecinos y una gata, afectados

Por su parte, la Asamblea de Vivienda de Villalba ha emitido un comunicando criticando la actuación del Ejecutivo local, que se ha producido «sin previo aviso y sin dar la oportunidad a las vecinas de recoger sus enseres. Son nueve vecinas del bloque, algunas de ellas mayores, con discapacidad y en exclusión social. Algunas de ellas se encontraban trabajando en el momento del desalojo. Desde Servicios Sociales no se les ha ofrecido ningún tipo de ayuda, después de haberles dejado en la calle por parte del Ayuntamiento. Estas personas están ahora durmiendo en la calle, mientras sus enseres, incluyendo documentación importante, siguen en las casas. Para nosotras, esto es una forma proactiva de ejercer violencia contra las más vulnerables, minando seriamente su salud y acortando su esperanza de vida, dicho de otro modo, es un atentado contra la vida y su dignidad».

Esta plataforma ha relatado que «entre ayer y hoy, una cuadrilla contratada por SAREB, propietaria del edificio, y bajo la vigilancia de Securitas, ha tapiado las viviendas con las mascotas de las vecinas dentro. En el momento del desalojo, la Policía fue consciente que una gata se quedó atrapada en una de las viviendas. Inicialmente, las peticiones de las vecinas para recoger sus pertenencias han sido desatendidas por parte de los actores relevantes –SAREB, Ayuntamiento, Policía Local, Securitas-. Sólo la presión vecinal organizada, de la asociación antiespescista La Colonia de Coco y de la Asamblea de Vivienda de Villalba, después de exigir con llamadas y correos a la SAREB, ha conseguido rescatar a la gata».

«La gata se encontraba en pésimo estado tras más de medio día sin agua y sin comida, sin entender nada de lo que estaba ocurriendo. La voz de su dueño y las de otras vecinas del bloque no fue suficiente para rescatarlo, lo cual es un claro ejemplo de aporofobia y racismo. Lo expresamos con total rotundidad: esto ha sido un caso de violencia contra los animales, constitutiva de un delito de maltrato por el que vamos a denunciar», adelanta este colectivo. 

«Las razones de seguridad aducidas, como la inundación de un garaje, no son suficientes como para desalojar un edificio, siendo un problema que pudo haberse solucionado por otros medios, por no hablar de las labores de prevención que debiera haber acometido esta entidad, cuya deuda recordemos es pública. En caso de no haber otra alternativa al desalojo, debe alojarse a las personas temporalmente en alguna de las dependencias municipales u ofrecerle algún tipo de vivienda de emergencia».

La alcaldesa de Collado Villalba, ha recordado uno de los lemas del equipo de Gobierno respecto a este tipo de situaciones: “no descansamos ni un minuto en nuestra batalla contra la ocupación ilegal. ¡Fuera ocupas y delincuentes de Collado Villalba!”.

Para la Asamblea de Vivienda de Villalba esta declaración «demuestra que no le preocupa la salud de estas personas ni de los vecinos de la calle Trinidad; esto no ha sido más que una treta para efectuar un desalojo, moral y legalmente cuestionable con el fin de obtener rédito político a costa de las más vulnerables. El Ayuntamiento nuevamente ha dejado claro que no quiere pobres en su municipio, ni en las casas ni en las calles (como cuando quita bancos de las plazas donde habitan, como sucedió en la Plaza de la Estación), y que prefiere ayudar a la SAREB, entidad gestionada en última instancia ministerial por el PSOE, que a los vecinos que tienen dificultades en el acceso a la vivienda».

«La última vez que la alcaldesa decretó el desalojo de un bloque mediante el mismo tipo de procedimiento administrativo, en un bloque también propiedad de la SAREB en 2015, el Madrid 12, la alcaldesa negoció con SAREB el alquiler social de algunas de las vecinas, no así en este caso. Esta vez, la administración local no sólo no ha obrado igual, sino que se ha aliado con los intereses más especulativos y antihumanos que también representa la SAREB».

«Exigimos la recuperación, cuanto antes, de todos sus enseres así como su realojo en las miles de casas vacías de la SAREB. No vamos a dejar de recordar, al gobierno local y nacional, que SAREB es nuestra y sus casas también», ha zanjado la Asamblea de Vivienda de Villalba.

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