Desarticulan en Collado Villalba una organización que enviaba droga al extranjero a través de empresas de paquetería

La Policía Nacional ha detenido a 14 personas como presuntos miembros de una organización criminal cuya base de operaciones estaba en Collado Villalba y que se dedicaba al envío internacional de droga -principalmente a Venezuela, Chile y Australia- a través de una empresa de paquetería y escondida en piezas de automóviles, juguetes para gatos o cajas de bombones.

Como resultado de la investigación, la Sección de Crimen Organizado de la Policía Judicial de Madrid ha logrado incautar un total de 14 kilos de droga sintética, principalmente MDMA, así como herramientas destinadas a la elaboración y distribución de la droga. Los agentes también han intervenido diversas armas, incluidos machetes y armas de fogueo, que se encontraban en poder de la organización.

Los registros se han llevado a cabo en Collado Villalba, donde se ubicaba una finca en la que se encontró gran parte de la droga y que, según ha explicado el jefe de la Sección de Crimen Organizado, Francisco González, posiblemente pudiera ser uno de los almacenes de la organización. Además, la Policía ha efectuado registros en Parla, Coslada y en el barrio madrileño de El Cañaveral.

Fuera de la Comunidad de Madrid, la Policía Nacional también ha realizado un registro en Peñíscola. Más allá de la droga y las armas incautadas, los agentes han decomisado 11.000 euros en efectivo, teléfonos móviles, así como joyas y objetos de alta gama con los que se podría haber blanqueado dinero procedente de la actividad ilícita.

14 detenidos

La operación ha dejado hasta la fecha un total de 14 detenidos, de los cuales cuatro ya han ingresado en prisión tras ser puestos a disposición de la autoridad judicial. La investigación continúa abierta y la Policía no descarta que se produzcan nuevos arrestos en el marco de este operativo contra el tráfico internacional de drogas.

Los detenidos son jóvenes de entre 18 y 30 años de origen venezolano, colombiano y también español. Al parecer, el liderazgo de la organización recaía en ciudadanos de Venezuela, que coordinaban la actividad del grupo y su estructura para el envío de sustancias estupefacientes al extranjero. De hecho, uno de los cabecillas de la organización es un joven venezolano detenido por tráfico de drogas que opera desde la cárcel de Soto del Real, donde permanece a la espera de ser extraditado a su país de origen. Desde el centro penitenciario, este presunto líder habría mantenido su influencia sobre el funcionamiento de la red criminal.

La investigación se inició en agosto del año pasado, cuando los agentes interceptaron un paquete en una empresa logística que tenía como destino Venezuela. En concreto, se trataba de una piscina hinchable en cuyo interior se ocultaba MDMA tanto en roca como en unas 460 pastillas, lo que permitió a los investigadores detectar la actividad de la organización.

Con el avance de las pesquisas, los agentes comprobaron que el envío formaba parte de la actividad desarrollada de forma habitual por una organización criminal constituida desde 2023, que ya había sido descubierta con anterioridad por las autoridades venezolanas. En aquella ocasión, las autoridades de aquel país solicitaron la colaboración de las españolas para profundizar en la investigación.

Droga oculta en diversos objetos

El modus operandi de la organización consistía en la elaboración, adulteración y distribución a nivel internacional de diferentes tipos de sustancias estupefacientes, que ocultaban en el interior de diversos objetos. Para ello utilizaban distintas empresas de paquetería, con el objetivo de enviar la droga al extranjero sin levantar sospechas

Se estima que gran parte de la droga que se encontraba en España a la espera de ser enviada a Venezuela, Chile y Australia pudiera provenir de Países Bajos. En el caso de la ruta hacia Australia, la Policía descubrió más tarde que este envío podía ser una prueba para comprobar la viabilidad de esta alternativa dentro de la operativa de la organización.

La organización escondía su mercancía en diversos objetos, como gatos hidráulicos a los que retiraba el sistema interno para rellenar su interior con pastillas. Posteriormente, los miembros del grupo sellaban de nuevo estas piezas para que quedaran completamente estancas y no se detectara la manipulación durante el transporte. Los investigadores también han constatado que utilizaban amortiguadores de coche, en los que realizaban el mismo proceso de vaciado y relleno con droga, para después sellarlos y simular que se trataba de piezas en perfecto estado. 

Además, otro de los objetos empleados para ocultar la mercancía eran juguetes de gato. Estos rascadores para mascotas, de forma cilíndrica, contenían en su interior decenas de pastillas de MDMA, tusi o éxtasis.