Abanto-Abantos, gurriatos, caciques y algunos gentilicios de la comarca (artículo de José Ruiz Guirado)

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En los deslindes (nos lo corrobora el historiador y cronista Gregorio Sánchez Meco) de los siglos XIV al XVIII del alfoz escurialense no aparece el topónimo Abanto-Abantos, sino el de “Buen Monte del Oso”, en el Valle Cuelgamuros. En la Sierra del Quintanar (adyacente a la del Guadarrama) y del ramal montañoso de la Mujer Muerta, aparece la Peña del Oso. Lo que confirmaría por los libros de montería la existencia de este animal en estos pagos. Sería a partir del último siglo citado cuando aparecería el topónimo Abantos. Aunque pudiera referirse al ave llamado “abanto” (más pequeño que el buitre, de cuello cubierto de plumas y color blanquecino), como pudiera decirse del pueblo aragonés “Abanto”, en la colina de la orilla derecha del río Ortiz, al sur de la sierra de Pardos, no obedecería en San Lorenzo de El Escorial a la constancia o abundancia de estas aves, sino a su carácter -tímida y perezosa-, que contrastaría con el gurriato (el gorrión común de San Lorenzo, más espabilado y sagaz, por la manera de buscarse el alimento las jornadas de la construcción de la Obra sanlorentina mientras comían los obreros).

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Podría, por tanto, referirse a la forma de comer de los obreros del Monasterio, a quien los del lugar contemplarían, equiparándoles a los gorriones (gurriatos), abundantes en estos lares. ¿Pudiera el término “abanto” -como adjetivo: “aturdido y torpe”- ser el origen del topónimo de esta cumbre, a cuyo pie se desarrollaría la vida de los gurriatos -los gorriones-? Por otra parte, el doctor en Filosofía y Letras don Pancracio Celdrán Gomariz, en su “Inventario general de insultos” (Ediciones de Prado, 1995), nos define a los gurriatos: cerdo pequeño; también cría del gorrión (en ambos casos se utiliza como término insultante), perteneciente a la extensa familia que forman la piara de cerdos y gorriones, guarros y puercos, cochinos marranos, siendo el gurriato o gorrión el miembro más pequeño, junto con el lechón, tocino y guarín de esta sucia estirpe.

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No nos olvidemos del cuento “El gorrión y sus cuatro gurriatos”, de los Hermanos Grimm, donde aparece el gentilicio. En cuanto al término “cacique”, con el que se denomina a los habitantes de El Escorial, el mismo autor los denomina de esta guisa: “Dícese de la persona listilla, metomentodo, que siempre quiere imponer su opinión. Por otra parte, el desaparecido Gabriel Sabau, cronista del Real Sitio, nos dice del carácter altivo y chulesco de los habitantes de El Escorial, comparándoles con quienes muestran esa superioridad social. Por otra parte, en cuanto a la generalidad de “serranos” (gente fiera, gente fuerte que no teme a la muerte, endurecidos en los meses enteros pasados en la montaña y en los caminos, solos, bajo fuertes rigores climáticos), que también se aplica a la Villa de Santa María de la Alameda y sus barrios, gentilicios que tendrían su origen en la repoblación segoviana del Sexmo de Casarrubios.
Don Manuel Azaña, que estudió en el Real Colegio Alfonso XII de San Lorenzo, del que dejó impronta de su estancia (El Escorial le pareció un lugar de inmensas magnitudes) en su obra “El jardín de los frailes”, nos advirtió: “Normalmente los españoles somos poco propensos al libre examen, a valernos de nuestra razón personal…” Por su parte, el antropólogo don Julio Caro Baroja nos dice a este respecto: “(…) El español, en general, ha sido petulante, mal intencionado y de espíritu localista y un poco estrecho. Y, así, torpes, brutos, borrachos, vagos, moros, judíos, zotes y un largo, larguísimo etcétera, son dictados con que se han obsequiado desde siempre los más próximos…”.

Don Camilo José Cela, dentro de lo que se llamarían cuentos, fábulas, apuntes y divertimentos, publicaría en 1947 el opúsculo “El coleccionista de apodos”, en los que aparecerían los de la provincia de Madrid (que no habría recogido don Gabriel María Vergara Martín en su ingente obra “Gentilicios españoles”): Barajas de Melo, pepineros; Collado Mediano, collajeros; Cercedilla, parraos; Becerril, churros; Guadarrama, enredapueblos; Robledondo, albarcazas; Navacerrada, cerrados; El Escorial caciques; San Lorenzo, gurriatos; Zarzalejo, caribes; Valdemaqueda, ahumaos; Fresnedillas, jarondos; Valdemorillo, cogochos…”. Los gentilicios españoles de distintos pueblos con grafía parecida a Escorial son: Escurial (Cáceres): escurialegos, escorialenses; Escurial de la Sierra (Salamanca): escurialeños, chiquidos; y Escorial (Madrid): escurialenses, escorialenses, serranos y caciques.

José Ruiz Guirado

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