La ‘traída’ de la Virgen de la Esperanza, prólogo de la celebración de la Romería de Valdemorillo
La tradición se cumplió un año más y, como cada último domingo de abril, decenas de personas completaron camino en el traslado de la Virgen de la Esperanza desde su altar habitual en la Ermita de Valmayor hasta pleno casco urbano. Porque fiel a la costumbre, el domingo 30 de abril Valdemorillo ha vuelto a sumar los pasos del particular cortejo que nuevamente ha querido acompañar este regreso de la talla a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Allí hizo su entrada ya al anochecer para permanecer en el templo a lo largo de todo el mes de mayo, de modo que cada tarde se siga el rezo de las ‘flores’. Y es que así se conocen los rosarios que irán marcando la cuenta atrás hasta la celebración de la popular y multitudinaria romería que este año se vivirá el domingo 4 de junio.
Prólogo romero
Una entrañable jornada romera a la que una vez más se ha puesto el mejor prólogo con esta estampa de participación, reuniendo en una tarde tan especial desde el esfuerzo e ilusión de los miembros de la Hermandad de la Virgen de la Esperanza a la presencia del alcalde y demás corporativos que, junto a tantos valdemorillenses, también han escoltado a la Virgen en su traslado a pie desde la ermita.
En este ‘retorno’ de la imagen de la Virgen de la Esperanza al encuentro con el pueblo han sido muchas las instantáneas que se han vuelto a suceder, con la comitiva avanzando por un tramo de la M-600, contando con el oportuno dispositivo de seguridad en el que participaron Policía Local, Guardia Civil y los voluntarios de Protección Civil. El paso por el paraje de Cuesta Pastor marcó otro de los momentos emotivos, con la comitiva aproximándose a la Plaza del Cristo, donde tras más de seis kilómetros de andadura se vivió el simbólico recibimiento que siempre le brinda en este punto la Hermandad del Santísimo Sacramento que, portando la imagen de San Isidro Labrador, sale al encuentro de la Virgen para reemprender con ella el recorrido hasta el templo parroquial.