La Red Itiner lleva a Valdemorillo el «art brut» del estudio Debajo del Sombrero

Fue en 1945 cuando Jean Dubuffet acuñó el término que da nombre a la nueva exposición que recala desde esta semana y hasta el próximo 16 de noviembre en la Sala Vulcano de la Casa de Cultura Giralt Laporta. El pintor y escultor francés de la segunda mitad del siglo XX denominó como “arte bruto” al arte marginal a la cultura, presente en obras extremadamente singulares como expresiones de mundos interiores extraños a cualquier propósito, “salvo a obedecer a sí mismas únicamente”. Y son estos lenguajes contemporáneos los que cobran plena visibilidad ‘En tierra extraña’, título bajo el que se presenta la exposición que, con el sello de la Red Itiner de la Comunidad de Madrid, presenta ahora en Valdemorillo una selección de pintura, dibujos y esculturas realizadas por artistas pertenecientes al Estudio Debajo del Sombrero.

Surgido en Madrid en 2007 como estudio de arte asistido, este proyecto, que actualmente acoge la labor de 42 autores, se ha volcado desde sus inicios en acompañar y dar proyección profesional a artistas con discapacidad intelectual. De hecho, algunos de ellos ya han despertado el interés de museos y galerías, llegando incluso sus obras a formar parte de colecciones privadas y bienales internacionales de arte contemporáneo.

Belleza extraña

En el marco de este logro se inscribe también la muestra que desde este viernes podrá visitarse en Valdemorillo, donde se da a conocer el trabajo de artistas incipientes, siendo en algún caso la primera vez que exponen en público, junto a las creaciones de otros ya veteranos a la hora de exhibir su arte. Con todo ello, “esta nueva y muy interesante propuesta expositiva”, como subraya Victoria Gil, concejal de Cultura y Turismo, permite descubrir “un fragmento de ese pensar que apenas despunta sin razón ni razones a las que acogerse”. Y es que se trata de obras de belleza extraña, producidas fuera de las normas estéticas.

Personas con discapacidad intelectual

Toda una ocasión, por tanto, para contemplar este ‘art brut’, que tuvo su primera fuente en los hospitales psiquiátricos, y que cuatro décadas después de ser planteado por Dubuffet puso el foco de su atención en las personas con discapacidad intelectual, surgiendo así los primeros estudios de arte asistidos en Europa y América. Debajo del Sombrero se cuenta entre estos estudios de artistas, como “un espacio nacido para poner en primera línea del arte más actual el testimonio indispensable de la obra de los artistas con discapacidad intelectual, vacante sin embargo por su supuesta insustancialidad”. Una insustancialidad inexistente “ante la trascendencia inesperada y desconocida” que sí llega a la mirada del espectador.

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