La glorieta de entrada a Torrelodones llevará el nombre del diplomático Félix Schlayer

Félix Schlayer, uno de los más insignes vecinos de Torrelodones, reconocido por su altruismo y su defensa de principios y valores, dará nombre a una glorieta de Torrelodones, desde la vía de servicio situada junto al túnel bajo la A-6, tal y como ha aprobado el Pleno celebrado ayer en la localidad. 

El diplomático Félix Schlayer

El concejal de Deportes, Óscar Fernández, ha sido hoy el encargado de defender la propuesta del Partido Popular, que ha sido adelante con los votos del PP, Vox y PSOE y la abstención de Vecinos por Torrelodones.

Schlayer no era un diplomático profesional, era ya casi un anciano y la protección de ciudadanos españoles no formaba parte de su responsabilidad”, ha explicado Fernández.

“Las acciones de Schlayer no son menores a las de estos héroes de la humanidad, pero Torrelodones, pese a los muchos honores que ha recibido por su labor humanitaria, aún no ha tributado reconocimiento alguno a la altura de su categoría humana y a su vinculación con nuestro municipio”, defendió el concejal popular.

¿Quién era el diplomático Félix Schlayer?

Schlayer murió en Torrelodones el 25 de noviembre de 1950. Nació en la ciudad alemana de Rutlinga en 1873 y se instaló en este municipio serrano en 1912, donde construyó Villa Rosita primero y Villa Constanza y Villa Clotilde después.

Impulsor de las relaciones culturales hispano-germanas, fue socio fundador del Colegio Alemán de Madrid. Gracias a su mecenazgo se publicaron más de veinte conferencias de científicos e intelectuales alemanes en el Centro de Intercambio Intelectual Germano-español. Schlayer formó parte también del Grupo Alemán de la Unión Intelectual Española.

Su casa, “Villa Rosita”, está situada frente a la estación del tren, con una extensión de dos hectáreas, rodeada de arbolado de gran porte. Tenía un bello jardín neoclásico cuyos vestigios aún pueden observarse en fotografías aéreas de la zona.

Pero, sin duda, debe ser reconocido por su heroica actitud durante la guerra civil española. Momento en el que fue nombrado cónsul de Noruega en España y agregado comercial. En esta función se dedicó con empeño a proteger a hombres, mujeres y niños perseguidos o amenazados, aplicando para ello una inteligente interpretación del derecho de asilo y de la extraterritorialidad de los edificios diplomáticos, llegando a amparar a más de novecientos españoles en los distintos pisos y casas que adquirió para ampliar la protección diplomática noruega.

También logró la salida de prisioneros y aseguró la vida de numerosas presas de la cárcel de mujeres de Madrid. Trabajó incansablemente para conseguir el intercambio de prisioneros de ambos bandos.

Fue nombrado caballero de la Orden de Isabel la Católica, doctor honoris causa por la Universidad de Tübingen y por su actuación humanitaria durante la Guerra Civil le fueron concedidas la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, la Medalla de Oro de la Cruz Roja Española, la Cruz de 1.ª Clase con distintivo negro y blanco de la Orden Civil de Beneficencia y finalmente la Gran Cruz de Beneficencia. El Gobierno de Noruega le otorgó la Cruz de San Olaf.