Apoteosis en el regreso de José Tomás a los ruedos españoles. Desde que hiciera el paseíllo en Málaga, en agosto de 2014, se esperaba con devoción al torero de Galapagar, que no defraudo en su reaparición, cortando tres orejas y un rabo en la plaza de Jerez. La expectación era máxima, con las entradas vendidas desde hace semanas (la reventa llegó a los 2.500 euros) y aficionados que acudieron desde toda España. Tampoco quiso perderse el acontecimiento el rey emérito, Juan Carlos I. José Tomás, de verde hoja y oro, fue recibido en el coso jerezano con una ovación de las que hacen época, y pronto dejó claro que se trataría de una tarde para el recuerdo. A su primer oponente, “Lanudo”, un toro colorado con el hierro de Núñez del Cuvillo, lo recibió el de Galapagar en el centro del albero, con una serie de ceñidas chicuelinas que subió aún más la temperatura en las gradas.