Más de 287.000 personas visitaron el Parque Nacional del Guadarrama este verano, un 19% más que en 2019

Un total de 287.394 personas visitaron durante los meses de junio, julio y agosto la vertiente madrileña del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, lo que supone un 19,4 por ciento más que los mismos meses del año pasado, según datos contabilizados por los aforadores automáticos facilitados por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad de la Comunidad.

Concretamente, en junio se anotaron 110.161 visitantes (87.074 en el mismo mes de 2019), en julio 93.214 (72.011 en 2019) y en agosto 84.018 (81.579 en 2019). En lo que llevamos de año han acudido al Parque Nacional 462.048 personas, la mayoría en verano.

En enero hubo 57.510 visitantes y en febrero 64.212, cifras similares a las del año pasado. Pero todo cambió en marzo, cuando a medidas de este mes el Gobierno de España decretó el estado de alarma y, con ello, la restricción de la movilidad. Marzo registró así 30.000 visitantes (81.128 en 2019), mientras que en abril cayó a 2.101, 27 veces menos que hace un año.

En junio, récord anual

Con el inicio de la desescalada a finales de mayo, la cifra de ese mes se situó en 20.089 visitantes, frente a los 94.541 de 2019. Pero fue el junio cuando se registró el récord anual hasta el momento y una subida de un 26,5 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.

Y es que, como ha recordado el director general de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Luis del Olmo, a principios de junio ya se podía circular por la región pero no salir de ella hasta que el día 20 decayera el estado de alarma. Por ello, y ante la llegada del buen tiempo, muchos madrileños aprovecharon para subir a la Sierra. De hecho, para evitar aglomeraciones el Gobierno regional tuvo que cerrar o limitar durante dos fines de semana los aparcamientos de la Pedriza, Cotos o Cercedilla.

En julio también se detectó un pico de subida, achacable a que no fue un mes excesivamente calurosos respecto al año anterior. Esto anima, según Del Olmo, a que mucha gente suba al Parque Nacional, algo que no suele hacer con temperaturas tórridas, en las que prefiere quedarse en casa o en la piscina.

Precisamente, como muchas piscinas públicas no abrieron este año por la crisis sanitaria, se prohibió el baño en las naturales de Cercedilla, por ejemplo, y se detectó más bañistas en zonas siempre prohibidas, como los embalses. De hecho, en el único embalse permitido, en de San Juan, también se prohibió el baño recreativo este verano.

En agosto también se notó un incremento llegadas al Guadarrama porque muchos madrileños cancelaron sus vacaciones por la pandemia y prefirieron hacer turismo de interior. Esto se reflejó también en una aumento en la recogida de basura en entornos rurales de la Sierra, según datos de los gestores de residuos de la zona.

«Muchas segundas residencias se han puesto en valor este año, sobre todo las casas de los abuelos que casi nunca se usaban ni se dormía en ella. Así, sus dueños han sacado muchos muebles y enseres viejos a los contenedores y los sistemas de recogida lo han notado«, ha explicado el director autonómico de Medio Ambiente.

A pesar de las imágenes de atascos en algunas zonas y de aparcamientos indebidos en algunos municipios serranos, especialmente durante la desescalada, Del Olmo ha concluido que no se ha producido avalanchas de madrileños en la Sierra este verano, salvo fines de semana puntuales; y que aunque los municipios cercanos han estado más llenos de lo costumbre, no han llegado hasta las zonas interiores de montes. «Los madrileños han ido interiorizando las normas», ha sentenciado.

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