La Sierra se despide de uno de sus dulzaineros más legendarios: fallece Gregorio García Moreno

El pasado 7 de enero fallecía en Madrid, a los 98 años de edad, Gregorio García Moreno, el último de los dulzaineros segovianos más legendarios. Gregorio García, natural de La Matilla (Segovia), fue hijo de Hermenegildo García Benito (La Matilla) y Felipa Moreno Cerezo (Valleruela de Sepúlveda).

Entre pitos y dulzainas

Con 11 años se inició en el oficio de pastor, profesión que le permitió conocer el pito de cuerno. A los 15 años fabricó un pito castellano de encina. Poco después, se compró una dulzaina en La Rades del Puerto (Segovia).

Las primeras piezas que interpretó fueron las canciones que le escuchaba entonar a su madre, a su tío Ángel y al tío Pedro “Tambores”, de Sampedro de Gaillos (Segovia). Su andadura musical comenzó con el tío Valentín “Pitite” -que tocaba el tambor a izquierdas-, y con el tío Enrique Matey.

Gregorio García Moreno
Gregorio García Moreno / Fotografía cedida por Irene López Palomo, humanista y musicóloga

Gregorio formó dúo con su hermano Demetrio García (1928-2018), reconocido dulzainero en toda la provincia de Segovia, que aprendió a tocar el tambor con el tío Vicente de Rebollar.

En los años 50, Gregorio se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar como pintor, pero nunca abandonó el oficio de dulzainero. A partir de los años 80 comenzó a impartir clases de dulzaina, junto a Félix Sánchez “Talao”, en el Centro Cultural “Nicolás Salmerón” (Madrid).

En 2020 publicó sus memorias bajo el título de “Toda una vida”, con la ayuda de Irene E. López Palomo, Maite García Antón y Severiano Martín Berzal. Esta historia de vida personal permite obtener información acerca de los lazos entre numerosos y reconocidos intérpretes de la dulzaina, como Mariano San Romualdo (“Silverio”), Isidro Sánchez (“Pachulo”), Mariano Contreras (“El Obispo”), Paulino Gómez (“Tío Tocino”), el Tío Usín, Facundo Blanco Herrero, “Los Pichilines”, Félix Sánchez (“Talao”), Serafín Vaquerizo, el Tío Pedro (“Tambores”) o el Tío Valentín (“Pitite”), entre otros. Asimismo, presenta una interesante panorámica del elevado número de localidades de Madrid, Segovia, Soria y Guadalajara que contaron con la música de dulzaina para sus fiestas.

Gregorio García se ha mantenido en activo hasta el último de sus días, habiendo tocado la dulzaina en su propio homenaje el pasado mes de enero en Collado Mediano (Madrid), junto a “Adobe Dulzaineros de Macotera”. 

Irene López Palomo

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