Cartas de los lectores.- «Cuando todo se cubrió»

No han fallado las previsiones. Desde hacía días se venían anunciando copiosas nevadas en todo el centro de la península, y finalmente, se activaron avisos rojos y naranjas por acumulaciones totales que superarían los 20 cm con holgura.

Aunque era lo que apuntaban las previsiones, y cada vez con menos incertidumbre, costaba hacerse a la idea y asumir lo que estaría por llegar, puesto que la mayoría de vecinos de esta zona del país (meteorólogos incluidos) nunca habían presenciado una nevada como esta en la puerta de su casa. De hecho, fue al principio de la misma cuando no pocos ciudadanos todavía eran escépticos ante unas previsiones cada vez más realistas, quizás bajo la sombra de situaciones de nevadas fallidas anteriores.

Los días 7, 8 y 9 de enero de 2021 pasarán a la historia colectiva y al recuerdo común. Muchos contaremos a hijos y nietos el día de mañana la gran nevada que vivimos y que, estadísticamente, es difícil que se repita. Son fenómenos que tienen una recurrencia muy baja en nuestra región, especialmente en áreas alejadas de la sierra.

Aunque ya tuvimos un pequeño aperitivo el jueves día 7 de enero, fue el viernes 8 cuando la situación comenzó a complicarse a partir de mediodía. Eran los primeros problemas de los muchos que vendrían después: caída de ramas y árboles, techos y tendidos eléctricos, calles intransitables, vehículos atrapados…

PRIMERO LA NIEVE

Lo ocurrido en la ciudad de Madrid es ya de sobra conocido por todos. Lo vemos cada día en las noticias y es que suele decirse que “cuando nieva en Madrid, nieva en toda España”, ya que la capital acapara gran parte de los titulares. Sin embargo, los problemas en la sierra -quizá más acostumbrada a la nieve- no han sido menores. La nieve acumulada ha superado con creces los 30 cm de forma generalizada, y los 40 cm de forma local. El viento que acompañó la nevada acumuló en algunas zonas más de medio metro.

La adversa situación no ha finalizado tras el paso de la borrasca Filomena. Una ola de frío de récord en algunos observatorios meteorológicos del interior peninsular está dejando temperaturas gélidas durante las mañanas, que congelan el agua, creando pistas de patinaje en las calles de todos los municipios madrileños. Nadie se libra.

Muchas calles han estado (y algunas continúan estando) totalmente impracticables, suponiendo un duro esfuerzo para los vecinos que se afanan por despejar sus aceras, calles y garajes. También lo está siendo para todos los operarios que luchan sin descanso desde hace varios días para retirar la nieve y el hielo que tanto peligro suponen para el peatón y conductores y que cada noche se compacta aún más.

Con tanta nieve acumulada y con la previsión de bajas temperaturas, la situación de normalidad tardará en llegar.

LUEGO EL FRÍO

Las bajas temperaturas no están ayudando para nada en las labores de limpieza. El frío extremo ha quedado en zonas del centro y sur de la región con hasta -15,8ºC en localidades como Arganda del Rey, y aunque aquí en la sierra no se han registrado valores tan bajos, la sal no es capaz de ser efectiva contra una gran capa de nieve congelada y contra el hielo que crece cada noche.

Tareas de limpieza a contrarreloj en Collado Villalba ante más de 45cm de nieve.

En municipios como Collado Villalba, Guadarrama, Los Molinos, Moralzarzal, Soto del Real o Miraflores de la Sierra, entre otros muchos, superando los 900 metros de altitud, la situación de normalidad todavía está lejos de llegar, ya que la nieve y el hielo seguirán acompañándonos unos días más.

Hasta hace unos días las previsiones de nieve eran mirados por muchos con gran ilusión y ganas, pero Filomena nos ha dado una lección: la nieve, como el azúcar, mejor en cantidades pequeñas.

Carlos Velasco. @Carlosvelasco_w

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