Y ahora las municipales… (Artículo de opinión de Félix Alonso)
La pregunta que nos hacemos los analistas después de ver los resultados de las elecciones generales en San Lorenzo de El Escorial son las siguientes: ¿Con un 23,89 de porcentaje del PSOE y un 17 de Unidas Podemos podría gobernar la izquierda? ¿Quién podría tener más apoyos: Ciudadanos o PP? Va a condicionar VOX el resultado? Una simulación de la Ley D’Hondt daría cuatro concejales al PSOE, cuatro a Ciudadanos, tres al PP, tres a VOX y tres a Podemos, con lo que el trío de Sevilla podría gobernar.
Sucede, no obstante, que se van a introducir algunas variables que pueden modificar la proyección y que convendría tener en cuenta: por un lado, Vecinos se incorpora al tablero, con la característica de que lo lidera la actual alcaldesa, por otro Podemos e Izquierda Unida compiten por separado (división clave para la configuración del nuevo escenario) y, finalmente, no sabemos si la crisis del PSOE local puede afectar a los votantes. Hay señales curiosas, como por ejemplo que un miembro de su Ejecutiva aparezca como independiente en el pueblo vecino.
La sociología de nuestro pueblo es compleja. En un artículo reciente hacía una propuesta a modo de boutade, pero que tenía una cierta carga de realismo, y era que la actual alcaldesa liderara un movimiento progresista. Luego vi con buenos ojos la apuesta del concejal socialista Diego Díaz Palomo, me parecía que podía sumar votos de Ciudadanos y de la parte templada del electorado, aprovechando el flujo de Sánchez en las generales. Si el trío de Sevilla se lo propone, ya que suman el 56,90% de los apoyos, va a ser muy difícil tener alcalde socialista, por mucho que por disciplina yo vote a su candidato. Si hace cuatro años se me hubiera tenido en cuenta, ahora estarían los socialistas en mejores condiciones para alcanzar la Alcaldía, aunque está claro que tengo poco predicamento.
Una de las imágenes que me dejó el día de la jornada electoral fue la visualización de un conocido empresario, con muchos millones en su cuenta, y un obrero tieso, que las pasa putas para llegar a fin de mes, envueltos en la misma bandera de Vox. Al llegar a casa he rebuscando entre los libros de mi desordenada estantería y he encontrado uno del profesor Jacques Julliard, El fascismo que viene, publicado en 1994.
Me he detenido en él para recordar lo que tenía subrayado y, al mismo tiempo, comprobar si el paso del tiempo había hecho mella en el mismo. Un recorte de prensa que está entre sus páginas, y teniendo en cuenta que el mismo está escrito en el momento de la descomposición de Yugoslavia, decía lo siguiente: «El resurgimiento del nacionalismo encuentra su fuerza en los países del Este en la desaparición del orden antiguo, y, en Occidente en las dificultades crecientes que conoce la economía de mercado para organizar el trabajo en función del progreso técnico. En este punto, es inevitable trazar un paralelo entre la actual situación y la que conoció el mundo en vísperas de la toma del poder por Hitler en la Alemania de 1933«. Necesitamos una derecha civilizada que no abrace los postulados de la extrema derecha. ¿Serán capaces en nuestro pueblo de no permitir que entren en el gobierno? Pactos podrían darse para que así sea.
Félix Alonso
San Lorenzo de El Escorial