La Escolanía de la Santa Cruz elige a su Obispillo: una tradición que une formación, comunidad y liturgia

obispillo de la escolanía del valle de los caídos

Mientras los cardenales se preparan para el Cónclave del que saldrá elegido el nuevo Papa, la Escolanía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, en San Lorenzo de El Escorial, celebró el pasado 1 de mayo, como es habitual, su entrañable Fiesta del Obispillo, una antigua tradición medieval recuperada por la comunidad educativa, que aúna el sentido lúdico con una profunda enseñanza espiritual. Durante esta jornada, un niño es revestido como “Obispo” y asume simbólicamente la máxima autoridad, en una representación cargada de significado evangélico.

Este año, Marcos Paredes Hernández, alumno de 9 años de la Escolanía y natural de Salamanca, ha sido elegido Obispillo a través de dos votaciones entre los escolanes más veteranos. En la primera ronda, cada alumno propuso a un compañero que destacaba por su disciplina, respeto, compañerismo y esfuerzo. De entre los tres más votados, en una segunda votación, se eligió al Obispillo, su vicario y su secretario. Este proceso no sólo fomenta la implicación y el discernimiento de los niños, sino que subraya los valores que la Escolanía quiere transmitir.

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Alegría y sencillez

“El Obispillo representa lo que realmente importa: ser pequeño ante Dios, tener el corazón limpio y vivir con alegría y sencillez”, afirma Fray Miguel Torres, director del centro. “Esta fiesta combina la tradición, la participación de los niños y el reconocimiento de su esfuerzo a lo largo del curso. Todo lo que se vive ese día forma parte del proyecto educativo y de comunidad que queremos fomentar en la Escolanía”.

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La fiesta, en la que participan padres, monjes, profesores y todos los escolanes, comenzó con la Misa a las 11:00 horas, en la que el Obispillo presidió simbólicamente desde el trono del Abad. A continuación, tuvo lugar el rito del besamanos, una comida fraterna con todas las familias de la Escolanía, la entrega de diplomas al mérito escolar y una representación teatral preparada durante todo el curso, en la que también participan algunos monjes. El acto concluyó con un pequeño concierto de orquesta, interpretado por los propios niños.

La Fiesta del Obispillo, reservada en su mayoría a las familias de los alumnos, es uno de los momentos más esperados del año escolar. Más allá del colorido y la diversión, ofrece una oportunidad para reafirmar el espíritu de comunidad y la misión educativa que inspira a la Escolanía desde sus orígenes.

 

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