Carta de Kasia, la mujer que hace dos meses fue salvajemente agredida por su ex marido en Navacerrada

Este sábado, 27 de agosto de 2016, se cumplen dos meses desde la agresión que sufrió Kasia Kotficki, una vecina de Navacerrada que fue apuñalada brutalmente por su ex pareja. Coincidiendo con esta fecha, a las 20.00 horas de este sábado se celebrará un acto en la plaza del Doctor Gereda para hacer entrega de la Cruz al Mérito Profesional a los agentes de la Policía Local David Solanilla y Daniel Rubio, por su decisiva intervención en este caso de violencia de género.

Por otra parte, Kasia ha hecho pública una carta para mostrar su agradecimiento a personas e instituciones, así como aportar un testimonio que pudiera resultar de utilidad a mujeres en situación de malos tratos.

[La firmante del artículo sufrió una salvaje agresión por parte de su exmarido el 27 de junio de 2016. Kasia, originaria de Polonia, vive en España desde hace más de 15 años y en Navacerrada desde 2009]

“El sábado 27 de agosto se cumplirán dos meses desde la terrible agresión que sufrí y quiero aprovechar la fecha para manifestar públicamente que me siento agradecida y llena de proyectos. Si hoy estoy viva es gracias a la rápida reacción de muchas personas que intervinieron en una especie de cadena virtuosa, cada uno de cuyos eslabones fue imprescindible para hacer posible el siguiente.

No diré nombres, ellos saben quiénes son y lo que hicieron, y por siempre estarán presentes en mi corazón: las vecinas que avisaron por teléfono y aquellos que intentaron socorrerme en los primeros momentos; los policías municipales, que con valentía y eficacia intervinieron tan solo 30 segundos después de ser alertados; los guardias civiles que se hicieron cargo de la situación, en especial el agente que me prestó los primeros auxilios; mi doctora de cabecera y la enfermera del dispensario, que me mantuvieron despierta hasta la llegada de la UVI móvil; el personal sanitario del SUMMA, que tomó las decisiones precisas mientras me trasladaban; los médicos, enfermeras, celadores y personal administrativo del Hospital Puerta de Hierro, que coordinando sus esfuerzos lucharon por estabilizarme, y me trataron con diligencia y cariño durante el tiempo de hospitalización. A todos he procurado agradecérselo en persona, y volveré a hacerlo en público cada vez que me sea posible.

Creo que la solidaridad y el cariño de mi familia, amigos, vecinos y compañeros de partido han sido un factor determinante para la rapidez de mi recuperación.

Aunque vive en Polonia, siempre siento mi familia a mi lado. Primero mi hermana y después mi madre, vinieron a España en cuanto les fue posible. Mi padre y el resto de mis familiares sufrieron mi situación angustiados por la lejanía. Ellos saben que tienen todo mi amor y ruego a Dios que los bendiga y proteja.

Quiero volver a agradecer públicamente a mis amigos más cercanos su generosa entrega; de hecho, ellos son mi familia en España y como tal se han comportado acogiendo y atendiendo a mis hijas como si fueran las suyas, cuidándome en el hospital, siendo mis manos y mi voz mientras no pude valerme por mí misma. Han sido sensibles con mis emociones y respetuosos con mis decisiones, aunque esto les haya podido obligar a esfuerzos todavía mayores. También me han ayudado a superar mis dificultades con el español escrito al redactar esta carta.

Gracias también a mis vecinos de Navacerrada, un pueblo que ya sabíamos hermoso por su fisonomía y entorno, y que ha demostrado serlo por el gran corazón de sus gentes: en todo momento me hicieron sentir su cariño y solidaridad. Formamos una verdadera comunidad que se preocupa por los suyos. La corporación municipal, con la alcaldesa al frente y los concejales de todos los partidos con representación, así como los trabajadores municipales, han intentado solucionar mis necesidades más perentorias, haciendo todo lo que estaba en su mano para facilitarme la vuelta a casa. Los feligreses de la Parroquia “Natividad de Nuestra Señora” han rogado por mí en sus oraciones, y me han hecho llegar la calidez de su apoyo a través de nuestro párroco y de los voluntarios de Cáritas en Navacerrada.

Gracias también a mis compañeros del partido Ciudadanos, mucho más allá de formar parte de la organización política, han probado su gran humanidad conmigo, siempre atentos a mi evolución y volcados en ayudarme a resolver mis problemas. Gracias en especial a los representantes y dirigentes de mi partido, que han encontrado tiempo para atenderme y regalarme su amistad más sincera lejos de las cámaras.

Yo llamo a mis hijas “el motorcito de mi vida” y realmente lo son: me esfuerzo por intentar ser un buen ejemplo para ellas. Juntas, las tres, reuniremos las fuerzas necesarias para salir adelante y conquistar toda la felicidad que merecemos. Hijas: sabed que os tuve en mente en todo momento mientras luchaba por mi supervivencia.

Superviviente: tras darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que esta es la palabra que me gustaría se usara para referirse a mí en esta situación. Yo no quiero ser una víctima, la condición de víctima es algo que me ha sido impuesto, como víctima quedo relegada a un papel pasivo. Aunque sea cierto que he sido víctima de una violenta agresión y todavía me quede un largo y durísimo camino por recorrer, es un capítulo de mi vida que desearía superar.

El término víctima es usado por personas cargadas de buenas intenciones y supone el concepto central de las leyes que intentan paliar esta plaga mortal que se conoce como violencia de género. Sin embargo, creo que la palabra superviviente es más adecuada y me dota de mayor dignidad, puesto que expresa una acción en la que sí soy yo la protagonista consciente y activa: la acción de sobrevivir, la de superarlo.

Decidí conceder una entrevista en Telemadrid a los pocos días de salir del hospital, pensando que mi testimonio podría ayudar a otras mujeres a superar el miedo, a denunciar su situación, a confiar en sus familiares, amigos y vecinos ante los malos tratos o agresiones. Me gustaría reiterar mis advertencias a mujeres en situaciones como la mía: huid de las relaciones que os humillen o menoscaben, quitaos de encima la culpa y la vergüenza, denunciad los malos tratos, manteneos en guardia, alejaos de vuestros agresores…

Sé que soy muy afortunada, que la relevancia mediática y el grado de implicación social y política que han desatado mi caso son excepcionales. Por eso mismo quiero ofrecer mi experiencia en forma de testimonio, por si pudiera resultar útil para la mejora de las leyes y de los protocolos de intervención y asistencia. Siento la obligación moral de aportar mi modesta contribución desde el punto de vista de una mujer superviviente».

En Navacerrada a 26 de agosto de 2016,

Kasia.

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