Moralzarzal recoge su historia en el siglo XX en un libro sobre el centenario de Sorcas, La Alegría Serrana

Sala de baile, cine, discoteca… en definitiva, un lugar de encuentro para los habitantes de Moralzarzal y de localidades vecinas durante el último siglo. Eso es Sorcas, La Alegría Serrana, una Sociedad Recreativa Cultural surgida en este municipio en 1920 y cuya historia se recoge en el libro de Miguel Ángel Soto Caba, que a lo largo de cuatro años ha recabado información a través de más de 60 entrevistas así como de los libros de actas, de cuentas, registros de socios y estatutos de la propia institución que se completan con decenas de fotos antiguas. «Esta experiencia ha sido un reto, un rompecabezas, me ha costado, no lo voy a negar, ha sido duro a veces», reconoce el autor orgulloso de recopilar «el patrimonio inmaterial de tres generaciones. La primera lo fundaron y lo construyeron; la segunda bailaron durante la posguerra y la tercera recuperó este espacio como discoteca».

«Uno de los sitios más queridos por la gente de Moralzarzal», resume el actual presidente de Sorcas, Andrés Fernández.

A lo largo de más de 150 páginas se plasma «la memoria emocional de la gente de Moralzarzal. Aquí se jugaba al mus, al bingo, había música, se celebraban bodas, bautizos… formaba parte del circuito de bandas y de teatro», ha enumerado Soto Caba, que ha recordado algunas anécdotas narradas por boca de sus protagonistas como «una batalla campal que hubo narrada por cuatro testigos» o «cuando los jóvenes mordían un limón frente al trompetista de la orquesta porque había el rumor de que eso le hacía salivar» o «cuando en las juntas directivas se discutía sobre que los hombres debían ir con manga larga y ellas no podían llevar pantalones, no podía haber roce». De esto precisamente se encargaba la figura del ‘bastonero’, que también aparece en el libro.»Era el que ponía orden en el baile y decía cuando acababa la música».

Y es que la música es uno de los elementos que recoge la evolución de Sorcas. «Al principio, con el organillo, hasta los años 40. Luego el gramófono, las cintas de casette, los vinilos… y hasta hoy con Spotify». En el libro se aprecian los avances tecnológicos y los diferentes tipos de baile. «Está hecho de retazos, vida y experiencias y muchos se pueden reconocer porque lo han vivido». «Está incompleto y es matizable, es la memoria de un pueblo y tiene ciertas imperfecciones y hay quien recuerda las cosas de otra manera», apunta el autor. Pero para todos, «esta sociedad significa felicidad. Aquí se ennoviaron gentes de Moralzarzal con la de pueblos vecinos. Bailar daba sentido a sus vidas. Es lo que resume la historia de la sociedad y lo que intenta condensar el libro», dice Soto Caba.

Por su parte, Andrés Fernández, ha apuntado que el libro también recoge como en las actas «se refleja que van a hacer otro libro de cuentas con una contabilidad paralela».

Sorcas no era una excepción en la Sierra, donde surgieron sociedades similares como El Paraíso en Collado Villalba y El Capricho en Villalba Pueblo, La Corsaria en Alpedrete, La Brisa en Guadarrama o Pintura y Alegría en Becerril. «Estas primeras sociedades populares son equiparables a los casinos de tipo burgués. Se buscaba espacio para el baile, llegó el cine mudo, la electricidad… Antes no había Concejalía de Cultura ni de Juventud y la gente se organizaba para hacer fiestas, son los depositarios de la tradición, la cultura era popular», señala Miguel Ángel Soto Caba, que ha reconocido que fue su mujer la que le invitó a participar de Sorcas -perteneció a la Junta Directiva entre 2015 y 2019-, donde conoció los documentos antiguos y «me parecieron un tesoro. Aquí está contenida la historia del siglo XX«.

Para arreglar el tejado

El libro «1920-2020 La Alegría Serrana» se han editado 750 ejemplares, gracias a la colaboración del Ayuntamiento (el Consistorio se ha encargado de la parte administrativa como la impresión), que se podrán adquirir al precio de 20 euros en las dos librerías de Moralzarzal (Toro y La Osera de la Sierra), así como en El estudio de Silvia, el estanco situado frente al Ayuntamiento, la tienda de las Hermanas Recio y los establecimientos hosteleros Roma y El ladrillo.

«Cuando empezamos a hablar del centenario en 2018 nadie esperaba que llegase la pandemia -lo que ha impedido celebrar el centenario-«, ha lamentado la edil de Cultura, Gema Duque, que reconoce que «Sorcas ha sido importante para todos y el resultado del libro es maravilloso».

Su presentación ha tenido lugar en el salón de baile Sorcas, que data de 1929, un edificio protegido por la Comunidad de Madrid y también ha ido sufriendo modificaciones aunque su techo, aún de cañizo, recuerda sus más de 90 años. Precisamente, lo que se recaude con la venta de estos ejemplares se destinará a su reforma. «Queremos mejorar el techo y el tejado para tener la sede como nosotros queremos, para tener actividades todos los fines de semana», ha explicado Carmen, la actual secretaria de Sorcas, quien ha reconocido que «me enamoré de esta sala el primer día que entré».

«Espero que esta experiencia, a parte de para conseguir fondos, sea una llamada para no perder esta herencia. Los pueblos tenemos que reivindicar que esto es patrimonio y cultura y hay que mantenerlo«, zanja el autor.

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