La vecina de Hoyo Marta Arce hace historia en los Juegos Paralímpicos de París tras colgarse el bronce en judo
La vecina de Hoyo de Manzanares y judoka Marta Arce, que fue abanderada de la delegación española, se hizo este viernes en París con la medalla de bronce en la categoría J2 menos de 57 kilos, tras vencer a la brasileña Lucía da Silva por ’ippon’ en la primera acción del combate. Arce regresa así al podio 12 años después y suma su cuarta medalla paralímpica, el primer y único metal para el judo español en los Juegos Paralímpicos 2024.
«Ha sido la competición con más ‘flow’ que he hecho nunca. He estado mejor que en algunos Grand Prix anteriores y he competido con buenas sensaciones para superar esa barrera física de fatiga que hay que pasar para hacer este tipo de trabajo físico que es un combate”, dijo Marta, que dejó abierta la puerta a seguir compitiendo en el próximo ciclo hasta Los Ángeles 2028.
Anteriormente la judoca española había con mucha determinación al tatami del Champs de Mars Arena, donde en primera ronda se enfrentó a la turca Dondu Yesilyurt, campeona del mundo en 2022 y de Europa en 2023. En un combate que se resolvió en poco más de un minuto, Marta consiguió un ‘wazari’ y, posteriormente, un ‘ippon’ que le sirvió para meterse en semifinales y en la lucha por las medallas en la clase de judocas ciegos.
En la siguiente ronda perdió ante la uzbeka Kumushkhon Khodjaeva, primera del ranking mundial, que consiguió un waza-ari, imposible de remontar al dominar el combate desde el inicio.
Ya por la tarde, Arce disputó la medalla de bronce ante la brasileña Lucia da Silva. En apenas cinco segundos, realizó un ‘makikomi’, que inicialmente fue puntuado como ‘wazari’, pero, tras la revisión, dio el ‘ippon’ y la victoria a la española, que sumó de esta manera la primera y única medalla para el judo español en los Juegos Paralímpicos de París 2024.
Marta Arce, de 47 años y madre de tres hijos, es una de las judocas más laureadas de la historia. La vallisoletana, que tiene una discapacidad visual derivada de su albinismo óculo-cutáneo (deficiencia visual grave y falta de pigmentación en la piel, pelo y ojos) y solo ve un 10 por ciento. Hasta los 16 años, cuando se afilió a la ONCE, no supo de las ayudas para las personas con déficit visual. Fue entonces cuando tuvo acceso a las ayudas tiflotécnicas y se decidió a estudiar Fisioterapia. Entre medias el judo se cruzó en su vida y se convirtió en una pasión.
Compitió en el estreno paralímpico de la categoría femenina, en Atenas 2004, donde se proclamó subcampeona, y cuatro años más tarde repitió resultado en Pekín 2008 y sumó un bronce más en Londres 2012. Renunció a los Juegos de Río 2016 por la maternidad, pero regresó en Tokio 2020, ya con tres hijos (Kenji, Issei y Yumi, los tres con nombre japonés), para terminar en quinta posición.
Su idea era dejarlo tras los Juegos de Tokio pero pronto decidió continuar y en París su larga y exitosa carrera fue reconocida por el Comité Paralímpico Español para ser la abanderada en la ceremonia de inauguración.
Arce ha agradecido el apoyo de su entorno. «Se lo dedico a mi marido y a mi país». «Me acabará retirando la vida, pero ahora no voy a decir nada de retirarme porque, precisamente, lo que me hace volver es pensar que esa puerta está cerrada y quizás, si la dejo abierta, la voy cerrando poco a poco, pero es que es tan bonito», comentó.
Marta es fisioterapeuta, habla inglés, italiano y japonés, y participa frecuentemente en conferencias y charlas para difundir los valores del deporte paralímpico, formando parte además del grupo de conferenciantes Trainers Paralímpicos de la Fundación ONCE y el CPE.