«Estimado presidente…»: una carta de los alumnos de 5 años del colegio de La Navata da la vuelta al mundo para luchar contra la contaminación
Kæri Forseti Islands, Dear President, Egregio Presidente, Дорогой президент… y así hasta en 11 idiomas. Los niños de Tercero de Infantil del colegio público La Navata, han escrito a mandatarios de distintos países (España, Estados Unidos, Francia, Alemania, Brasil, Rumanía, Islandia o Suecia, entre otros) para pedirles que reduzcan la utilización de plásticos. “Estamos preocupados por la basura que hay en el mar y en el campo”, empieza la carta de la clase de los Pingüinos. “Estamos preocupados por la basura que hay en el campo”, señalan, pidiendo a los presidentes que trasladen a los ciudadanos de sus respectivos países “que reciclen, que reutilicen, que no hagan botellas de plástico, sino de cristal o metal, como las cantimploras, y que las pajitas sean de metal y los cubiertos de madera”. Así, terminan, “no contaminaremos el planeta y los animales no se extinguirán”, terminando con un sincero “esperamos que nos haga caso”.
La respuesta de Macron
De momento, explica Guiomar Romero, tutora de los Pingüinos y Pingüinas, a la misiva ha respondido el gabinete del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, indicando que su gobierno ya está trabajando en la progresiva eliminación de los plásticos. «Ante los desafíos y las transformaciones de nuestra sociedad, es urgente actuar juntos y hablar con una sola voz. La contaminación plástica es un problema que debemos enfrentar cuanto antes», señala. El presidente francés afirma además que «está encantado de contar con la movilización de las generaciones más jóvenes en favor de un medio ambiente más respetuoso». Además, este mismo martes confirmaron desde el Palacio de la Moncloa que también habían recibido la carta, por lo que en breve se espera una respuesta por parte del presidente español, Pedro Sánchez.
Antes de llegar al momento de comprar los sellos y echar las cartas al buzón, estos alumnos ya estaban trabajando dentro del proyecto global del centro para este curso, “Dándole la vuelta al mundo”. En su caso no se centraron en Magallanes u otros grandes exploradores, sino en los plásticos, después de ver que la basura que tiramos puede llegar al mar y de aquí, empujada por las corrientes, incluso hasta la Antártida, el lugar donde viven los pingüinos, ‘compañeros’ de estos comprometidos escolares.
A partir de aquí, Iris, Abdu, Lara y el resto de niños de 3º de Infantil empezaron a realizar su particular trabajo de campo. Primero, explican, preguntaron a sus familiares, realizando una pequeña encuesta con la gente a la que conocían. “También fuimos al supermercado de La Navata y le dijimos al encargado que no envolvieran las cosas en plásticos. Y que no hicieran pajitas de plástico, porque se mueren los peces o se meten por la nariz a las tortugas”, explicaba una de las pingüinas.
Vieron también imágenes residuos en las laderas de las imponentes montañas del Nepal, comprobaron cómo una sola colilla puede contaminar hasta 10 litros de agua y tarda una década en degradarse en el mar, han empezado a utilizar cubiertos de metal o madera, han cambiado las botellas de plástico por cantimploras… Todo con la certeza de que “haciendo pequeños gestos podemos cambiar el mundo”, como se puede leer en el pasillo del edificio de Infantil del CEIP La Navata.
Más allá de las cartas a 11 presidentes del gobierno, la ‘acción’ de estos alumnos se traslada a su día a día: “Yo le he dicho a mi abuelo que no tire las colillas al suelo”, comenta uno; “y que no dejemos las luces encendidas en casa”, sigue otro; “que nuestros padres apaguen el coche cuando nos traen al colegio, porque contamina”, añade una pingüina más.
Antes de la fiesta del colegio, que tuvo lugar el pasado viernes 22 de febrero, el proyecto se había extendido también a los “Bichos”, sus vecinos de 3º de Infantil, que han escrito a los distintos supermercados de Galapagar para que eliminen las bolsas de plástico, algo que ya es una realidad en alguno de ellos, aunque siguen empleándose en numerosos envases.
Las cartas ya han salido hacia su destino y tanto “Pingüinos” como “Bichos” no dudan de que llegarán a sus destinatarios: “Como las que escribimos a los Reyes Magos o a Papá Noel”. Ahora sólo queda que los presidentes cumplan las peticiones de estos niños de La Navata dispuestos a cambiar el mundo.
Marfil, elefantes y bolas de billar
La investigación que han llevado a cabo en esta clase del colegio público La Navata ha llevado a los alumnos de 5 años (aunque algunos ya han cumplido los 6, como indican antes de realizar un último ensayo de su actuación para el festival) a descubrir que fue la empresa Phelan & Collander la que en la década de 1860 impulsó un concurso para ofrecer un premio a quien fuera capaz de inventar algún material con el que fabricar las bolas de billar, que hasta aquel momento eran realizadas con los codiciados colmillos de elefante. John Wesley Hyatt inventó un material al que llamó celuloide, primer paso para obtener lo que actualmente conocemos como plástico. Ahora, 150 años después, el reto es encontrar un sustituto para el plástico que esté basado totalmente en materiales orgánicos. Se trata, como en este centro, de darle una vez más la vuelta al mundo.
Enrique Peñas