Vox también se fractura en Galapagar: Carmen Pérez Arellano deja el grupo por «desavenencias» desde el principio de la legislatura

Después de que ayer se hiciese pública la salida de Carmen María Pérez Arellano del equipo de Gobierno de Galapagar (formado por PP y Vox), en principio por razones laborales, según indicaron desde el Ayuntamiento, la propia edil ha remitido un comunicado en el que señala que su decisión es «fruto de una profunda reflexión, dadas las desavenencias que se han ido dando desde el comienzo de la legislatura con mis propios compañeros de grupo», poniendo fin a su presencia en el Ejecutivo.

«Los recientes acontecimientos, entre los que se incluye la decisión de mi partido el retirarme las concejalías que desempeñaba hasta ahora, han alterado considerablemente las condiciones bajo las cuales acepté servir a los vecinos de Galapagar», explica Pérez Arellano. Según la concejal, estas decisiones no solo han sido tomadas sin su aprobación, sino que además han limitado su capacidad para desempeñar su labor con la dedicación y el compromiso que había asumido al aceptar su cargo.

 

Cuestión de principios

Pérez Arellano subraya que su decisión responde a una cuestión de «principios y coherencia»: «Mi responsabilidad con los ciudadanos y mi integridad personal me exigen actuar con transparencia, y en las actuales circunstancias siento que no puedo continuar siendo parte de este grupo».

En su mensaje, también aprovecha para agradecer a los vecinos de Galapagar por el apoyo brindado durante su mandato. «Mi compromiso con ellos sigue intacto, y seguiré trabajando por el bien de nuestro municipio desde la posición que mejor me permita contribuir, en este caso, como concejal no adscrito», añadió. Por último, Carmen María Pérez Arellano expresó su gratitud por haber formado parte del proyecto de Vox hasta ahora, deseando lo mejor a sus compañeros del grupo municipal en sus futuros esfuerzos por el municipio.

La división en el grupo municipal de Vox en Galapagar se suma a la que ya se ha registrado en otras localidades de la zona, como Collado Villalba, Hoyo de Manzanares o El Boalo, además de los problemas que en el último tramo de la legislatura pasada vivió esta formación en municipios como El Escorial o San Lorenzo.

Un horario incompatible

Por su parte, el cabeza de lista de Vox Galapagar y portavoz del equipo de Gobierno, Ignacio Menéndez, ha quitado hierro a la marcha de su ya ex compañera, limitando su salida a una decisión «personal» y negando que exista un enfrentamiento en el grupo municipal más allá de diferencias «puntuales» en el día a día, «como en cualquier equipo de trabajo». «Esto no tiene nada que ver con lo ocurrido por ejemplo en Collado Villalba», añadía.

Menéndez explicaba que la edil -que tenía una deducación del 75%- comunicó el pasado 9 de octubre su incorporación a un nuevo puesto de trabajo con un horario de 9:00 a 18:00, de manera que no podría asistir a la reunión semanal de los concejales del Ejecutivo. El portavoz del Gobierno galapagueño señala que la alcaldesa y él mismo mantuvieron un encuentro con Pérez Arellano, a la que llegaron a plantear la posibilidad de que redujera su jornada en su nueva actividad profesional para poder mantener alguna de sus delegaciones. De lo contrario, subrayaba, difícilmente podría hacer frente a sus responsabilidades en el Ayuntamiento. «Es lo mismo que habría pasado conmigo o con cualquier otro de nuestros concejales; se trata de actuar con coherencia», manifestaba en declaraciones a Aquí en la Sierra.

Sin embargo, detalla Ignacio Menéndez, la edil acabó rechazando la oferta, anunciando su marcha y que pasaría al grupo de no adscritos. En cualquier caso, añadía, la estabilidad del equipo de Gobierno está más que garantizada, al contar con una amplia mayoría de 13 concejales (10 del PP y 3 de Vox, frente a los 8 de la oposición), en tanto que las competencias que tenía delegadas Pérez Arellano se han repartido entre sus otros tres ya ex compañeros de Vox.