El IES El Escorial se pone en órbita

El equipo RASA JC, integrado por seis alumnos de 3º de ESO, diseña su propio satélite para participar en el "Desafío CanSat" de la Agencia Especial Europea a través de ESERO

El mismo día que el módulo Odysseus despegaba desde el Centro Espacial Kennedy (Florida, Estados Unidos) con destino a la Luna, un grupo de estudiantes del IES El Escorial se asomaba a las ventanas de la biblioteca de este centro para realizar una prueba del aterrizaje con un rudimentario paracaídas del pequeño satélite en el que llevan semanas trabajando.

Ellos son Aitor Gayoso, Alonso Herranz, Gonzalo Fernández, Lucas González, Marcos Gallego y Miguel Casado, alumnos de 3º de ESO e integrantes del equipo RASA JC, uno de los grupos del instituto escurialense que participará en el Desafío CanSat, una iniciativa de la Agencia Especial Europea, a través de ESERO (Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial), que reta a estudiantes de toda Europa a crear un mini satélite del tamaño de una lata de refresco, con un presupuesto límite de 500 euros y un peso máximo de 300 gramos.

De izquierda a derecha: Marcos Gallego, Alonso Herranz, Miguel Casado, Lucas González, Aitor Gayoso y Gonzálo Fernández, alumnos de 3º de ESO del IES El Escorial

De la NASA a la RASA

Para ello, la Robledan Aeronautics And Space Administration (RASA, haciendo un guiño a la NASA y otro a Robledo de Chavela, la vecina localidad serrana donde la agencia norteamericana cuenta con un Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo; del añadido JC señalan que se trata de una sorpresa que desvelarán más adelante) se ha dividido en cuatro departamentos: “Gonzalo se encarga del marketing; Lucas y Miguel, de la financiación y la búsqueda de piezas; Aitor, de los diseños; y Marcos y yo somos los programadores”, explica Alonso. En cualquier caso, añade, todos participan de las distintas decisiones que van adoptando.

“Ahora estamos trabajando en programar con dos placas Arduino (bases de hardware libre a las que sus creadores pueden dar múltiples usos); una es la que emite, que es la que montaremos para el CanSat, y otra la que recibe, de manera que pueda estar cuatro horas mandando información sobre altura, temperatura, luminosidad, humedad o presión”, detalla Marcos. La idea es que, además de mandar los datos gracias a la tecnología inalámbrica LoRa (modulación del tipo spread spectrum o amplio espectro), queden automáticamente almacenados en una tarjeta SD. Por otra parte, el satélite incorporará un GPS que facilite su localización, además de una pequeña cámara para seguir su despegue y aterrizaje.

Una vez listo el CanSat, se introduce en un cohete que lo lanzará hasta una altitud aproximada de un kilómetro (en función de las condiciones meteorológicas, la organización también podrá optar por utilizar un globo o un dron). A partir de ahí, comienza la misión: por un lado, un experimento científico común a todos los proyectos, y por otro, una misión secundaria, que en su caso sería la instalación de unos pequeños paneles solares que garanticen el funcionamiento del satélite una vez que haya aterrizado.

Logo del equipo RASA JC

Prueba y error

A falta de unos días para presentar el informe previo (el plazo se cierra el 11 de marzo), ultiman los detalles de su proyecto, bajo la tutela de la profesora Lourdes del Rey, y continúan realizando todos los ajustes necesarios, avanzando como en cualquier otro estudio científico, a base de “prueba y error”. “Además del montaje del satélite, estamos haciendo pruebas en la calle sobre el aterrizaje con el paracaídas, porque si baja muy rápido no le da tiempo a coger los datos; y también hemos comprobado que se abre más rápido si hay viento”, indicaba Miguel.

Además, explican, este grupo del IES El Escorial ha diseñado su propio logo, ha creado una página web (www.rasajc-cansat.webnode.es) indexada en Google Maps y cuenta con un perfil en Instagram para mostrar los avances en su trabajo, además de actuar como herramienta de marketing. “Al principio nos seguían familiares y otros alumnos del instituto, pero ya hemos conseguido llegar a otras 100 personas que no nos conocían de nada”, apunta Gonzalo, en tanto que Aitor avanza que “para conseguir la financiación que necesitaríamos en caso de pasar a la final nacional en Granada, hemos pensado hacer camisetas, llaveros o sudaderas; y también buscamos patrocinadores”. “Hay equipos que están más enfocados a programar, pero nosotros estamos prestando atención a todo el conjunto”, resumía Lucas.

También podrás encontrar este reportaje en la edición impresa de «Aquí en la Sierra»

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