Disputas entre socios y una denuncia por irregularidades urbanísticas, tras el cierre de Cañada Real en Peralejo

En caso de que la resolución judicial sea favorable, señalan los gestores del centro, éste “reabrirá sus puertas y continuará ejerciendo su labor de defensa y protección de la naturaleza”.

Tras el anuncio del «inminente» cierre del Centro de Naturaleza Cañada Real, en Peralejo (El Escorial), tal como adelantó «Aquí en la Sierra» el pasado 28 de noviembre, el administrador concursal, Carlos Álvarez Fernández, y el administrador societario, Luis Manuel Rubí, han hecho público un comunicado para aclarar las «circunstancias que han determinado» el cese de las actividades.

cañada real

En primer lugar, explican que en agosto de este año la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de El Escorial acordó «el cierre y precinto de las instalaciones del centro para acoger alumnos en estancias por presuntas deficiencias en la legalidad urbanística de las obras realizadas». El cierre, añaden, vino motivado «por la denuncia presentada por los propietarios de la finca, quienes explotan un negocio de bodas y otros eventos, en una zona colindante con el Centro de Naturaleza».

«Considerando que el centro viene desempeñando su labor de protección de la naturaleza, difusión de los valores medioambientales y conservación de la fauna ibérica desde hace más de 30 años, que su actividad era conocida y admitida tanto por el Ayuntamiento como por los propietarios del terreno, quienes también son socios en la explotación del centro, la sociedad ha recurrido ante la Justicia el cierre, por considerarlo ilegal», explican.

Reapertura en caso de fallo favorable

En caso de que la resolución judicial sea favorable, Cañada Real «reabrirá sus puertas y continuará ejerciendo su labor de defensa y protección de la naturaleza». Por otra parte, y como ya indicamos hace unos días, los gestores de este centro garantizan que los animales serán reubicados en otros espacios «en los que puedan permanecer en las mismas o mejores condiciones en las que habitaban en Cañada Real, quedando asegurado el bienestar animal«.

«Lamentamos profundamente los perjuicios de toda índole que para los clientes y amigos de Cañada Real supone su cierre temporal, manifestando que tal cierre se produce por causas totalmente ajenas a nuestra voluntad«, concluyen.

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