El Ayuntamiento de El Escorial defiende la presencia de los renos de Papá Noel frente a las críticas de colectivos animalistas
Colectivos ecologistas, partidos políticos de la oposición y algunos vecinos han denunciado el «preocupante estado de salud» de los renos utilizados este fin de semana en la cabalgata de Papá Noel de El Escorial, asegurando que algunos de los animales presentaban «cataratas, calvas visibles ante la pérdida de pelo, lesiones y no tenían astas». «¿Estos son los animales que no tenían ningún estrés según el Ayuntamiento? «, se preguntaba Amanda Romero, vecina de la localidad y activista por los derechos de los animales, a través de su cuenta de X.
«Una hora antes del evento los renos estaban dentro de la carpa, donde hace mucho más calor, atados de los cuernos a vallas y al escenario con cuerdas de apenas 20 centímetros, mostrando señales evidentes de incomodidad, intentando huir y mordiendo las cuerdas por estrés», señalaba. «Exponerlos a las luces navideñas, el ruido, la gente, la música, adornarlos con cascabeles, atarlos de los cuernos… Claramente va en contra de su naturaleza y de cualquier noción de respeto hacia sus necesidades biológicas y etológicas», añadía.

«Pudimos observar animales estresados, con señales de calvas y heridas en la piel, fallos en las patas, dificultad de movimientos e incluso cornamentas que parecían falsas. En ningún caso nos parece, como a muchos otros vecinos, que sea un espectáculo digno, ni mucho menos tradicional», manifestaban desde Entorno Escorial, asociación que ha pedido al Ayuntamiento que haga públicas las autorizaciones zoosanitarias de los animales.
«Esperamos del Gobierno municipal que, de cara a las próximas Navidades, le eche mucha más imaginación a estas celebraciones, sin necesidad de utilizar animales de aspecto tan penoso, porque, como ya dijimos el año pasado, este lamentable espectáculo no es magia, no es tradición».
Estas críticas se unen a las que días atrás habían realizado grupos como PSOE, Unidas, Hacer El Escorial y Más Madrid, todos ellos en la oposición, asegurando que esta actividad suponía un «maltrato animal».

El Ayuntamiento niega la existencias de maltrato
