Las Rozas pasa la prueba del Leganés B y apuntala aún más su liderato (2-1)
Las Rozas sigue con el piloto automático al frente de la tabla de Tercera RFEF, y ni siquiera el potente Leganés de Igor Oca fue capaz de bajarle de la ola victoriosa. Desde que cayera en Navalcarbón ante el Móstoles, lleva ocho jornadas invicto, con siete victorias y un empate, una secuencia espectacular que lo tiene en lo más alto, ya con cinco puntos de ventaja sobre el segundo y 13 en relación a la sexta plaza.
El saldo es lo que resulta del desenlace de la prueba de fuego ante el Leganés B, que llegaba al feudo roceño invicto, con sólo cinco goles encajados y habiendo despachado con goleadas cuatro de sus últimos cinco partidos, con la única excepción del 2-2 ante el Atlético C. Un equipo imponente en lo físico, pero también en lo futbolístico, más intimidante que en su pasado reciente gracias a la mano de su entrenador vasco, fichado muy probablemente no sólo para hacer la mili en la Tercera madrileña, sino quizá por si vinieran mal dadas en el primer equipo.
Las Rozas eleva su racha a 22 puntos sumados de los últimos 24 y amplía a cinco de ventaja su colchón con el segundo clasificado, que ahora es el Atlético de Madrid C

Frente a ello, Las Rozas salió sin complejos, ejerciendo de líder, y como está ocurriendo en esta racha victoriosa, las cosas le salieron a la primera: a los tres minutos, un pase desde campo propio abrió en canal dos líneas pepineras y encontró el desmarque de ruptura de Sorín, que ganó la espalda de los centrales y marcó el 1-0, resolviendo con facilidad el mano a mano con Lozano. El gol consolidó el plan de David Muñoz, con Mata y David Rodríguez a los mandos en el medio, y la movilidad arriba del punta rumano, bien alimentada desde tres cuartos por Camacho, Juanito y Nacho, todos ellos aplicados en una presión muy efectiva.
Este último fue un puñal decisivo, con sus incursiones por la izquierda: a la primera, Lozano acertó a sacarle el 2-0, no así a la segunda, que fue un jugadón de kilates. Las Rozas circuló la pelota a la máxima precisión de derecha a izquierda, y encontró al extremo en un aclarado, listo para jugarse el uno para uno con su par. Nacho, eléctrico, lo quebró y soltó un zurriagazo que entró como un obús, tras pegar en el larguero.
El 2-0 resultó providencial, pues un par de minutos antes, Guillermo había tenido el empate del Leganés en un cabezazo franco, cercano al área chica, que no supo precisar, y dejó un escenario idílico para el líder, que mantuvo una amenaza latente hasta donde le llegó la gasolina. Poco a poco, el Leganés B fue haciéndose con el dominio territorial, y consiguió equilibrar el partido ya en el tramo final de la primera parte, aunque sin más ocasiones que un intento del gol olímpico de Marco Leiton, salvado por la manopla de un atento Álex Herrero.

Sufrimiento tras el descanso
El portero roceño sacó otra mano salvadora a los pocos segundos de la reanudación, cunado una indecisión atrás propició un cabezazo de David Osei que lo cogió a media salida. Su rectificado para salvar el gol con un vuelo en retroceso evitó momentáneamente el recorte pepinero, pero Herrero ya no pudo hacer nada tres minutos después, cuando un centro lateral encontró la prolongación de cabeza de Said en el segundo palo, y el remache final de Sule El-Haddadi en el lado opuesto.
El 2-1 abocó a Las Rozas a un partido de la máxima exigencia, con el Leganés B percutiendo por los dos lados y colonizando campo ajeno, bajo la dirección de Jorge Herrero uvo a punto Marcos Leiva, y el plus de fluidez provocado por la merma física que aflojó la presión arriba de los de David Muñoz. Los minutos siguientes fueron críticos, con la victoria a expensas de la capacidad de definición del filial: Leiton tuvo el empate con un disparo franco que se le marchó fuera por poco, y Álex Herrero se sacó otros dos paradones a remates de Osei, cuya actividad incesante en la banda derecha fue un dolor de muelas constante, con el ghanés bombardeando el área con un sinfín de centros que casi siempre encontraban el área con una gran carga de delanteros.

David Muñoz fue interviniendo para sostener el entramado, primero para sustituir a los más desgastados, Sorín y David Rodríguez, a fin de renovar fuerzas con Escolano y Kosty. El goleador, aun sin opciones de remate, cumplió con la misión de pinchar balones y aguantarlos, y Escolano dio un segundo aire en la medular, masticando algunas circulaciones que sirvieron para quitarse de encima la presión.
En esa fase, y quizá en su último aliento de fuerza, Nacho Rodríguez estuvo a punto de acabar con los agobios, con otra jugada marca de la casa por su banda izquierda en la que se volvió a marcharse de su par con otro regate diabólico, a cuya salida cruzó un remate venenoso que pudo conjurar Lozano cuando ya se cantaba el 3-1. Fue ésa la última asomada de Las Rozas, en un cuarto de hora final agónico, con todos apretando líneas y aplicados en los duelos para contener las vueltas de tuerca que fue metiendo Igor Oca. Uno de sus cambios, Carlos, tuvo el 2-2 en un cabezazo a centro de Marcos Leiva, pero Las Rozas fue capaz de no permitir mucho más, ni cuando el Leganés B cargó por la tremenda con el triple cambio para meter a Sy, Mulumba y Hugo García.
El fortín azulón resistió y Navalcarbón cantó por todo lo alto una victoria de las que se recordarán si el objetivo llega a buen puerto. La gente lo agradeció al grito de “orgullosos de nuestros jugadores”, mientras los futbolistas, exhaustos, aún tenían fuerzas para dejarse agasajar en el sector de Bomborrozas. El líder vuela, y así llegará al Valle de las Cañas, donde el domingo le espera el Pozuelo en un clásico del fútbol del Noroeste.
Jaime Fresno
