El Galapagar deja sin argumentos al CUC Villalba y sigue con su pleno de puntos a domicilio

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El Galapagar impuso su ley de impecable visitante en el derbi y se llevó una victoria más que merecida de la Ciudad Deportiva, donde el CUC Villalba nunca se desenvolvió con naturalidad y acabó reducido a mínimos, sin apenas salidas hacia campo contrario y achicando balones ante la presión alta del equipo de Javier Arroyo, que fue a buscar el partido sin complejos en una segunda parte de nítida superioridad, traducida al marcador con el gran gol de Marcos Gil a cinco minutos de la conclusión. La victoria mantiene al Galapagar con el pleno de puntos a domicilio -15 de 15- y lo consolida en el tren de cabeza, ya empatado con el Aravaca y el Villanueva del Pardillo. Con diez jornadas consumidas y tachados los principales rivales del calendario de la primera vuelta, no parece que el Galapagar esté de farol. Si no es un candidato al ascenso, al menos lo parece, sobre todo lejos de El Chopo, donde sólo el líder, Las Rozas, iguala sus números.

Sin embargo, más allá de la estadística, está la victoria sobre el CUC Villalba en el mismo escenario donde hace tres años fue frenado en seco. Sacó tres puntos de alto valor emocional, como siempre que hay rivalidad vecinal, y pasó otra prueba de madurez. Sus futbolistas siempre supieron qué hacer sobre el campo, no así el CUC Villalba, que se fue quedando sin argumentos en la medida en que avanzaba el partido, hasta acabar pasando un calvario en la media hora final.

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El partido puso negro sobre blanco las carencias del actual CUC Villalba, un grupo jovencísimo que ha adquirido un importante nivel competitivo y que puede llegar a jugar muy bien en determinadas circunstancias, cuando no hace mucho estaba en las catacumbas del fútbol. Su evolución, desde aquella ejecución sumaria del Navalcarnero en el Municipal, traducida en un 1-12 que dio la vuelta a España –“hombres contra niños», decía entonces Borja Fernández-Blanco-, ha sido admirable a partir de una idea de juego que destierra el pelotazo y hace primar el balón, con futbolistas aseados en lo técnico y con un notable margen de progresión por delante. Pero de momento, al Villalba les faltan otras cosas. Interpretar los partidos es una de ellas, y ahí entra el no dar un mal pelotazo para sacudirse un agobio, algo que puede ser una temeridad ante rivales bien plantados y atentos al fallo en los pases en zonas sensibles, sobre todo si hay un déficit en los mecanismos.

Es lo que supo leer el Galapagar, cuyo entrenador, Javier Arroyo, ha explotado convenientemente el hecho de que su equipo juegue con el rival que suelta el CUC Villalba una semana antes. Con ese estudio en la mochila, ordenó a su equipo esperar, a partir del habitual entramado en el que Greci hace de dique por delante de los cuatro defensas, y con ello abonó el terreno para el robo y el contragolpe.

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Durante la primera media hora, poco o nada sucedió. El CUC Villalba asumió el peso del partido, pero no encontró más que un par de percusiones de Vivi en la izquierda, sin conexión con rematadores. Los amarillos movían el balón de lado a lado sin encontrar fisuras en el rival ni continuidad en el juego, lo que llevó el partido a una deriva insulsa. La situación exacta quedó retratada en las dos acciones más reseñables antes del intermedio: un barullo en el área galapagueña que acabó con una caída de Lubo, sancionada con tarjeta amarilla por simular penalti, y un contragolpe de manual de los visitantes, en el que reapareció la mejor versión de Kiki. El hábil extremo se fue por la izquierda y propició un dos contra uno que quiso resolver con un pase con el exterior hacia Casado, que llegaba libre de marca por el otro flanco. Martín Ferriz, siempre atento, interceptó la conexión con una estirada que evitó el remate letal del delantero.

Cambios decisivos

Tras el descanso, el partido siguió en los mismos derroteros, aunque el CUC Villalba se aproximó al gol en dos ocasiones en el primer tramo del segundo tiempo. En la primera, Borja Pascual ejecutó una falta que lamió la cruceta de Gonzalo y, en la segunda, el enganche amarillo habilitó una internada de Vivi, cuyo remate obligó a emplearse a fondo a Gonzalo. A partir de esta última acción, el CUC Villalba se fue diluyendo y el Galapagar creció en la medida en que fue apareciendo Marcos Gil, cuya entrada en sustitución del renqueante Quique Casado fue un factor desequilibrante. La otra vuelta de tuerca, el ingreso de Lucas sustituyendo a Sergio para bajar a Gabri al lateral derecho, inclinó definitivamente el juego en dirección a la portería de Martín.

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Con el CUC Villalba ahogado en el medio, sin encontrar salidas y ya perdiendo todas las disputas, el portero empezó salvando un centro chut de Marcos Gil que un compañero desvió hacia su portería, y desbarató una internada de Nacho, intuyendo el regate que hubiera dejado al centrocampista ante el gol. Éste cayó como fruta madura a cinco minutos del final, cuando la enésima recuperación de pelota del Galapagar en tres cuartos encontró a Marcos Gil en el pico izquierdo del área. El menudo delantero, apurado en el control, acabó sacándose un autopase casi en sombrero sobre un defensa para ganar la semiluna y sacarse un disparo letal que venció a Martín por su palo derecho.

El 0-1, muy cerca del final, tuvo desde su ejecución aire de sentencia definitiva, con el Villalba echado atrás y sin salida aparente, pese al intento de Óscar Redondo por revitalizar el ataque con Sancho y Aitor. Los últimos minutos sólo sirvieron para afear la función con dos tánganas casi consecutivas, una cuando un jugador del Villalba trató de levantar a Marcos Gil, caído tras una falta, y otra cuando se encararon Borja Pascual y el entrenador Javier Arroyo, entre mutuas acusaciones de provocación. Sucesos que distorsionaron lo que fue un derbi jugado con deportividad y que deja como consecuencias el frenazo a la racha de siete partidos sin perder del Villalba y la consolidación del Galapagar en el grupo de candidatos.

CUC VILLALBA: Martín Ferriz; Diego (A), Fran, Bassim, David; Nico (A), Boby (Mansilla, 85’); Chigo Ramos (Aitor, 69’), Borja Pascual, Vivi; y Lubo (Sancho, 83’)

C.D. GALAPAGAR: Gonzalo; Sergio (Lucas, 66’), Kany (Pepe, 52’), Jaime, Hugo; Greci, Fernando (Bazo, 90’); Gabri, Nacho Martín, Kiki; y Quique Casado (Marcos Gil, 60’)

GOLES: 0-1 Marcos Gil (Minuto 86)

ÁRBITRO: Feito Rabanal (2)

INCIDENCIAS: Partido de la 10ª jornada de Liga en el Grupo 1 de Preferente. Decepcionante entrada en la Ciudad Deportiva, con unos 350 espectadores en mañana soleada y agradable. El vicepresidente de la Real Federación de Fútbol de Madrid, Manuel Martínez, entregó una placa de reconocimiento por parte del Colegio de Entrenadores a Borja Fernández-Blanco, por su labor al frente del CUC Villalba antes de sufrir el ictus que lo ha apartado por tiempo indefinido de los banquillos, mientras que el club lo homenajeó entregándole una camiseta firmada por toda la plantilla, en un  acto sin representantes municipales. Tras el encuentro, efectivos de Policía Local y Guardia Civil protegieron la salida del autobús del Galapagar, en prevención de incidentes tras las tánganas que se produjeron al final del partido.

Jaime Fresno / Fotografías: R. Herrero

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