El CUC Villalba ve volar dos puntos en un minuto fatídico ante el Avance (2-2)

No es el año del Villalba, algo que ha quedado meridianamente claro en los dos últimos partidos. Si en Alcobendas recibió cerca del final el castigo de la derrota, tras desperdiciar un buen puñado de ocasiones, ante el Avance se le escapó una victoria que se había trabajado a pulso en un minuto fatídico, el que va del 88 al 89, cuando los alcalaínos golpearon con dos goles para terminar de descarrilar de la pelea por arriba a un cuadro amarillo que sabe mejor que nadie que el 2-2 final no le sirve. La factura de los dos mazazos retrató su infortunio: Justel, recién salido al campo, introdujo en propia puerta un pase de la muerte que venía de la derecha; y Martín Ferriz se vio sorprendido por un disparo de Navarro desde la frontal que pasó por debajo de las piernas de Juan Olalla antes de doblarle la mano junto al palo. Un doble golpe que pudo ser triple, de haber entrado el disparo de Nacho que toco en la parte superior del larguero, ya en el tiempo añadido y con el Villalba desplomado.

Hasta que se desató esa hecatombe en el minuto 88, el grupo de Pepón había sabido hincarle el diente a un partido más bien áspero, con un Avance pertrechado en dos líneas muy juntas, y casi siempre dispuesto a incomodar la salida de pelota con la presión alta de su único delantero, Corbacho, y de sus centrocampistas. La disposición defensiva de los de Ramón Blanco sembró de minas la Ciudad Deportiva y se le atragantó a un Villalba que, mermado por hasta siete bajas -Gallego, Javi del Val, Pepe, David, Mario Hernando…-, no tiró a puerta hasta el gol. Fue en el minuto 37, cuando Vivi, venido al medio tras intentar sin éxito varios desbordes en la izquierda, trazó un pase diagonal hacia la derecha que atravesó todo el entramado del Avance y encontró la carrera de Juancar. El veloz lateral se fue a por el pase de tiralíneas, ganó a su par y se anticipó a la salida del guardameta Marcos para culminar con un toque sutil. El 1-0 fue un bálsamo, puesto que los alcalaínos acababan de amenazar la portería de Martín Ferriz con un disparo de Domínguez que se fue lamiendo el palo. Amparado en la ventaja, el Villalba alcanzó el descanso más tranquilo y con el partido ya bajo control.     

Infortunado segundo tiempo

Esa tónica imperó en la segunda parte, en la que los amarillos ganaron en dinamismo, con Boby mandando en el partido y con Quique Casado interviniendo entre líneas, en la posición donde más daño hace: detrás del delantero. Ambos intervinieron en la jugada del partido: un cambio de orientación milimetrado de Boby hacia la izquierda que Keko tocó de primera hacia Casado, y éste transformó, también a un toque, en un pase de gol hacia Reviejo. El delantero, que llegaba libre de marca al remate, no pudo conectar con el balón con todo a favor y agravó su crisis ante el gol de los últimos partidos. Él y Aitor Molina, al que se le vio falto de desborde en su banda, fueron los sacrificados en el doble cambio que Pepón introdujo mediada la segunda parte para buscar la sentencia.

Entraron Braiden y Borja Velasco, y el Villalba encontró el caudal ofensivo necesario para matar el partido: Braiden rozó el 2-0 en un mano a mano con el portero que le dio hasta dos opciones de marcar, pero, en la segunda, su tiro forzado fue manso hacia el gol y la defensa avantina sacó sin mayor problema bajo palos; y Borja Velasco fusiló dos minutos después el 2-0, pero el tanto fue anulado por un discutible fuera de juego. El menudo atacante puso en jaque al Avance en cada acción, en la mejor fase de un Villalba más seguro con el balón y ya muy superior a su rival. Consecuencia de ello fue el 2-0, obra de Talavera. El central remachó casi a placer un balón repelido por el portero, tras un cabezazo a bocajarro de Álvaro.

Era el minuto 32 de la segunda parte y el Villalba parecía haber resuelto todo. Incluso aún se trabajó alguna llegada más para marcar el tercero, pero el partido dio un inopinado giro tras el último carrusel de cambios. Pepón intervino para meter a Cortijo y Justel, a fin de preservar a Juancar de la tarjeta que vio en la primera parte, y de mantener la pujanza arriba sustituyendo a un Quique Casado quizá todavía sin fuelle para 90 minutos. El Villalba mantuvo a grandes rasgos su estructura, pero los cambios del Avance pesaron más. Ramón Blanco apostó primero por meter de una tacada a Bruno Fuentes y a David, y ya a la desesperada por jugarse la baza de Diego. Su equipo recuperó vigor, y empezó a llevarse balones divididos y a meter en su campo por puro empuje a un Villalba que empezó a perder control y sitio. Pese a ello, el correr inexorable del cronómetro y la ventaja sustancial en el marcador no hacían pensar que se despeñara de la manera en que lo hizo. Pero sucedió: en apenas un minuto, Justel se abonó al infortunio y empujó involuntariamente el 2-1, y Martín Ferriz no pudo sacar el duro disparo de Navarro que dobló su mano junto al palo, con el balón traspasando la raya de gol lentamente, para más crueldad y suspense. Fue el mismo jugador que hace unos meses marcó el 1-2 que entonces sentenció al Atlético Villalba en el mismo minuto y en el mismo escenario.

El castigo final pudo ser aún peor en el tiempo añadido, pero la parroquia villalbina respiró cuando otro trallazo, esta vez de Nacho, besó la parte superior del larguero. Ello no fue óbice para que el Villalba acabara el partido muy tocado y el Avance celebrando el punto, con su histórico presidente, Pablo de Lucas, felicitando uno a uno a sus futbolistas a su salida del vestuario. Los más veteranos quizá recuerden que hubo un Avance en Collado Villalba, y que la historia pudo escribirse de otra manera de no mediar la existencia desde 1947 del Avance alcalaíno, que impidió su inscripción como tal. Esta vez, el club complutense se interpuso en el camino hacia una victoria que era imprescindible para mantener vivo el cartel de un CUC Villalba aspirante a pelear el ascenso. Ahora, ese sueño se le va a ocho puntos con seis jornadas por delante, y con seis equipos intercalados. Demasiado. Sobre todo si el destino se empeña en asestarle mazazos de este calibre.

CUC VILLALBA: Martín Ferriz; Juancar (Justel, 80’), Talavera, Juan Olalla, Keko; Álvaro, Boby; Aitor Molina (Borja Velasco, 65’), Quique Casado (Iván Cortijo, 75’), Vivi; y Carlos Reviejo (Braiden, 65’)

CD AVANCE: Marcos; Eric Benito (Bruno Fuentes, 77’), Roberto, Asier, Nacho; Monroy, Adrián (David, 77’), Domínguez (Jorge, 64’), Iván, Diego Navarro; y Corbacho (Diego, 86’).

ÁRBITRO: Marcos Fernández Domínguez. Irregular actuación. Tarjetas a los villalbinos Juancar, Braiden, Aitor y Keko, y al jugador del Avance, Monroy.

GOLES: 1-0. Juancar (37’). 2-0. Talavera (77’). 2-1. Justel en propia puerta (88’). 2-2. Diego Navarro (89’)

INCIDENCIAS: Partido de la 13ª jornada de Liga en el Grupo 1 de Preferente, con entrada libre y algo más de 200 espectadores en la Ciudad Deportiva. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Maribel García, concejal del Ayuntamiento por el grupo Más Collado Villalba y cuñada del histórico goleador del CUC Villalba Rafael Martín, Rafita.        

Jaime Fresno     

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