El Getafe B noquea al CUC Villalba en ocho minutos (0-6)

El CUC Villalba encajó la mayor derrota del curso ante un Getafe B que fue una apisonadora en la Ciudad Deportiva, capaz de liquidar el partido en un arranque pletórico: a los dos minutos, Moi Parra hizo el 0-1 culminando con un certero remate por el palo largo de Pablo Sanz la primera llegada getafense, fabricada con el primer dos para uno de la mañana en banda derecha; a los cinco, César Gómez resolvió un mano a mano con el portero para colocar el 0-2; y a los ocho, Rafa Diz, hizo casi a placer el tercero.

Los villalbinos, incapaces de frenar la velocidad y el juego asociativo del filial de Emilio Ferreras, encajaron tres goles de salida y después no pudieron evitar recibir su mayor derrota del curso, ante un rival en plena aceleración hacia el playoff

El Villalba, otra vez muy permeable en el medio, con desajustes en la pretendida presión arriba en ayuda de sus dos puntas, Álex Krehl y Braiden, dejó los suficientes espacios entre líneas para que el grupo de Emilio Ferreras hiciera sangre, con un magistral Diego López de Haro, indetectable todo el partido, y los acompañamientos de Santi García, Rafa Diz, Moi Parra y César Gómez, todos ellos jugando en máximos de velocidad y precisión asociativa. Esos dos factores marcaron una diferencia abismal de salida: ocho minutos, tres goles. Pablo Sanz, uno de los mejores pese a la goleada recibida, evitó el cuarto a los 17 minutos en un mano a mano ante César Gómez, y antes del descanso aún hubo otras tres ocasiones para el 0-4: Ramírez cabeceó fuera en posición franca a servicio medido de Diego, ante el que Pablo Sanz negó otro gol acto seguido, después de que el interior se hubiese ido en conducción de hasta tres villalbinos para fabricarse el mano a mano. Pletórico como estaba, al ex del Torrejón aún le dio tiempo antes del descanso a otro desborde marca de la casa, para dejar otro balón de gol que Moi Parra estrelló en el lateral de la red.

Entre medias, el Villalba apenas asomó tímidamente, en la medida en que Altamirano encontró espacios por el costado derecho, quizá el punto débil del filial, a causa de la baja por tarjetas de Gorka. Por allí percutió el 10 un par de veces, una de ellas con gran clase, para irse de Koffi con bicicleta incluida y poner un centro sin rematador. Después, Altamirano no atinó con un golpe franco lanzado desde la misma semiluna, y el balón se le marchó alto. En cualquier caso, sus apariciones transmitieron cierta sensación de que el Villalba al menos equilibraba el juego, ante un Getafe B que, aun sin poner de inicio a Nico Conesa, se manejaba con mucha soltura en el medio. En esa fase, entre Sergio García y Braiden fabricaron una buena llegada, pero el remate del delantero se estrelló en la espalda de Álex Revuelta y el balón fue a córner. El central jerezano formó una pareja prácticamente infranqueable con Ramírez, después de las dudas suscitadas tras el 3-3 ante el Canillas.

El Villalba ve reducida su ventaja sobre el descenso a un punto, antes de visitar el domingo al Pozuelo

Variaciones de Caprile

Con el partido casi visto para sentencia en el descanso, Walter Caprile reaccionó quitando a Rui para meter a Santi Castelnoble en el medio, bajó a Juancar al lateral derecho, trasladó a Sergio García al izquierdo, y centró a Mendi para ayudar a Talavera en el eje. Es decir, buscó más velocidad defensiva para contrarrestar a los puñales azulones. Mas el panorama no varió: a los seis minutos de la reanudación. Talavera le rebañó un balón de gol a César Gómez, ya como último defensa, y mediado el segundo tiempo llegó el cuarto golpe, esta vez a cargo de la segunda unidad getafense: Tomasso Rossi rompió por la izquierda y el italiano sirvió sobre la llegada en carrera de Keita, que puso su remate de primeras casi en la misma escuadra derecha de Pablo: 0-4. A partir de ahí, Diego López de Haro completó su exhibición, primero forzando el penalti para el 0-5 de Santi García, y después anticipándose a la desesperada salida a tres cuartos de campo de Pablo, para llevarse el balón y hacer el 0-6, entrando al trote con el balón controlado en la portería, sin oposición.

Poco antes, Rober Muñoz pudo haber hecho el 1-5, pero el guardameta Vicent rechazó su intento de disparo cruzado, en la única intervención del portero visitante. Esa parada mantuvo la preocupante estadística casera del Villalba desde el cambio de entrenador: tres partidos en casa, con cero goles a favor y nueve en contra en el cómputo de las tres derrotas. La gente ya se agarra al más que notable rendimiento del equipo a domicilio para alimentar las esperanzas de salvación, empezando por el Valle de las Cañas, donde el domingo espera el Pozuelo, con la amenaza del descenso a sólo un punto.

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