Carlos Verona brilla pero no remata en las etapas gallegas de la Vuelta
El sanlorentino firma dos octavos puestos en las llegadas a Padrón y la estación de La Manzaneda, formando parte de escapadas de nivel en las que lanzó hasta cuatro ataques para ganar que resultaron infructuosos.
Carlos Verona pegó este jueves su segundo ‘tiro al palo’ en la Vuelta Ciclista a España: fue octavo en la cima de la Estación de La Manzaneda y calcó su posición de la víspera en la meta de Padrón, dos top-10 que, sin embargo, no reflejaron el despliegue real del sanlorentino, que en el cómputo de las dos etapas lanzó hasta cuatro ataques con visos de reportarle su primera victoria en la Vuelta Ciclista a España. No fue así por cuestión de detalles, como la elección del momento del demarraje y, sobre todo, el marcaje al que fue sometido en La Manzaneda, donde Marc Soler lo secó hasta en dos ocasiones.
En la primera de ellas, todavía con más de 12 kilómetros de subida hasta la cima orensana, Verona se marchó con un durísimo cambio de ritmo tirando de desarrollo que le permitió abrir una brecha de 18 segundos. Soler, excompañero en Movistar y buen conocedor del peligro del movimiento, saltó a por él y se llevó a rueda a los otros ocho componentes de la escapada, que fueron llegando de forma escalonada a la altura de los dos españoles.
Verona sube 17 puestos en la General y ya es el segundo mejor ciclista del Lidl-Trek, tras recuperar casi diez minutos desde la jornada de descanso en Vigo
La fuga, con gente del nivel de Jonathan Narváez, Harold Tejada, Max Poole o Mauri Vansevenant, se había terminado de formar a 110 kilómetros de meta, ante un pelotón que, tras un vistoso tira y afloja, acabó permitiendo la aventura. A Verona le costó entrar, y quién sabe si ese derroche inicial para entrar en el corte no le restó capacidades en La Manzaneda. Por ejemplo en su segundo ataque, donde Soler le cerró el hueco con más soltura.
Tras la refriega entre los dos ciclistas que parecieron más fuertes, surgió Pablo Castrillo para soltar el ataque definitivo y marcharse en solitario para dar al Kern Pharma una gran victoria, horas después de la muerte de Manolo Azcona, gran mecenas del equipo. El joven oscense de 23 años se impuso en un final agónico, con Max Poole a sólo ocho segundos, sin culminar su persecución, y Soler a 16. Ya sin opciones, Verona no forzó en las rampas finales para hacer octavo, a 1:03 minutos. Casi seis minutos por detrás entró el jefe del sanlorentino en el Lidl-Trek, Mathias Sjkelmose, dando tiempo a un grupo de favoritos en el que no se produjeron movimientos.
Escalada en la General
El danés ya es el único de la escuadra estadounidense que marcha por delante de Verona en la General: 12º a 6:41 minutos del líder Ben O’Connor, a 3:25 de Primoz Rogic, y a 2:43 de Enric Mas. El de San Lorenzo, que alcanzó la jornada de descanso en Vigo en el puesto 62, a más de una hora del maillot rojo, ha saltado al puesto 45º, ahora a 52 minutos. Tras ser octavo en Padrón, donde lanzó otros dos ataques en la nutrida escapada que se formó, uno en el Muro de Cruxeiras, ya cerca de meta, y otro en el último kilómetro, Verona ya declaró en sus redes sociales que notaba su estado de forma en franca mejoría: “Feliz de reencontrarme con la fuga, pero sobre todo con las buenas sensaciones, después de un duro inicio de Vuelta. Lo he dado todo y me lo he pasado genial jugando a ganar. Ahora, a disfrutar de las buenas sensaciones y vuestros ánimos en un terreno cada vez menos explosivo que me va más”.
Esta última frase desata el optimismo para lo que queda, con ascensiones largas, finales en alto y el desgaste del paso de los días, que suele jugar a favor de los fondistas natos, como el de San Lorenzo. Este viernes la Vuelta acaba en el Puerto de Ancares, en una 14ª etapa ya con 176 kilómetros, cuatro puertos y un final de extrema dureza, con un tramo ‘a lo Mortirolo’ de cinco kilómetros a una media del 13%. Y el sábado, esperan los 22 kilómetros de ascensión a Leitariegos, previos a la llegada a Villablino, antes de coronar el fin de semana en el temible Cuitu Negru, la extensión del Puerto de Pajares con rampas a más del 20%, un infierno que llegará tras pasar dos veces la Colladiella.
Jaime Fresno