Excelentes resultados oncológicos en el primer año del Programa de Cirugía Robótica en Urología del Hospital de Villalba

Desde la puesta en marcha del Programa de Cirugía Robótica del Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid-, hace ahora algo más de un año, su Servicio de Urología, una de las especialidades acreditadas para el uso de esta técnica en el centro, ha realizado un total de 20 prostatectomías radicales robóticas para el tratamiento del cáncer de próstata.

Una actividad de la que el jefe de este servicio, el Dr. José Emilio Hernández, hace un balance más que positivo, dados los “excelentes resultados oncológicos logrados, con un 90 por ciento de los pacientes intervenidos libres de recidiva bioquímica meses después -en algunos casos, hasta un año- de las intervenciones”, que se suman a la ausencia de complicaciones severas, la pronta y satisfactoria recuperación de los pacientes y un alto nivel de satisfacción en los mismos.

Concretamente, desde la primavera de 2023, cuando el General de Villalba incorporó a su Bloque Quirúrgico un robot Xi Da Vinci -la más evolucionada plataforma disponible para la realización de intervenciones mínimamente invasivas-, la Urología ha sido una de las especialidades más beneficiadas de este nuevo y claro ejemplo de la apuesta del hospital por la complejidad de la asistencia sanitaria que ofrece a sus pacientes.

Y es que, en palabras del Dr. Hernández, este es uno de los ámbitos “en los que más se ha desarrollado y difundido el uso de la cirugía robótica, existiendo un cuerpo de evidencia notable, especialmente en aquellos procedimientos que asocian a los resultados oncológicos una necesidad de buenos resultados funcionales, como la prostatectomía radical, donde se objetivan menores tasas de disfunción eréctil e incontinencia urinaria, frente a la cirugía abierta y/o laparoscópica”. Así, la cirugía robótica “permite una mayor precisión al cirujano, facilitando que la intervención quirúrgica sea lo más segura y menos invasiva posible, y reduciendo con ello de forma significativa los efectos secundarios habituales de la cirugía convencional”, añade.

Gracias a ello, a lo largo de este año no se ha registrado ninguna complicación severa durante ni después de las intervenciones que haya requerido de conversión a cirugía laparoscópica o abierta convencional ni reingresos posteriores. Asimismo -dice el especialista-, la preservación de las bandeletas neurovasculares (estructuras nerviosas que permiten la erección) y el sistema esfinteriano permite minimizar la incontinencia urinaria y disfunción eréctil postoperatorias.

Esto se ha traducido en tan solo dos pacientes con incontinencia urinaria leve dentro del primer año postoperatorio, y actualmente en rehabilitación de suelo pélvico, con excelentes tasas de continencia precoz en el primer mes tras la intervención, y un 30 por ciento de disfunción eréctil en este periodo, con respuesta favorable al tratamiento farmacológico.

Excelente satisfacción de los pacientes y nuevas indicaciones

Además, el jefe del Servicio de Urología del General de Villalba subraya la “excelente satisfacción de los pacientes”, que refieren “poco dolor postoperatorio”, no necesitando la mayoría de ellos analgesia tras la intervención, y manifestando en todos los casos que “volverían a intervenirse mediante abordaje robótico”.

Así lo demuestran el mínimo sangrado postoperatorio, sin que ninguno haya precisado trasfusión sanguínea, y la corta estancia hospitalaria que han requerido, recibiendo el alta la mayoría de ellos dentro de las primeras 48 horas tras la intervención. En el mismo sentido destacan la rápida recuperación e incorporación a las actividades de la vida diaria, una vez retirada la sonda uretral a los 10 días de la intervención, y la pronta reincorporación laboral, en casi todos los casos después del primer mes tras la intervención.

Por todo ello, el Dr. Hernández avanza la próxima incorporación a la cartera de servicios del Programa de Cirugía Robótica en Urología de nuevas indicaciones, tales como la cirugía reconstructiva de suelo pélvico para el tratamiento de los prolapsos femeninos, la cistectomía radical para el tratamiento de la neoplasia vesical infiltrante, y la cirugía retroperitoneal para el abordaje de la patología renal y suprarrenal.

Beneficios para pacientes y profesionales

La incorporación del robot a su cartera de servicios permite al hospital seguir ofreciendo a sus pacientes la mejor tecnología en las mejores manos para optimizar los resultados clínicos y su experiencia durante su proceso de salud, y supone para los profesionales la oportunidad de trabajar en las mejores condiciones y de continuar formándose en las técnicas más innovadoras.

Y es que el Xi D Vinci añade ventajas a los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva, antes, durante y después de la intervención: mayor precisión y seguridad, incisiones más pequeñas, menor sangrado y necesidad de transfusiones, y menos dolor postoperatorio, riesgo de infección postquirúrgica, y tiempo de hospitalización y de recuperación.

En concreto, este modelo del robot quirúrgico facilita una visión 3D aumentada hasta diez veces, asegurando la claridad y precisión de los detalles anatómicos, elimina el temblor fisiológico y los movimientos involuntarios del cirujano, tiene cuatro brazos robóticos que permiten al especialista controlar autónomamente hasta tres instrumentos y una óptica, y utiliza pinzas con tamaños de 8 mm, dando libertad de movimiento en siete ejes y una rotación de 360 grados.

Asimismo, la plataforma quirúrgica tiene un láser de posicionamiento que optimiza la posición de los brazos robóticos según la intervención, permite una cirugía multicuadrante -efectuar intervenciones más complejas sobre órganos ubicados en cuadrantes diferentes, sin modificar la posición del robot y el paciente-, y está integrado con el sistema FireFly, un filtro de luz que posibilita visualizar en tiempo real imágenes de alta resolución del flujo vascular y microvascular de los tejidos.

Esto se traduce, para los cirujanos, en un acceso más fácil a anatomías complicadas, una mejoría en la radicalidad oncológica y una mayor precisión reconstructiva y, para los pacientes, en mejores resultados, mayor comodidad y, en definitiva, una mejor experiencia en la intervención.

Su compatibilidad con otras tecnologías presentes en los quirófanos de todo el mundo y la posibilidad que ofrece de utilizar la tecnología Single-Site (un único acceso, a través del ombligo, que optimiza la estética) son otras de las ventajas de este nuevo sistema que, además, permite conectar una segunda consola para que dos cirujanos puedan realizar juntos la cirugía, aumentando así la eficiencia en la formación, reduciendo la curva de aprendizaje y permitiendo la asistencia quirúrgica; y facilita la formación a través de un simulador virtual.

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