«El Campeonato de Europa es una recompensa por el trabajo que Blanca y Elena han hecho en España»
Blanca Domínguez y Elena Faura serán las primeras gimnastas de Acrobática en categoría júnior que van a disputar un Campeonato de Europa de la especialidad. Será a partir del próximo 13 de octubre en la ciudad polaca de Rzeszow donde se consume todo un hito en una disciplina desconocida no hace mucho en la comarca y que, gracias al trabajo del Club Andraga de Collado Villalba, viene ganando practicantes y creciendo en su nivel competitivo. Desde que la entrenadora Dennitza Nicolova decidiera en 2012 crear un grupo de competición para dar salida a todo el trabajo previo realizado con la base, los resultados están a la vista: el Andraga ha logrado medallas en las principales competiciones nacionales e internacionales y se ha erigido en referente. Así lo confirmó con su último éxito en el prestigioso LIAG de Lisboa, no sólo con la medalla plata de sus flamantes internacionales por España, Elena y Blanca, sino con el oro por parejas de los jovencísimos Pedro Lunello y Andrés Ortega. La pareja femenina, actual subcampeona de España y gran referente del club, acabó de convencer al seleccionador nacional de que su progresión merecía el premio continental. Blanca Domínguez, de Becerril de la Sierra, y Elena Faura, de El Escorial, viajarán el próximo martes 10 de octubre en un avión que hará escala en Londres, antes de aterrizar Rzeszow, al Sureste de Polonia, y ser desde el día 13 una de las 21 parejas júnior que compita en la máxima cita continental.
Dennitza Nicolova (Botevgrad, Bulgaria, 1977) ha dirigido a la joven pareja desde sus inicios, hace cinco años, cuando el Andraga abría camino en una especialidad que sólo era conocida gracias a los espectáculos del Circo del Sol. Hoy, con casi 200 gimnastas serranos bajo su supervisión, ve con orgullo cómo el talento que forma en los tapices ya llega a los grandes escenarios.
¿Qué balance haces de la actuación de vuestras parejas, Pedro y Andrés, y Blanca y Elena? Supongo que en el Andraga estaréis muy contentos con lo realizado en el LIAG de Lisboa…
La verdad es que sí, porque fue un campeonato clave. Pensando en el Campeonato de Europa de Blanca y Elena, lo marcó el seleccionador nacional como un campeonato control. El objetivo que nos marcamos no era buscar notas, sino buscar una regularidad, estabilidad y confianza en ellas mismas, y un equilibrio como pareja. Lo cumplieron perfectamente. Tuvieron tres días de competición, uno de ejercicio de dinámico, otro de equilibrio y el último, combinado. Compitieron con una regularidad que no habían tenido esta temporada y afrontaron la competición con mucha madurez. Lo hicieron como un equipo. Nos han felicitado otros entrenadores, también el seleccionador. Creo que con Elena y Blanca hemos cumplido los objetivos con creces. Para la pareja de Andrés y Pedro los objetivos eran otros. No habían salido nunca fuera de España y los llevé con la intención de que conozcan el nivel, para que vean hasta dónde pueden tener proyección, porque aquí en España tienen la referencia de una pareja muy potente, Javi y Rafa, del Club Dinamic. Los objetivos individuales eran los de saber afrontar una competición equilibrados y sin miedo, saber llevar la presión…
Fueron medalla de oro, debieron hacerlo estupendamente…
La medalla ya es lo de menos. Les felicito evidentemente por ello, pero yo siempre me quedo con el resultado del trabajo y por la subida de su nota, tanto en ejecución como en artístico, que han tenido entre el Campeonato de España de mayo y el LIAG de Lisboa. Me quedo con esta evolución. Lo hicieron estupendamente, pero me quedo con su margen de mejora.
Hablamos de gimnastas muy jóvenes, y has mencionado el factor presión. ¿Cómo llevan eso en competiciones tan importantes?
Se ponen nerviosos, sí. De hecho, el objetivo de la pareja masculina era sobrellevar la presión. Ten en cuenta que están en un escenario diferente a lo que conocen en España, y cuando les sacas de sus zonas de confort es cuando empiezan a aparecer los miedos y las preocupaciones. Por ejemplo, en el MIAG, que fue el primer campeonato internacional de Elena, le pasó que 40 segundos antes de salir al tapiz se puso en una situación de ansiedad tal que se le olvidaron los pasos de una coreografía que llevaba practicando un año. Eso es la presión del escenario: ella ve que la van a grabar, que la van a poner una nota, que toda la comunidad de la acrobática la va a ver…La autopresión pasa mucho en acrobática, los gimnastas son muy autoexigentes.
¿Es tu principal preocupación de cara al Campeonato de Europa de Polonia?
Sí. De hecho eso está hablado y más que hablado con ellas. Es conseguir competir a un nivel de equilibrio emocional, porque los ejercicios saben hacerlos. Pero la cabeza manda sobre el cuerpo, entonces, si no compiten a un nivel óptimo de concentración, pueden fallar.
¿Dónde deben estar Elena y Blanca a nivel competitivo en el Europeo, cuál es el objetivo deportivo?
La respuesta empieza más desde atrás. Llevarlas al Europeo es una recompensa del trabajo que han hecho en España como pareja femenina júnior. Es una categoría muy complicada, con una normativa técnica que exige elementos complicados. Es un trabajo de muchas horas durante muchos años. Hasta ahora. En España no ha salido fuera a competir ninguna pareja júnior, y ellas lo han conseguido. Es una recompensa del seleccionador, que va a servir como aprendizaje para futuras competiciones. Blanca ha empezado una carrera, no sabemos hasta cuándo le va a durar la competición, pero Elena tiene 12 años y puede tener muchos años más de competición, y para ella es un aprendizaje. También para mí como entrenadora.
¿Cómo son las coreografías que llevan a Polonia?
Son tres coreografías diferentes. El ejercicio combinado, que es con el que se compite en la final, llevan dos años trabajando con él. Lo hemos adaptado este año para las dificultades nuevas, pero es su ejercicio favorito. Es muy complicado lucirlo, porque con este ejercicio es cuando se entra en la final. Lo tenemos muy complicado, pero tenemos que ser realistas: entrar entre los ocho primeros es muy difícil. El primer día van a competir con el ejercicio de equilibrio, con la música de “Hijo de la Luna”, muy sentida y emotiva, la coreografía está muy bien planteada, es muy emotivo. Luego, en artístico es donde menos disfrutan ellas, pero harán un ejercicio para defender las dificultades que tengan.
Háblanos de Elena y Blanca. ¿Cuánto tiempo llevan en el Andraga, y cómo ha sido su evolución?
Ellas empezaron el mismo año, en 2012. Me emociono mucho con esto, porque guardo los primeros vídeos, en los que se ve que había que trabajar mucho. A Blanca le veía que tenía potencial, pero que había que trabajar mucho. Y gracias a su cabezonería y a su talento, ha llegado muy lejos. Y de Elena, lo mismo, lo que pasa es que es más pequeña, empezó con siete años. Era una niña muy vergonzosa, que saltaba mucho…Las dos hacen una simbiosis muy productiva. Hemos tenido altibajos, a veces se desajustaban las emociones. Las dos tienen mucho carácter, y a veces una es más dominante que otra. Lo que más hemos tenido que trabajar son las emociones, saber trabajar en equipo y el que cada una respete el carácter de la otra.
¿Cuántas horas a la semana les lleva la Acrobática a este nivel?
12 horas a la semana, que es mucho menos de lo que entrenan en otros clubes, pero es lo que hemos podido hacer entre la organización familiar y la del club. Siempre digo que me gustaría que entrenaran más, porque por ejemplo, en la concentración de Pontevedra lo vi claramente: entrenamos a doble sesión y los resultados están a la vista. También es verdad que son niñas que, si perdían un entrenamiento, yo no tenía que decir nada, salía de ellas pedirme volver otro día a recuperar. Lo mismo en las concentraciones. Siempre han respondido muy bien.
En el Andraga tenéis por un lado el grupo de competición, que es del que estamos hablando, y por otro el grupo de iniciación. ¿Notáis que a los niños de la base les sirve de motivación la proyección nacional de Elena y Blanca?
Pueden ser dos niñas absolutamente normales, pero es verdad que los pequeños los ven como referencias, igual que otros ven a los Cristianos Ronaldos por la tele. Te cuento una curiosidad: en festivales de fin de curso, cuando estamos todos los grupos, por ejemplo los niños de base de Moralzarzal se paraban y preguntaban si podían tocar a Blanca y Elena, si podían hablar con ellas. Y las observan cómo hacen los ejercicios. Blanca y Elena han ido abriendo el camino, tenemos un futuro y como entrenadora tengo la tranquilidad de que por detrás vienen muchos niños con ganas, y a ellas les tengo que agradecer que sea así…
Su proyección os confirma que en el Andraga estáis haciendo un buen trabajo en estos cinco años de trabajo con el grupo de competición…
Lo que me confirma es que estamos aprendiendo bien, que algo hemos hecho bien, aunque todavía nos queda mucha mejora. Por otro lado, cuando hablo con otros técnicos más experimentados, me confirman que lo que se ve desde fuera es una evolución muy notable. En el LIAG, hablé en la grada con Juan León, que es responsable de jueces en España, y me dijo que él ve evolución en todos los clubes, pero que en el nuestro ha visto la evolución más grande. Y si me lo dice, intento valorar lo que me está diciendo, porque yo, con mi manera de ser, siempre quiero más.
En el Andraga supongo que os sentís como pioneros, dado que Blanca y Elena son las primeras españolas júnior –de 12 a 18 años- que van a un Campeonato de Europa…
Nos ha tocado ese papel a nosotros y también esa responsabilidad…Me sigue extrañando que este deporte aquí en Madrid no se haya extendido. Pero tiene una explicación razonable: es muy difícil crear un club de gimnasia acrobática, es difícil sobrellevar la presión de la falta de ingresos durante años y persistir en ello. Es normal que haya pocos locos dispuestos a hacer sacrificios.
¿Habéis chocado con muchas paredes a la hora de pedir ayudas, o apoyo institucional?
Sí, con muchas. Fuera y dentro de la Acrobática. Hacerte un hueco en una Federación o en una localidad es complicado, por falta de medios e instalaciones, etcétera. Luego, también, dentro de la acrobática, cuando llevas una trayectoria de varios años y eres consciente de que quieres y puedes elevar el nivel, sabes que no puede ser yendo a 50 por hora, tienes que apretar muchísimo, y cuando lo haces pueden surgir problemas. Soy consciente, pero creo que hemos llegado aquí gracias a que nos hemos puesto esa presión.
Hablando de los medios disponibles, entrenáis en el gimnasio del Instituto Jaime Ferrán, pero la Acrobática necesita mucho de los espacios. ¿Hasta qué punto las carencias logísticas hacen de freno en la progresión de vuestros gimnastas?
Sí, hay una limitación, pero yo me lo tomo con mucha filosofía, porque siempre va a faltar algo. A pesar de ello estamos donde estamos y todo lo que dependa de nosotros lo vamos a poner. También hay otras limitaciones, como la disponibilidad de entrenamiento de los niños, de los padres para comprometerse, también en la formación de los técnicos. Pero por eso se trabaja día a día, para mejorar.
¿Qué pedirías para terminar?
A Blanca y a Elena les pediría que disfruten de este Campeonato de Europa, y a los demás niños que sigan haciendo piña, que sigan haciendo un equipo tan maravilloso como hasta ahora. Y yo, pedir no voy a pedir; voy a demostrar.
Texto: Jaime Fresno / Fotografías: Rafa Herrero