El entrenador y el presidente de Las Rozas CF hacen balance de la temporada del retorno a Tercera División

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Lolo Escobar, entrenador del primer equipo de Las Rozas CF / Fotografía: Rafa Herrero

Manuel María Escobar Rodríguez (Don Benito, 13 de mayo de 1976), es uno de los pocos entrenadores de Madrid capaz de hacer girar los focos hacia el club donde trabaja, gracias a una trayectoria que, por sorprendente que parezca dada su juventud, ya acumula casi un cuarto de siglo en los banquillos. Su éxito en el Unión Adarve, al que condujo de la Preferente hasta las puertas de la Segunda B, todavía colea en el fútbol madrileño, que de una forma casi unánime ha mantenido su nombre junto al de los técnicos de mayor prestigio y, en general, le ha respetado ese status pese a estar por debajo de las expectativas en sus proyectos posteriores con el Puerta Bonita, Trival Valderas y Alcobendas Levitt. Ahora, de vuelta al club donde jugó y empezó a entrenar con 18 años, Lolo Escobar, como le conoce el mundo del fútbol, ha vuelto a triunfar con el equipo que diseñó para no dejar ni un cabo suelto en el intento por devolver a Las Rozas a Tercera División, nueve años después. Transcurridos casi dos meses del ascenso logrado en Coslada, el entrenador afronta su segundo proyecto con renovadas ambiciones, gracias a una autoexigencia que, como él mismo deja ver, suele ir un paso más allá de los objetivos que le marcan. Es la parte más llamativa de una filosofía futbolística basada en el trabajo casi estajanovista y en no dejar ni un detalle al azar. Ni siquiera la suerte.

¿Cuánto de satisfecho estás y qué balance haces de la temporada?

El objetivo que tenía el club era ascender lo antes posible y, dentro de los objetivos, yo, sinceramente, siempre intento ser un poco más ambicioso. Nosotros, aparte de subir, queríamos hacerlo con el mayor número de puntos de todos los equipos de Las Rozas. Sé que el de Javi Baños hizo 77, y nuestro objetivo era mejorarlo. Sabíamos que estando por encima muy mal se tenía que dar para no terminar primeros. A partir de ahí, mejoramos esa cifra, hicimos 79, y estoy muy satisfecho de haber cumplido con esas líneas maestras que nos pusimos.

¿Esa autoexigencia es una de tus mejores cualidades?

Pues sí, soy una persona muy exigente. Cuando uno sale a competir, sale a competir las 34, 38 ó 42 jornadas. Las que sean. Algunos se enfadaban con nosotros, como por ejemplo en Torrejón, que decían que estábamos primados… No; no estábamos primados. Estábamos tratando de hacer la mejor temporada posible, y yo creo que eso dignifica la competición y dignifica a Las Rozas. Lo siento mucho por los rivales y lo que se estén jugando.

En ese sentido, ¿fue una decepción perder el título de campeón de Preferente en Carabanchel?

Sinceramente, eso sí que no entraba en nuestros planes. El partido nos venía un poco a desmano: se puso un martes, nuestro capitán, Javi Cavadas, se casaba e invitó a media plantilla ese mismo fin de semana… A partir de ahí, sabíamos que íbamos a ir de aquella manera. Creo que hicimos un buen partido, pero al final el factor cancha decidió muchísimo. La Mina es un campo que no está demasiado bien y creo que les favoreció a ellos bastante. Pensamos que ese partido era un marrón desde el primer día: cuando hablábamos de él, los jugadores me decían: “míster, que vaya el juvenil”. No lo queríamos jugar nadie y ellos, tampoco, claro. No entraba en nuestros planes de este año.

Vamos con la Liga: el 7 de enero perdéis 3-1 en Aravaca, luego ganáis con muchos apuros al Torrejón en casa, y después perdéis 3-0 con el Sanse B. ¿A vuelta de la Navidad el equipo pasó un momento crítico de los de verdad?

Llegamos a un acuerdo por el que, a cierto número de puntos, de victorias conseguidas, yo me la jugaba y les daba diez días de vacaciones. Y está claro que tú, cuando paras diez días, volver a arrancar es muy difícil. Prácticamente tuvimos que hacer una especie de minipretemporada. Lo enfocamos así, como un Apertura y un Clausura, y a partir de ahí cambiamos la planificación y volvimos a hacer carga física. Sí es cierto que fue culpa mía, nos afectó bastante a la hora de competir.

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Foto oficial de la plantilla que ha logrado el ascenso a Tercera División

¿Llegaste a temer por el objetivo?

No, porque sabía que lo que estaba perdiendo en lo físico lo estaba ganando en lo mental. Esa tensión de hay que ganar y hay que ganar, como tú no le des descanso y lo encauces, eso a la larga es complicado mantenerlo.

Hiciste una plantilla de Tercera División, con Calleja, Cobos, Cavadas, Cortijo, Fabio, el portero Alberto… Y da la sensación de que en ningún momento habéis notado la presión de ser el gran favorito y que habéis funcionado como un reloj

Esto es un cúmulo de cosas. Mi experiencia en el Unión Adarve, o en el Villanueva del Pardillo, que son clubes donde merece la pena trabajar, ha sido igual aquí: son clubes que, si te aportan tranquilidad desde arriba… El fútbol está muy jerarquizado, y si tú vas pasando los diferentes peldaños hasta que llegas al entrenador del equipo y se le transmite esa tranquilidad, obviamente el entrenador se la transmite a los jugadores. En ningún momento nos hemos puesto nerviosos, y todo esto viene porque desde arriba se nos transmitía tranquilidad.

¿Va a cambiar mucho la plantilla en el nuevo proyecto de Tercera División?

Sí, va a cambiar, la verdad. Hemos renovado sólo a nueve jugadores y hemos tomado decisiones duras y complicadas. Es cierto que cuando un equipo cumple el objetivo, pues igual que le sienta mal a un entrenador que asciende no seguir, igual de mal le sienta a un jugador. Pero esto está montado de una forma en la que, si tú tienes 25 fichas en Preferente, y subes a Tercera División y bajan a 22, y además de esas 22, 16 tienen que ser mayores de 23 años y el resto sub-23, pues ya te van cerrando un poco la horquilla. Es cierto que tenía una plantilla veterana, yo creo que en una edad para competir perfecta, pero al tener que reemplazar por jugadores sub-23, ya tienes que tomar decisiones duras y que yo reconozco que son injustas. Pero es cierto que hay que mantenerse un poco fuera y pensar en el objetivo del club, no en las cosas que te afectan al corazón.

¿Quiénes son los jugadores renovados?

Han renovado nueve en total: Miguel, Lucas, Edu, Cavadas, Cobos, Calleja, Goal, Rubén y Cruz.

¿Fabio es baja?

Sí, y es de las bajas que escuecen, como la de Cortijo, porque son jugadores que han sido muy importantes

Sobre el objetivo del año que viene en Tercera, según el presidente no hay presión, pero no se va a renunciar a nada si el equipo está bien colocado en el tramo final. ¿Te lo planteas así?

Siempre doy un objetivo de puertas para afuera y luego está el que tengo dentro, que me castiga y me destroza mi vida de fuera del fútbol. Pero sí: el objetivo es estar tranquilos, igual que en Preferente era intentar subir lo antes posible. Ahora es igual. Intentar que este club, en dos o tres años, sea de los más potentes de la Tercera División de Madrid y que pueda optar a subir a Segunda B. A partir de ahí, como Lolo Escobar te digo que mi objetivo es ganar como sea el día 26 en la primera jornada de Liga. Ése es el objetivo. Y luego ganar el siguiente, y el siguiente, y el siguiente. Así es como concibo que se pueden hacer cosas grandes.

De cuando estabas en el Unión Adarve, tu equipo ganaba muchos partidos, pero daba la sensación de que a ti te molestaba o incordiaba mucho que se dijera que tu equipo era de segundas jugadas, de fútbol directo, con un juego físico y un punto de suerte. Este año, Las Rozas no ha estado en Tercera División y probablemente eso haya estado más relajado, pero ¿tienes metida esa espina de tratar de demostrar al fútbol de Madrid que los equipos de Lolo Escobar pueden jugar a otro registro y triunfar con un modelo que gane a los críticos en su propio terreno?  

Lo primero es que lo que opine la gente me da prácticamente igual, no te puedes imaginar cuánto. Cuando llegué a Tercera División la primera temporada yo era una persona que se leía todo lo que había en los medios de comunicación: leía Elgoldemadriz, escuchaba Onda Madrid… Todo lo que hubiera. Y eso me destrozaba, sinceramente, todo lo que decían me destrozaba, porque la gente no sabía la cantidad de horas que había detrás. El problema es que, como nunca lo van a entender, entonces me he dado cuenta de que aquí en lo que hay que pensar es en tú ser feliz. Soy una persona que no soy nada romántica en el fútbol, y hay mucha gente que sí son unos románticos. Pero yo fui a la Vereda de Ganapanes y comprendí que para ganar allí había que jugar de una manera. Si esa manera era meter siete defensas, metía siete defensas, porque lo primero para mí es ganar. Ahora estoy en Las Rozas, en un campo con unas dimensiones espectaculares, en el que encima el balón va fenomenal, y si el año que viene diera la casualidad de que yo pensase que para ganar hay que meter a siete delanteros, pues metería siete delanteros. La gente encasilla: o Mourinho o Guardiola. Pues yo no soy ni el uno ni el otro. Yo creo que uno debe ver la plantilla que tiene y, en función de ella, jugar a una cosa u otra. Para mí no es difícil jugar al ataque o a la defensa, juego a lo que creo que es mejor para mi equipo, y el año que viene, en función de la plantilla que seamos capaces de hacer, Las Rozas jugará a una cosa o a otra, siempre que tengamos la intención de ganar.

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Celebración del ascenso tras el partido ante el Coslada / Fotografía: Twitter Las Rozas CF

“Sabemos que mientras más trabajamos más suerte tenemos”. Esa frase que dijiste hace años en una entrevista, ¿es la que sigue definiendo tu filosofía?     

Sí, porque además es una frase que yo creo que digo en todos los equipos el primer día. Y es cierto: los equipos que tienen mala suerte yo creo que es porque no trabajan lo suficiente. Si quieres que la pelota pegue en el poste y entre, trabaja, échale horas, curra. Es la forma de que la suerte cambie.

Habéis subido a Tercera División. Futbolísticamente, al margen de subir la calidad de los jugadores y el ritmo, que supongo que es lo que marca la diferencia con Preferente, ¿hay que hacer algo más en especial para poder competir con garantías?

Me quedo con pinceladas de algunos entrenadores, como por ejemplo, Jürgen Klopp, que dice: “La gente se queda impresionada cuando pienso en que mi equipo puede mejorar entrenando”. Pues yo pienso igual: una cosa es con lo que tú empiezas y otra con lo que terminas. Ahí está el trabajo del entrenador. Creo que la Tercera División es trabajar, cada domingo estudiarse muy bien al rival para ver cómo tienes que jugar, porque los demás equipos te van a ir planteando problemas y tú tienes que irlos solucionando. Y sobre todo, cuando acabe la temporada, tu equipo tiene que haber mejorado para aspirar a cosas bonitas. No considero que haya que cambiar muchas cosas, simplemente hay que trabajar, porque la propia temporada te va a ir dando las directrices hacia las que tienes que ir.

Me interesa conocer tu opinión sobre cómo has visto la temporada de los equipos de la zona: al Galapagar le habéis ganado los dos partidos apurados; al Torrelodones, le ganásteis con más facilidad, lo que resulta algo sorprendente porque ha parecido un equipo muy bien organizado; y el CUC Villalba, que ha parecido un equipo más endeble atrás, es el que os llevó un poco al límite en Navalcarbón con el 1-0 y os empató en la segunda vuelta. ¿Cómo los has visto?

A ver: el Galapagar ha sido uno de los mejores equipos de la categoría, me ha gustado ir a verle. Como era el equipo que jugaba por la tarde, es el que más he visto. Me gustaba mucho, es un equipo que va al límite, que busca portería y es ofensivo. Me parece que el año que viene, con cuatro o cinco retoques, va a estar luchando por arriba seguro. Respecto al Torrelodones, aquí lo tengo más complicado porque el entrenador es amigo mío, pero es cierto que, quizás, es el equipo que más nos favorecía en cuanto a que es el equipo que más dejaba jugar. Hacen una propuesta ofensiva en cuanto a balón, y claro, si permiten jugar a un equipo como el nuestro… Está claro que quizás sea por eso que les ganamos más fácilmente. Y el Villalba, sinceramente, yo creo que es un equipo que históricamente está extramotivado contra Las Rozas. Desde que era niño, los Villalba – Las Rozas siempre son partidos de una extramotivación increíble. Yo les grabé partidos anteriores, pasaba el informe a los jugadores de lo que se iban a encontrar, y cuando llegaba el partido nos encontrábamos con un equipo que corría el doble de lo que estaba corriendo durante todo el año. Eso quizá fue lo que nos dificultó, que ellos lo hicieron muy bien. La pena es que no lo hayan hecho todo el año, porque hubieran estado peleando por cosas chulas. De los tres, el Galapagar es el que más me ha gustado con diferencia. Creo que el Torrelodones es un equipo muy jovencito que te permite hacer cosas, y el Villalba, creo que jugando con mucha intensidad es un equipo a tener en cuenta, lo que pasa es que no son capaces de tener esa intensidad todos los domingos.

¿Habéis alcanzado algún tipo de acuerdo con el Galapagar? Lo digo por los fichajes que están haciendo: Rodrigo Penabella es uno de los goleadores de vuestro filial,  también han incorporado a Chele Cabrera…

No. Yo recuerdo que cuando salgo de Las Rozas de Tercera División con Paco Salguero, el primer equipo al que me voy es al Galapagar, a Preferente. Siempre ha habido jugadores de Las Rozas que han ido a Galapagar, y este año está pasando lo mismo. Es un pueblo que está muy cerca y además tiene un ambiente de fútbol espectacular.

Ahora que citas a Paco Salguero, supongo que uno de tus sueños como entrenador de Las Rozas es repetir el play-off a Segunda B de aquel equipo, con un ambiente en Navalcarbón como el que se respiró en aquella eliminatoria contra el Celta B…  

Pues sí. Es como el PC Fútbol, que te cogías un equipo y tratabas de hacerlo campeón de Europa. Obviamente, si a mí me preguntan con qué equipo me gustaría ser campeón de Europa o del Mundo, diría que con Las Rozas, porque es mi equipo del alma, el más especial. Está claro que uno de los objetivos es ver la grada llena en un partido de play-off donde nos juguemos el ascenso a Segunda B.

 

El club hace oficial ocho fichajes para su proyecto en Tercera División 

Las Rozas CF hizo oficial en cuestión de 24 horas la incorporación de ocho futbolistas para su nuevo proyecto en Tercera División, una tacada que no ha hecho sino confirmar lo que se venía barruntando desde que el equipo ascendió en Coslada el 29 de abril: que Lolo Escobar llevaba sus deberes muy adelantados y que sólo había que esperar a que se aproximase el 30 de junio, la fecha del final de los contratos, para que el club fuese anunciando sus fichajes casi de carril. El pasado lunes se dio a conocer la llegada de tres  jugadores del Alcobendas Sport de Tercera División: el centrocampista Rubén Blanco,  el defensa Iñaki Gómez y el atacante Albur, además de la llegada del extremo del Pozuelo, Javi Jiménez. Y ya el martes, se anunciaron otras dos incorporaciones procedentes del Alcobendas Sport: el guardameta Yelco Ramos, una de las grandes referencias bajo palos del Grupo VII, y el defensa central Raúl Díez. Junto a ellos, Las Rozas dio a conocer además los fichajes del lateral Ángel Rodríguez, un canterano del Atlético de Madrid al que Lolo Escobar ya dirigió hace dos temporadas en el Alcobendas Levitt, y el de Alejandro Nogueira, al que el técnico pacense también entrenó en su etapa en el Trival Valderas, equipo donde el centrocampista de 24 años ha venido siendo pieza clave en las tres últimas campañas.

Con estos ocho fichajes, más las nueve renovaciones apuntadas por Lolo Escobar en su entrevista en AQUÍ EN LA SIERRA, la plantilla de Las Rozas 2018/2019 cuenta oficialmente con 17 integrantes, número que puede incrementarse con la renovación de Jaime Turégano, si bien al cierre de esta edición la negociación con el interior aún no estaba cerrada.

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El presidente del club, Ángel Campos / Fotografía: Rafa Herrero

Las Rozas CF, un retorno a Tercera División tras salvar la desaparición de la mano de Ángel Campos: “El dilema era dejar morir el club o coger el toro por los cuernos”   

Las Rozas CF es hoy una Sociedad Anónima Deportiva que mueve a más de 700 futbolistas repartidos en 33 equipos federados, y que estos días saborea logros como el retorno de su primer equipo a la Tercera División y el ascenso como campeón de su equipo femenino a Preferente, o presume de tener a la mayoría de sus equipos de base en las máximas categorías de Madrid. Una tarjeta de presentación que pudo quedar en nada, cuando su actual presidente, el empresario afincado en Torrelodones, Ángel Campos, se vio ante una encrucijada en la Junta General de Accionistas del pasado 31 de julio, cuando ya sabía de la intención del Ayuntamiento de Las Rozas de dejar el accionariado de la Sociedad, algo acordado en sesión plenaria y transmitido al club por el concejal de Hacienda, José Luis Álvarez: “El dilema era, o dejar morir el club y sus 60 años de historia, e incluso dejar sin jugar a los niños que estaban a mitad de temporada, o coger el toro por los cuernos”. Decidió hacer esto último. Campos, hasta ese momento accionista al 35%, en la suma de las acciones propias y las de representación, asumió la parte mayoritaria del Ayuntamiento y se remangó para reflotar la nave, apoyado en su equipo de confianza, que forman el director deportivo, Manolo Escobar, y los directivos Fernando Suárez, Juan Vargas y José Manuel Suárez. Atrás quedó la etapa más delicada en los casi 60 años de historia de la entidad, en la que el presidente habla de “gestión desastrosa”, y “riesgo de desaparición y de tirar por la borda un club como éste, que además de la historia y los años que tiene, se ha caracterizado por surtir de jugadores a Primera División”.

Ángel Campos, que ya participó hace una década en la conversión en Sociedad Anónima, recuerda que el espíritu de aquella transformación se debió a que “el Ayuntamiento, que es el tenedor de las instalaciones deportivas, propuso que todos los clubes que las usaban se fusionaran en uno solo, Las Rozas CF SAD, que fuera la suma de todo lo existente en el municipio, partiendo de la historia, o absorbiendo, al CD Las Rozas. ¿Qué ocurrió entonces? Que, después, yo creo que faltó contundencia por parte municipal, porque al poco tiempo volvieron a surgir los mismos clubes que había. Entonces, para ese viaje no hacía falta alforjas. El espíritu que promovió el Ayuntamiento fue que Las Rozas CF fuera el único club de la localidad”.

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Ahora, superado el momento crítico, Ángel Campos habla de “club viable y saneado”. “Las Rozas tiene futuro, si se hace la gestión adecuada. Estamos a la espera de convocar una nueva Junta General para hacer un nuevo Consejo de Administración que sea más adecuado para los retos que tenemos por delante, sin dejar de contar con el grupo que tenemos ahora”. Ese nuevo Consejo, que ya cuenta con el espaldarazo a nivel deportivo de los éxitos de la temporada que acaba de concluir, deberá gestionar el gran crecimiento social que está experimentando la entidad roceña, a la vez que deberá lidiar con el problema de los espacios, “un problema gordo”. Campos explica que “tenemos 700 futbolistas porque se ha trabajado muy bien, la dirección deportiva ha tenido permeabilidad a las preocupaciones de los jugadores, de los padres y madres, ha habido una política de total transparencia y de puertas abiertas, y hoy nos encontramos con una gran demanda de renovaciones. Si no nos reprimiéramos, podríamos tener entre 850 ó 900 jugadores, con un gran crecimiento en el fútbol femenino. Pero tenemos un problema en la falta de instalaciones y deberíamos hablar con el Ayuntamiento. ¿Qué por qué se crece tanto? Pues porque la incertidumbre de un club que amenaza suspensión ha desaparecido, porque se han hecho las cosas bien y es un club con mucho arraigo en la zona. No hemos acabado junio y ya hay 600 renovaciones”, desvela.

Espacios para cantera competitiva y escuela

Campos insiste en que el gran volumen de futbolistas “plantea la necesidad de redefinir los espacios municipales. Se habla de hacer una instalación de fútbol once en el Recinto Ferial, y nosotros creemos y aspiramos a que, con nuestro proyecto deportivo, necesitaríamos una instalación propia que permitiera hacer una separación entre lo que es una cantera, con los equipos más competitivos, y una escuela, digamos que menos competitiva”. El presidente sustenta su plan en el potencial de la base roceña, “porque, aunque tenemos una laguna en juveniles, donde bajamos en un año de División de Honor a Autonómica por una gestión desastrosa, tenemos a todas las demás categorías en la élite de Madrid. Todo eso requeriría de una instalación propia, para poder separar esa cantera de la escuela. Además, somos humildes y este año vamos a intentar no pasar apuros en Tercera División, pero si se pusieran a tiro objetivos mayores no vamos a rechazarlos. Y en categoría femenina, vamos a intentar ser referencia en la zona y a llegar a jugar en las categorías más altas. Para hacer eso también vamos a necesitar generar recursos”. En ese sentido, Campos es optimista y recuerda que “el club es solvente porque hubo un desembolso de capital para cubrir unas deudas y porque queda un remanente de ese presupuesto y, aunque han aumentado los gastos, hemos incrementado los ingresos y hemos equilibrado. ¿Cómo? Buscando amigos que patrocinen los equipos”.

Convenio con el Real Madrid

 Las Rozas CF tiene suscrito un convenio de colaboración con el Real Madrid, club que históricamente se ha nutrido de la cantera roceña, como recuerda Campos: “De aquí han salido jugadores como Núñez, Mejía, Olalla, o Marcos Llorente. Y ahora, Gorka Zabarte, que es capitán del Juvenil A que lleva Guti, aunque aún no tengo la información completa, puede pasar al Castilla. Esos acuerdos nos permiten también tener ingresos en función de objetivos. Por eso, cuando hablo de separar cantera de escuela, me refiero a hacer, entre comillas, un Centro de Alto Rendimiento que sea referencia en toda la comarca y en la Comunidad de Madrid, y muy vinculado a los objetivos del convenio”.

Jaime Fresno