Valdemorillo trata de poner coto a los excesivos ladridos de los perros apelando a la «buena vecindad y al respeto a la normativa»

Más paseos, más vida en los jardines y ventanales abiertos en el momento en que las temperaturas lo permiten. En este tiempo de verano, período de vacaciones para algunos y en el que son muchas también las personas que mantienen sus obligaciones laborales, se impone respetar los niveles de silencio que precisamente garanticen la tranquilidad y descanso necesario de la población. Por ello y apelando “a la buena vecindad y a la importancia de saber convivir con nuestros vecinos”, el concejal de Medio Ambiente y Limpieza de Valdemorillo, Carlos Isidro López, aprovecha este arranque de la temporada estival para hacer un llamamiento especial a la responsabilidad de los propietarios de perros, de modo que “sean respetuosos con la normativa vigente y eviten que el volumen de ruido sobrepase lo tolerado y los excesivos ladridos provoquen molestias y puedan incluso generar situaciones no deseables”.

En este sentido, convencido que en realidad se trata de un tema de educación, y lejos de poner el foco en las posibles sanciones, el edil reitera la importancia de atender y cumplir con lo dispuesto en la Ordenanza municipal Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales, y, más en concreto, hacer valer lo recogido en el apartado 2B de su artículo 9, donde se indica claramente la obligación de impedir ruidos que superen lo permitido, un aspecto en cuya filosofía se entra a profundizar con más detalle en el artículo 16, de modo que en aquellos casos en los que se es consciente que el animal puede estar molestando debe permanecer en el interior de la vivienda de su propietario.

Conductas incívicas

“Seguro que contando con la colaboración de todos, y especialmente con la comprensión y buena disposición de los dueños de estas mascotas, podremos disfrutar mejor todos de esta época veraniega”, recalcando así el responsable del área medioambiental que desde la misma se mantiene una atención permanente para concienciar sobre la conveniencia de asegurar los hábitos saludables y el comportamiento ciudadano “que siempre redundan en beneficio del bien común”, como el uso adecuado de contenedores, la apuesta por el reciclaje y el respeto a la conservación del mobiliario público y demás elementos en contraposición a cualquier acto vandálico que genere los correspondientes perjuicios materiales y económicos. “Porque el rechazo a toda conducta incívica es la mejor base para cuidar y proteger nuestro entorno y poder disfrutar plenamente del mismo”, asegura López, recordando, además, que “el ruido elevado es también otra forma contaminación con la que tenemos que acabar”.

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