Valdemorillo vivió con intensidad y emoción su esperada Romería en honor a la Virgen de la Esperanza

Con enorme ilusión e intensidad, como un sentimiento compartido para honrar a la Virgen de la Esperanza en su traslado a la ermita “honrando así la tradición”, Valdemorillo se dejó llevar este domingo por el entusiasmo que presidió de principio a fin una Romería largamente esperada. Dejando atrás los dos años de pandemia que impidieron vivir las estampas que forman parte de la esencia e historia local, al fin este 12 de junio regaló las sensacionales imágenes que fue dejando a su paso el vistoso cortejo, al que fueron sumándose centenares de personas y que fue recibido con profunda emoción a su paso por una calles engalanadas, salpicadas de alegría, sucediéndose los vivas, aplausos y hasta la lluvia de pétalos con la que también se celebró el paso de la talla por lugares emblemáticos como Balconcillos.

Y es que Valdemorillo recuperó el colorido de los trajes típicos, los sones serranos, como siempre elevados por el buen hacer del grupo de Los Malangostos, y los más que acertados pasos de un rondón que se bailó una y otra vez ante la Virgen y, sobre todo, con el corazón, y al que vino a sumarse el ritmo de otra jota propia de la zona, como la respingona, todo ello para volver a festejar el día grande de su Romería.

Porque todos a una no dudaron en demostrar, como ha querido recalcar el alcalde, Santiago Villena, que “a nuestro pueblo le gusta vivir, respetar y compartir sus tradiciones, fomentándolas y haciéndolas crecer aún más”. Y así, paso a paso, salvando los más de seis kilómetros a pie que se recorren hasta alcanzar la ermita de Valmayor para retornar la imagen de la Virgen a su altar habitual, la felicidad fue dejando su particular estela, entre huellas de alpargatas y revuelo de faldas. Porque ataviados ellos con el traje típico de la zona, con faja roja y negro chaleco, y ellas de rojo, verde, amarillo y hasta morado en sus paños, no dudaron en seguir la costumbre, avanzando en parejas para no parar de bailar a lo largo de todo el camino.

Tradición con mayúsculas

La espectacular salida de la Virgen del templo parroquial, irrumpiendo entre los acordes del himno nacional, marcaría el primer ‘compas’ de una romería que sumó así muchos instantes especiales, como cuando hace su parada la comitiva en la Plaza del Cristo para que la imagen de San Isidro, portada en andas por miembros de la Hermandad de la Esclavitud del Santísimo Sacramento, despida a la talla en su salida del centro urbano. En suma que la fiesta, “esta tradición con mayúsculas”, marchó rumbo a la ermita de Valmayor en este día grande para todo valdemorillense, una fecha en la que cabe destacar el gran trabajo de la Hermandad de la Virgen de la Esperanza, pendiente de cada detalle para que la jornada, en la que tampoco faltó la misa romera, brillara con ilusión renovada, la misma que también se hizo visible con la bella ofrenda floral que le sirvió de prólogo a tan sólo unas horas de la salida del cortejo romero. 

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