Editorial Aquí en la Sierra nº 58 (Especial Navidad 2020).- «Gracias»

Después de unas semanas en las que la curva de contagios se había mantenido en línea descendente, la tendencia ha cambiado justo en vísperas de Navidad, lo que debería ponernos en alerta ante las celebraciones de estas fechas. Más allá de las directrices o recomendaciones que puedan decretarse por parte de las autoridades políticas y sanitarias, ha de primar un principio de responsabilidad individual. Hemos comprobado cómo el trabajo de meses se puede arruinar en un momento, por lo que está en manos de todos evitar en lo posible que la tercera ola -o esta prolongación de la segunda- nos alcance con especial dureza.

Es cierto que llegamos a este punto con una mezcla de incertidumbre y cansancio, pero no podemos permitirnos bajar la guardia. También asoma una cierta esperanza en forma de vacuna, cuya aprobación es inminente, de manera que incluso antes de que acabe el año podría empezar una vacunación que, siendo realistas, no va a acabar con la pandemia de golpe, pero que al menos sí supondrá el primer gran paso para recuperar la normalidad. Más allá de hacer conjeturas, convendría tirar de pragmatismo y confiar en la ciencia como la vía más eficaz para encontrar la salida a este inmenso agujero negro que ha traído la Covid-19.

Un año que no debemos olvidar

También es momento de hacer balance del año que termina. Un año que nos ha puesto a prueba como nunca antes podíamos haber imaginado. Un año marcado por el dolor y la muerte de miles de personas. Como ejemplo, Collado Villalba tuvo en la primera ola (hasta el 21 de junio) un exceso de mortalidad del 82%. Casi el doble de fallecimientos tomando como referencia la media de decesos entre 2015 y 2018. Un dato así no puede hacer que permanezcamos indiferentes. Es un año que marcará el devenir del siglo. Un año que no podremos olvidar. Es más: que no debemos olvidar, porque se lo debemos a todos los que perdieron su vida y también a todos los que han vivido estos meses en una terrible soledad.

Collage con algunas de las portadas de las ediciones de «Aquí en la Sierra» en 2020

Pero a la vez es un año de agradecimiento. A todos los que han luchado para que superásemos estos momentos, a los voluntarios, a los que han colaborado de una u otra manera sin esperar nada a cambio, ya sea recogiendo alimentos, elaborando mascarillas en aquellas trágicas primeras semanas de la pandemia o de cualquier otro modo. A los niños, por el ejemplo de enteraza que nos han dado a todos y por el comportamiento ejemplar en la vuelta al cole. A los mayores, por todo lo que nos han dado y por la entereza que han demostrado en esta época tan cruel. A todos los comerciantes, trabajadores y empresarios que siguen dando lo mejor de sí mismos en cada una de sus parcelas para que la vida continúe a pesar de las dificultades.

A nivel particular, el equipo de “Aquí en la Sierra” también está enormemente agradecido por el respaldo que a lo largo de estos meses nos han mostrado lectores y anunciantes, sin los que este proyecto no podría seguir adelante. Como todos, hemos vivido momentos de zozobra, pero hemos llegado a este final de año renovando nuestro compromiso con la información local, encaminándonos a nuestro quinto aniversario. 2020 será un año que no olvidaremos, no sólo por lo intenso que ha sido informativamente hablando, sino por las numerosas muestras de apoyo que hemos recibido. La confianza de los anunciantes, en un contexto tan complicado, ha resultado vital para afrontar estos meses, como también la respuesta de los lectores, tanto de nuestra edición impresa -consolidada como referente informativo en la comarca- como del diario digital, que ha experimentado un notable crecimiento, con más de 3,7 millones de visitas a lo largo de los últimos 12 meses, convirtiéndose en líder dentro de nuestro ámbito de cobertura. Por eso, a la hora de hacer balance podríamos elegir muchas palabras para resumir todo lo que ha dado de sí este tiempo, pero solo nos quedaremos con una: gracias.

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