Cuidados de los árboles dañados por la nieve

El paso de la borrasca Filomena ha provocado numerosos daños en muchos árboles y arbustos de nuestras localidades. Ramas rotas, ejemplares caídos, acúmulos de nieve en las copas…

Si bien los árboles tienen una gran resiliencia ante estos daños, podemos ayudarles para una mejor recuperación. Hay que tener en cuenta que este tipo de fenómenos solo se dan muy de tarde en tarde en nuestra zona y por ello los árboles no han podido desarrollar mecanismos de defensa ante ellos. A pesar de todo esto, muchos ejemplares se pueden salvar con tratamientos apropiados. Seguiremos los siguientes pasos:

Primero tendremos que hacer una valoración que consistirá en responder a las siguientes preguntas:

  1. ¿Hay ramas rotas? En este caso, eliminarlas antes de que se desprendan.
  2. ¿La especie es sensible? Existen taxones con madera muy blanda que son muy proclives a romperse, como por ejemplo las mimosas.
  3. ¿Cómo estaba el ejemplar antes de la borrasca? A lo mejor estaba muy degradado ya y no merece la pena recuperarlo.
  4. ¿Se ha roto el tronco? Si es así, muchas veces nos veremos obligados al apeo.

Para ayudar en la valoración podemos utilizar las siguientes ilustraciones:

En el caso A, los efectos son pequeños y casi no tendríamos que hacer nada.

En B, el ejemplar ha perdido entre un cuarto y la mitad de su copa, pero podría sobrevivir.

En C hay grandes posibilidades de que el ejemplar no sobreviva.

En D sólo podrían sobrevivir especies muy rebrotadoras.

Daños en coníferas. Pérdida de guía (ramita que domina en la copa)

En coníferas, la pérdida de la guía -es decir, la ramita que domina en el crecimiento hacia arriba- supone un desbaratamiento del árbol en futuros crecimientos, se pierde la dominancia apical y las ramas tendrán un crecimiento más errático. En este caso habrá que recuperar la guía utilizando otra rama más cercana.

En el caso B se ha perdido la mitad de la copa, no podremos recuperar la guía, el árbol se recuperará pero perdiendo su forma piramidal normal.

Si el ejemplar ha perdido más del 75% de la copa habría que valorar su apeo.

Arbustos doblados por el peso de la nieve

En el caso A, los arbustos se recuperan sin problemas.

En B se recuperan aunque les cueste más.

Si tenemos más de 60º de arqueamiento no se suelen recuperar, esperaremos a la primavera y si no se recuperan podemos (según especies) realizar una poda a ras de suelo.

Debemos recordar que el propietario del árbol es responsable legal de los posibles daños que se produzcan si éste cae, por lo que es interesante revisar nuestros seguros.

Si no se siente capaz de realizar estas valoraciones, consulte a un profesional, también a un podador cualificado.

Si los árboles están cubiertos de nieve es mejor esperar a que se funda, ya que la nieve al helarse da mucha rigidez a las ramas y si se golpean se pueden romper.

La solución a estos problemas pasa por realizar una valoración adecuada, hacer las podas pertinentes (si son necesarias) o apear en los peores casos. Si apeamos hay que pedir permiso al Ayuntamiento.

Si nos vemos obligados a eliminar el ejemplar y deseamos sustituirlo tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de elegir la especie, de modo que ésta se debe adecuar a nuestro clima local y desgraciadamente tener en cuenta que en el futuro cercano debido al cambio climático el clima será más seco y extremo. Una mala elección será una fuente de problemas.

Patxi Suárez Boada

www.tecnicasvegetacion.com

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