El comercio y la hostelería de la Sierra, en estado de alarma: «Las perspectivas son malísimas»
Representantes de asociaciones de comerciantes y empresarios de Guadarrama, El Escorial, San Lorenzo, Alpedrete y Moralzarzal muestran su preocupación ante el otoño-invierno más complicado de los últimos años.
«Me da pena Villalba, es muy triste ver que cada día hay más locales cerrados o que no hay nadie en las tiendas». Así de contundente responde el presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Collado Villalba (CyE), José Ramón Raigosa, sobre la situación por la que atraviesa el comercio y la hostelería en este municipio. «Hay poca gente en la calle y pocas ganas de comprar; priorizan la alimentación y poco más», reconoce con resignación.
En cuanto a la hostelería, «los bares están vacíos, eso de no poder estar en la barra… Hemos recibido muy pocas ayudas desde el Ayuntamiento, sobre todo en el tema de las terrazas; creo que es el único pueblo donde no se ha podido ocupar la vía pública. No nos han ayudado».
Tampoco ha ayudado la confusión por las restricciones a la movilidad impuestas por la Comunidad de Madrid, primero en la zona básica de salud Sierra de Guadarrama, como señalaban numerosos afectados en el reportaje que publicamos hace dos semanas, y ahora en Collado Villalba Pueblo. «La gente no se entera si se puede mover; si quieren confinar, que sea a todo el municipio, esto es absurdo», señalaba.
Restricciones adicionales en Guadarrama
La necesidad de reinventarse
Caídas de hasta un 80%
En cuanto al sector de la hostelería y restauración, Javier Jiménez, del Restaurante Miravalle, además de miembro de la asociación Guadarrama Gastronómica, indicaba que la caída estaba siendo muy acusada. En su caso, como establecimiento dedicado principalmente a eventos, señalaba que «es un auténtico desastre». «Si quedaba poco, con lo del confinamiento primero de Madrid y ahora de Guadarrama, hemos perdido la gente que podía venir. Este mismo fin de semana teníamos una boda que se ha tenido que cancelar».
No se trata de un caso particular, explicaba, sino que se está notando mucho la caída en las reservas en la mayor parte de establecimientos de la localidad. «La restauración local se mueve con mucha gente de Madrid, Alpedrete, Collado Villalba… todo eso está perdido estos días». «Además, hay mucha confusión, la gente al final no sabe qué puede hacer, porque los criterios y las medidas cambian constantemente, cuando además está demostrado que la incidencia por Covid-19 en los bares y restaurantes es muy baja, de un 3%, según los datos oficiales», concluía.
Cansancio e incertidumbre
«Las perspectivas son muy negras»
En el vecino municipio de San Lorenzo, José García, presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa (ASLEPYME), no era mucho más optimista. “La situación es muy mala. Justo ahora estamos las tres asociaciones de la localidad (Restaura, la del Mercado Municipal y la que él mismo encabeza) intentando ir de la mano para pedir la puesta en marcha de medidas reales y efectivas, porque si no esto puede suponer la desaparición de hasta el 50% del comercio de la localidad; la gente lo está pasando fatal”.
“Hay que concienciar al ciudadano de que tienen que hacer las compras en San Lorenzo, pero las administraciones también tienen que volcarse a nivel de ayudas. Tenemos que ser conscientes de que hasta qué punto tiene valor el comercio local y también el trabajo de muchos autónomos y profesionales; todo eso está en peligro”, subrayaba.
Por otra parte, indicaba que las perspectivas no son buenas, máxime teniendo en cuenta que “los inviernos son duros”. “Noviembre siempre es un mes difícil, y luego en diciembre nos salva la Navidad, pero todo está en el aire, y después a partir del 10 de enero y todo febrero son semanas muy complicadas”, comentaba.
Raquel Muñoz, presidenta de Restaura Escorial, coincidía en el diagnóstico: “Las perspectivas son malísimas, muy negras”. En su caso, al frente del Hotel Los Lanceros, alternan semanas “de pena” con otras con un nivel de ocupación más aceptable, principalmente como consecuencia de que los otros tres grandes hoteles de San Lorenzo (Miranda, Florida y Victoria Palace, que en total suman más de 180 plazas) únicamente están abriendo los fines de semana ante la brusca caída del turismo. En cualquier caso, la caída de la facturación es de aproximadamente un 70%.
En cuanto a los asociados de Restaura, cifraba el descenso alrededor de un 60%. “Todos están ajustando horarios, y de hecho muchos no están abriendo por las tardes, para intentar limitar los gastos lo máximo posible”, explicaba.
Buen verano, incierto invierno
Incierto ve el panorama la Asociación de Empresarios y Comerciantes de Alpedrete (AECA). Su presidenta, Vanesa Pascual, asegura que este municipio se ha visto beneficiado con la llegada de veraneantes y vecinos a sus segundas residencias desde junio y hasta la llegada del otoño. «Ha habido negocios que han tenido clientes nuevos, o vecinos que les ha dado miedo ir al centro comercial y han apostado por el comercio local y nos querían apoyar, pero depende del sector; algunos, como las agencias de viajes o las tiendas de ropa de fiesta, no ven el fin, se han visto muy afectados», dice Pascual, que también hace referencia al auge del comercio online como causa del descenso de las ventas de algunos establecimientos.
La hostelería, que desde junio ha podido agarrarse a las terrazas, ve a ahora en la llegada del frío un cambio de tendencia; además, «con las restricciones no viene gente de Madrid. A las peluquerías, con las limitaciones de aforo, no va tanta gente, pero las ventas se mantienen en alimentación y en negocios relacionados con la salud, como podología o fisioterapia. En Alpedrete no ha cerrado ningún comercio durante la pandemia», aseguraba. En todo caso, la presidenta de AECA asegura que los comerciantes de Alpedrete se sienten «abandonados por el Ayuntamiento. Nos preguntaron al principio de la pandemia, pero no ha habido ninguna ayuda, ninguna respuesta».
Situación delicada
Finalmente, desde UPEAM, asociación comercial y empresarial de reciente creación en Moralzarzal, señalan que «la situación actual del comercio y hostelería en la localidad es muy delicada; algunos establecimientos desgraciadamente no volvieron a abrir tras el confinamiento y otros hacen verdaderos esfuerzos por permanecer abiertos«. «Queremos agradecer a nuestros clientes el apoyo y la lealtad que nos han ofrecido en estos momentos. Desgraciadamente, tenemos que resaltar la actuación del Ayuntamiento de Moralzarzal, que ha eliminado más de 70 plazas de aparcamiento en el centro y ha cortado calles de forma arbitraria, habiendo soluciones alternativas que no han querido adoptar; esto está dificultando enormemente el acceso de los clientes a nuestros establecimientos, complicando la situación generada por la pandemia», manifestaban. «Las actuaciones se han llevado a cabo sin ningún consenso con los comercios, hosteleros y residentes, que son contrarios a las medidas implantadas y abogan por pedagogía y estímulos positivos para el cambio de hábitos, no por prohibiciones», concluían desde esta asociación.
Enrique Peñas / María Mateos