Diez días muerto en un quiosco de la ONCE: piden que se investigue el trágico final de Miguel

El cadáver de Miguel Rodríguez, de 28 años, vecino de Alpedrete y voluntario de Protección Civil de Los Molinos, permaneció durante 10 días en el interior de un quiosco de venta de cupones de la ONCE en Madrid, según se ha confirmado ahora.

Desaparecido el 25 de octubre, el cuerpo sin vida del vendedor fue localizado por el servicio de limpieza de la compañía la noche del 4 al 5 de noviembre en el interior del quiosco ubicado en el número 26 de la calle Hilarión Eslava. Desde ONCE han confirmado los hechos, añadiendo que colaboraron con la familia cuando denunció la desaparición. No obstante, desde la entidad han señalado que no se puede aportar más información hasta que culmine la investigación para esclarecer el fallecimiento, aunque al parecer la autopsia determinó días más tarde que Rodríguez, diabético, había muerto por un edema cerebral en la mañana del 26 de octubre.

Vista del quiosco de la ONCE en la calle Hilarión Eslava donde fue encontrado el cuerpo sin vida de Miguel

Ante este hallazgo, los sindicatos CSIF y Comisiones Obreras han registrado una denuncia ante la Inspección de Trabajo contra el representante legal de la Delegación Territorial de la ONCE en Madrid por vulneración de normas y legislación laboral. En el escrito, se pide que se sancionen las infracciones en las que se pueda haber incurrido a raíz del fallecimiento, pues reprochan a ONCE que pasaran aproximadamente diez días hasta localizar el cadáver.

Los dos sindicatos solicitaron el 6 de noviembre una reunión del Comité de Seguridad y Salud para abordar lo sucedido tras la desaparición de este vendedor. Cinco días después, la presidenta de este Comité y a su vez jefa de coordinación de Recursos Humanos informó de que no procedía la celebración de tal reunión «al carecer de información suficiente para pronunciarse sobre estos hechos».

Los sindicatos piden explicaciones

CSIF y CC OO han tenido conocimiento de que el quiosco de calle Hilarión Eslava donde fue encontrado el cadáver no tenía como titular al fallecido, que en la información del tercer trimestre facilitada por la compañía figuraba con un único punto de venta en la calle Santa Engracia, 64. Sin embargo, el vendedor «oficial» del quiosco de Hilarión Eslava estaba desde mayo trabajando en el punto de venta de Guzmán el Bueno, 139, sustituyendo a su titular, por lo que es probable que Miguel estuviera vendiendo cupones en la cabina de Hilarión Eslava.

Los dos sindicatos piden que la empresa constate oficialmente todos estos extremos, así como cuándo conoció la dirección la desaparición de esta persona, qué intervenciones se realizaron para localizarle, si se acudió al quiosco y si se disponía de llave del mismo; cuándo se conoció la aparición del cadáver, si se ha abierto procedimiento para determinar si debería considerarse como accidente de trabajo o si corresponde indemnizar a sus herederos.

Send this to a friend